Capítulo 7

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—¡Sueltenme malditos bastardos! –Seungkwan fue arrastrado a fuera del reino contra su voluntad, había intentado escaparse para llegar hasta Wonwoo, pero los soldados lo sostuvieron de los brazos para sacarlo como el príncipe Jun lo ordenó.– ¡Están cometiendo un error! ¡Tengo que estar con Wonwoo en todo momento!

Los soldados lo soltaron al llegar a la frontera, lo dejaron caer en el suelo mientras él hacia una mueca de dolor. En sus ojos se veía la frustración y el querer llorar por haberlo sacado de tal manera. Ahora no podía estar cerca de Wonwoo, y correría peligro todo el reino cuando la noche cayera. A Seungkwan no le gustaba que el príncipe sufriera, y si no tenia forma de ingresar al reino, sabía quien sí.

—Mingyu... ven por mí.

El murmullo de la gente fue lo que hizo ponerlos alerta, habían escuchado que los soldados reales habían sacado un joven del castillo de mala manera, gritaba que lo soltaran y suplicaba, ellos lo habían ignorado siguiendo con su trabajo. Mingyu y Vernon miraron todo el escandalo, y como la guardia real habían ingresado es cuestión de minutos por la calle que llevaba al reino. El menor tragó en seco tratando de no pensar en que Seungkwan fuera a quien habían sacado, pero su instinto falló cuando Mingyu comenzó a correr hasta la frontera.

—¡Mingyu! –el mayor se detuvo unos cuantos pasos, dando media vuelta a su llamado.– ¿Acaso crees...?

—Sacaron a Seungkwan. –Vernon bajó la mirada, apretando sus labios debido a la frustración que tenia por no poder hacer nada.– Jun es capaz de sacar a la gente detrás de Wonwoo, no hay que ser tan listos para darse cuenta, que el plan de Wen Junhui es quedarse con la mitad de la herencia de Wonwoo para tener un reino que gobernar. ¡Si dice que él lo rescató, entonces el tendrá la mitad de su reino! –exclamó para volver a correr hacia aquella dirección.

—Hansol... –su hermana lo veía con ojos de tristeza, no quería volver a separarse de su hermano mayor. Vernon acarició su rostro.

—Espera en la casa de Jimin, iré por ti cuando rescatemos a Seungkwan, él te quiere conocer. –su hermana asintió, soltó a Vernon y comenzó a correr a dirección de la casa de la tal Jimin.– Seungkwan...

Comenzó a seguir a Mingyu evitando a la gente que cruzaba la calle o que se quedaban parados por ahí. Chocó con varios antes de divisar a Mingyu, que pronto llegaría a la frontera, y tan pronto pisaron ahí vieron a Seungkwan luchar por volver a entrar sin antes recibir insultos o golpes de parte de los soldados. Mingyu apartó bruscamente a los soldados apartándolos del menor que ya estaba en el suelo con un par de moretones.

—¡Dejenlo en paz! –levantó la voz Mingyu poniéndose en frente de Seungkwan. Vernon llegó directo con él para ayudarle a levantarse.

—¿Estás bien? –preguntó Vernon con un tono dulce.

—Llegan tarde, ¿no crees?

—Tenía que ir por mi hermana.

—Kim Mingyu, ladrón de primera, se te ha permitido el acceso al reino, y estás obligado a obedecer las reglas de reino, cualquier expulsado no puede ingresar contigo.

—Lo sé, lo sé, ¡pero tan poco es justo que maltraten al hermano menor del príncipe Wonwoo!

—Es una orden del príncipe Jun.

—Y si el príncipe Jun les ordena que maten a su familia, ¿lo harían? –los soldados se quedaron callados por un segundo.

—Basta, Kim Mingyu, tienes que irte con esos dos y no volver a ingresar. –ordenó el de la guardia general. Mingyu se dio media vuelta y caminó hacia el bosque esperando que Vernon y Seungkwan lo siguiera.

El Príncipe Encantado - SEVENTEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora