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Esto podía verse y malinterpretarse como un acoso, pero YukHei causaba algo en mí, que me incitaba a seguirlo. Tal vez era curiosidad. Mucha curiosidad.

Y sí, ahora lo estaba siguiendo.

Estaba caminando tranquila por las calles, cuando me lo topé, él recién acababa de salir de una tienda de autoservicio, tal vez compro algo ahí. No me notó o tal vez me ignoró.

De pronto, había comenzado a nevar.

Lo mejor era dejar este acto y caminar junto a él, ¿Qué podría pasar? ¿Qué me ignorara? Me iba más a la segunda pregunta.

—Vamos juntos —dije, metiendo mis manos a los bolsillos de mí gabardina. Él sólo me dirigió una fugaz mirada—. Cielos, vamos a la misma dirección, además es raro que caminé detrás de ti. Es como si lo estuviera siguiendo.

Lo cuál era verdad.

Acorte mis palabras al ya no verlo a un lado de mí. ¿En dónde estaba?. Me gire y ahí estaba él, mirándome totalmente serio.

Es muy frío...

—Entonces puede ir primero —dijo él, de manera cortante.

Resople y rodeé mis ojos. Parecía un niño pequeño haciendo una rabieta. Empecé a caminar.

—Ahora yo soy la perseguida —mencioné, girándome a verlo. Le sonreí.

Él resopló de manera cansada y luego ya nos encontrábamos caminando juntos.

—Lo siento —dije después de un largo silencio.

—¿Por qué?

—Hace un rato... tire de sus latas. Perdón.

—No pasó nada grave. Esta bien.

Sonreí.

—Entonces... ¿Puedo ir a ver a mi gato? —argumente, empezando a caminar nuevamente, ya que de la nada nos habíamos detenido.

——●☆●——

Ambos entramos a su clínica y la campaniña de la entrada hizo ese habitual sonido.

El lugar estaba a oscuras, pero era cómodo y tranquilo estar así.

Me acerqué hacia las incubadoras y mire con una enorme sonrisa en mis labios al felino frente a mí.

—Hola —dije. Sabía que aquel inofensivo animal no iba a contestarme, pero era costumbre.

Mamá nunca me dejó tener mascotas. Siempre decía que era una distracción para mi carrera como bailarina.

—He venido. Pronto irás conmigo, me alegra demasiado que estés muy bien. Perdón por causarte aquel accidente. El sueño me ganó, afortunadamente no choque y tu no sufriste un daño mayor —me disculpe y el gato sólo maullo.

Volví a sonreír.

Podía sentir la mirada de YukHei sobre mi espalda.

Deje de molestar al gato y decidí molestar a otra persona. Me acerqué hasta él y tome asiento en la silla. Él se sentó frente a mí. Las flores de la pequeña maceta adornaban la mesa, era agradable. Esto de seguro fue obra de SiHyeon.

—El gato se ve bien —comenté.

—Posiblemente, para la próxima semana ya este en casa. No fue un daño maligno.

For You ➸ LucasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora