Capítulo 11

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Mingyu se despertó, cuando amaneció había aceptado la ropa que le brindaron teniendo una playera blanca holgada, y un pantalón cómodo, volteó a mirar hacía su lado derecho notando que estaba solo, completamente. Se levantó para ir al baño, se lavó su rostro y bajó las escaleras topándose con la pareja de ancianos que veían muy alegremente a Wonwoo, compartiendo una charla que no sabía si era linda o algo incomoda por la expresión el príncipe. Jonghyun estaba sirviendo el té a sus abuelos, parecían estar muy sumergidos en la platica; se acercó a pasos lentos hasta que notaron su presencia. 

—¡Oh por dios! –exclamó la anciana levantándose yendo hacía Mingyu para tomarlo por los hombros– Eres realmente parecido a tu padre, sacaste su hermoso rostro, pero tienes la sonrisa de tu madre. 

—Mujer, déjalo. Aún está recuperándose de la historia. –declaró el hombre que ahora tenía una postura más seria.

—Vamos siéntate, debes estar hambriento. –arrastró a Mingyu hasta que se sentara a lado de Wonwoo, este le dio una sonrisa y viceversa.– Anda, Jonghyun, sirve algo de comer. –Jonghyun hizo caso a su abuela para traer otro plato con comida. 

—Gracias. –murmuró Mingyu con una sonrisa, tenía hambre de eso no dudaba, así que comenzó con la comida.

—Wonwoo nos contó su vida desde niño. –Mingyu miró a Wonwoo quien tenía una sonrisa apenada– Parece que en su reino viven todos felices. 

—Ancianos, disculpe que los moleste, pero quiero saber algo. –la mujer miraba a Mingyu con ojos de cariño y admiración– ¿Cómo eran mis padres antes de tenerme? Antes de todo el reino fuera...

—Puedo describir a tu madre perfectamente... –habló la anciana que tenía esa sonrisa.– Era la mujer más bella del Reino, una doncella perfecta para el príncipe, ambos se conocieron en uno de los cumpleaños de tu padre, se enamoraron pero eran muy jóvenes para eso, yo trabajaba en ese entonces para tu abuela, ella sabía que tu madre seria la mujer perfecta para su hijo, cuando tu abuelo falleció tu padre se tenía que hacer cargo de reino, y cómo debía proclamar su derecho como hijo, llamó a tu madre y se casó con ella, ambos eran los reyes perfectos para el reino perfecto. –Mingyu se imaginaba cada una de esas palabras, quería conocer a su madre.– Oh, por cierto, tengo una foto de ustedes tres. –Los ojos de Mingyu brillaban, quería saber como era. La mujer se levantó y buscó en un mueble un par de fotos del Reino antes de su atentado, y se lo entregó a Mingyu, una foto de una mujer cargando a un bebé mientras ella estaba sentada en una silla, y un hombre de pie atrás de ella– Esa foto fue tomada el día en que cumpliste un mes de nacido. 

Sin duda, su madre era la mujer más hermosa que había visto, una mujer que transmitía bondad al momento de verla, y reconocía el rostro de su padre, sin duda ambos eran parecidos, pero, ¿por qué su apariencia cambio un poco cuando comenzó a criarlo? Podía deducir que amaba mucho a su madre para cambiar tanto, él nunca dejó de sonreír a pesar de todo. Wonwoo hecho un vistazo a la foto, el rostro de la madre Mingyu, sin duda tenía un toque a él, sonrió ante aquello. 

—Mi madre debió amar tanto a mi padre. 

—Y lo hizo, no te imaginas cuan alegres se pusieron cuando supieron que venías en camino, me da tanta alegría compartir esto contigo, al igual que ellos lo compartieron con nosotros. 

—Querida, ya hablaste demasiado, hay que dejar que ambos compartan esta información entre ellos. –se levantó el anciano– Jonghyun, hay que ir a comprar alimentos, vamos. –Jonghyun bufó, en el fondo estaba más entretenido de lo que sucedía y quería saber que pasaba– Trae el carruaje anda, no seas payaso que sé lo que tramas. 

—¡Sí, abuelo! 

Mingyu continuó comiendo después de la platica, dejando la foto en la mesa, los ancianos se marcharon a un pueblo para comprar alimentos y bebidas para más gente. Ambos se quedaron en silencio, Wonwoo observaba a Mingyu quien no dejaba de ver la foto, la tomaba entre sus manos mirando lo perfecta que veía, en el fondo se imaginaba una nueva foto con él cuando tenía nueve años y sus padres a sus lados, fue a esa edad cuando sintió que su mundo ya no tenía salida, pero ahora, ¿saber que era alguien de la realeza? Pareciera como si todo el mundo conspirara contra él para jugar con sus sentimientos, pero no tenía dudas de que estaban mintiendo, la foto era una gran prueba. 

El Príncipe Encantado - SEVENTEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora