Sonó el silbato del árbitro y algo más de una decena de cuerpos comenzaron a moverse atropelladamente por el campo mientras los restantes de mantenían firmes en las defensas.
La delantera estaba descontrolada. Axel se movía con muy pocas ganas. Yo, motivada por intentar llevarles al mundial como fuera, corría tras el balón como si no hubiera nada que tuviera más sentido en la vida. Y es que, en aquel momento, así era.
El equipo estaba disuelto aunque siguiéramos jugando juntos. Se había formado un caos total.
Xavier y Jordan estaba impactados por la participación de Torch y Gazelle en los Dragones de Fuego. El entrenador todavía era un misterio para todos y había dejado a Mark en el banquillo.
Tras las primeras lesiones el ánimo decaía. Axel y Austin intentaron completar la Tormenta del Tigre durante el partido, pero en vano.
Se resumió en goles contra nosotros y discusiones durante la primera parte, y la mitad de la segunda. Hasta que las cosas comenzaron a mejorar.
Y, como siempre, terminamos ganando. Todos comenzaron a celebrarlo, hasta Axel se unió. Yo no, yo sonreí para mi, cerré los ojos y me envolví por los gritos.
No sabía si en aquel momento el equipo me echaba o no de menos. No sabía hasta que punto unos y otros pudieran querer que me sumara a ellos en aquella celebración pero estaba en un momento de egoísmo absoluto porque no quería mirar a Axel. No de cerca. Sabía que por entonces, si le veía sonreir, me desanimaría del todo. Sólo quería olvidar todo. En aquel momento, pese a todo lo que había ocurrido en los últimos meses me sentía como si me hubiera hundido en el pozo más hondo y oscuro del mundo, un pozo ya caluroso, sin apenas oxígeno. Lleno de agonía, y de tristeza.
Porque Axel se iba. Y no podía hacer absolutamente nada.
Me deslicé por el campo agradeciendo enormemente no ser objeto de la atención del comentarista y llegué a los vestuarios sin apenas darme cuenta. Entré, dejé la bolsa, y me introduje en las duchas al instante. No tenía pensado quedarme para nada; me iría a casa, y me pasaría allí los días que me quedaran hasta superar lo que había pasado.
Porque no podía comparar aquel dolor con el que hubiera sentido de ser humana. En aquel momento quería ser humana. La idea de la muerte parecía agradable. No sólo por lo de Axel. Todo lo que me había pasado. La culpa por lo de Jase. El no haber sabido más d emis padrastros. Mis hermanos, con los que me sentía menos unida que nunca. Estaba mal con mi mejor amigo, mi hermano gemelo quería matarme, a mí y a Axel. Y Axel. Le había perdido.
Nada pintaba bien y me quedaba demasiado tiempo para que aquello me siguiera doliendo.
Al fin y al cabo, aquello era una de muchas cosas que me iban a pasar a lo largo de aquella vida inmortal. Sabía que dolería mucho. No quería. No quería que nada me volviera a doler tanto.
El agua caliente corría sobre mi piel desde la cabeza hasta los pies, pero a su manera. Me limpié sin prisas y cuando terminé, cerré el agua. Tras enrrollar tanto mi pelo como mi torso en toallas, salí. Y lo que encontré a la salida fue otro salto a la yugular.
-Hola Ren.
Axel estaba allí de pie, todavía con el sudor en la frente. Esta vez, el vapor caliente de las duchas jugaba un papel importante.
-Hola, Axel.
Pasé a su lado ignorando que estaba allí por algo. Porque estaba allí por algo, y en el fondo tenía muchas ganas de saber qué era. A Axel le daba tanto miedo como a mí volver a verme antes de irse a Alemania.
-Tengo que hablar contigo.
-Yo no quiero hablar contigo.
No estaba segura de qué me había impulsado a decir tal cosa en ese momento, pero me encerré en un vestidor con la ropa de calle, y me eché a llorar casi sin sentido.
La noticia era reciente, y su padre llevaba mucho tiempo planeándolo todo. Estaba todo listo, no cabía posibilidad de que se cambiaran los planes, pensé. Así que ante todo no podían ser buenas noticias.
Para cuando salí del baño, estaba lista para todo, y Axel ya no estaba en el vestuario.
Caminé ignorando los ruidos. Caminé ignorando que entre todos habíamos llegado al mundial pero que yo no iría. Que todos me vitoreaban. A mí, igual que al resto.
Caminé ignorando que algunos de mis compañeros de equipo me encontraban en el pasillo y me miraban esperando que diera explicaciones. Porque me había prometido que desde entonces sólo serían eso.
Me había dicho que al margen de lo que mi hermano quisiera hacer conmigo me iría a la otra punta del planeta. Ya nada me importaba, en la práctica. Quería desconectar de todo lo que había pasado ese año, y si tenía que darle emoción o sentido a mi vida peleando contra las ansias vengativas de mi hermano, me parecía mejor que nada.
Me llamaron varias veces, pero la misma fuerza que me había llevado a encerrarme en el baño, me llevó a ignorar a todo el mundo. Quería llegar a mi casa, encerrarme en mi cuarto, y no volver a saber nada.
Y eso hice.
Axel había sido lo mejor de mi vida hasta entonces, pero supongo que, tal y como dicen, todo lo bueno se acaba.
Este final lo he escrito a las prisas porque como buena inútil poco profesional no he actualizado en muchísimo tiempo y no tenía mucho más que hacer. Tengo que confesar que la inspiración de los últimos dos o tres días han cambiado el final radicalmente y dan lugar a muchas temporadas más, pero no me molestaré demasiado escribiéndolas para nadie. Yo, en mi mente, sé lo que va a pasar, ¿vosotros queréis saberlo? Dejadme en los comentarios todo lo que se os pase por la cabeza dejar, me encanta cuando lo hacéis.
Muchas gracias por leerme, ojalá nos veamos pronto <3 :).
MUY IMPORTANTE: SI QUERÉIS QUE SIGA CON LA SIGUIENTE TEMPORADA, NO BORRÉIS ESTA HISTORIA DE VUESTRA BIBLIOTECA, PUES SEGUIRÉ PUBLICANDO AQUÍ.
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mírame ;; axel blaze.
FanficAxel Blaze no esperaba que su vida cambiase por completo. En una de las decisiones drásticas de su padre acabaría mirando a los ojos a Renée Evans. Ninguno de los dos tenía ni idea de que aquella primera mirada repentina desencadenaría el mayor caos...