Capítulo 1

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Su cena de fideos tenía sabor metálico y esa noche tuvo sueños llenos de osos y abejas bailando.
Lo extraño es que haya podido dormir, lo usual es pasar las noches en vela frente a su computador escribiendo o produciendo canciones que tal vez se vendan y tal vez no. Aún sobrevive a penas, del dinero de su última mediocre canción, hace tiempo que la tarea no le da los resultados que quisiera o se bloquea fácilmente, No tiene más inspiración.

De todas maneras se durmió esa noche, esperando no quedar tan descansado para poder volver a dormir durante el día. Sólo esperaba despertar para volver a ir al supermercado.

Y así sucede, su desayuno de más fideos cancerígenos lo lleva inmediatamente al sueño.
Piensa, mientras cierra los ojos, que seguramente este es uno de esos días donde debería limpiar su pequeño apartamento en el 4to piso del edificio, que cada vez acumula mas desorden y basura, pero no tiene ganas de hacerlo. Se deja llevar por el sueño sobre el frío piso, frente a su mesita, tampoco lava los tazones acumulados sobre esta.
Sueña con un oso que le reprocha su suciedad y una abeja que limpia su sala.

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No despierta hasta las 6pm, y se siente decepcionado de no haber podido despertar más tarde. Como sea, en dos horas acostumbra ir al supermercado, aún así son dos horas y necesitará hacer algo antes o sus pensamientos divagarán y esta no es una de esas noches donde quiera llorar, es lo que más odia. Recuerda que no se ha bañado desde hace... ¿muchas horas? ...Con algo de música se baña por casi 40 minutos, al salir ya no le importa el tiempo que reste, en realidad siente una extraña emoción en el hecho de ir al supermercado y se convence a si mismo de que debe ser porque se acabó el jabón.

... Esta vez las filas a las cajas registradoras son todas largas porque es más temprano, sabía que eso pasaría. Observa todas las cajas como buscando algo y ubica los gorros de animales, las antenas de abeja siguen ahí pero el gorro de oso no está, siente una pequeña tentación de comprar esas antenas ahora que las tiene en sus manos que no se explica, debe ser ese impulso de comprar cosas innecesarias que provocan esos estantes de las cajas.

-emm disculpe?- una voz suave le saca de sus pensamientos y ahí está el chico de ayer mirándole con una sonrisa tímida. Por un momento empieza a recordar las expresiones que éste había hecho ayer cuando se probaba los gorros (ceño fruncido, arrugar la cara). En este momento su leve sonrisa está desapareciendo y sus ojos, unidos a sus mejillas prominentes que le parecen dobles, le recuerdan un hámster, uno gris teniendo en cuenta su cabello, que más bien de cerca es un grisazulado brillante. De hecho, toda su cara parece brillar, en el buen sentido.
-Puedo mirar? - Jihoon reacciona.

-Ha, si claro, adelante.- se abre paso para que el chico observe el estante de gorros. Nota que aunque éste está buscando entre los gorros, a veces lo mira de reojo mientras sigue buscando, entiende que quiere las antenas de abeja que aún tiene en la mano.

Le hace gracia su actitud que podría ser la de un niño, el chico realmente tiene un estante lleno de gorros y tan sólo quiere las antenas de abejas, hasta cierto punto le parece un poco tierno. Hace amagos de llevarse las antenas sólo para ver como el chico se sobresalta. Ríe. Se voltea otra vez y el chico actúa concentrado en el gorro de jirafa que tiene en las manos. Visto bien cada vez le parece más un niño, seguramente es más alto que él mismo y aún así, con aquel suéter de Los moomins, y esos pantalones cortos por encima de la rodilla que dejan sus piernas descubiertas, No puede imaginar que sea mayor de edad.

-Quieres esto?- preguntó al fin divertido mostrandole las antenas.

-Si-  asintió.

-Pues es mio- la expresión de sorpresa del chico, toda boca en "o" fue épica.

-Te pagaré!- oh, ese chico realmente quiere esas antenas.

Mejillas Dobles [s.h - h.s♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora