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Eran alrededor de las diez de la mañana cuando despertaron.

Ambos habían caído rendidos por el sueño, exhaustos físicamente. Pero el descanso reparador que tuvieron sano más que sus cuerpos. La paz mental y emocional que lograron alcanzar en los brazos del otro fue un descanso bien merecido luego de tanto tiempo de sentir agotados y heridos.

El primero en despertar fue Liam, a su lado encontró a su omega, hecho una bolita de sábanas revueltas, de las que se había adueñado durante la noche. Zayn estaba cansado y dormía profundamente. Había sido demasiado exigente con sus demandas, la piel del omega estaba enrojecida y muy sensible, en cuanto Liam lo toco soltó un pequeño quejido aún en sueños.

El alfa sonrió al recordar como la noche anterior, Zayn se había armado de valor para arrinconarlo y no dejarle otra salida que caer en sus brazos otra vez. Zayn tenía su marca ahora, se pertenecían. Y nada los separaría de nuevo. Habían sido un desastre hace tres años, pero el asunto era que, eran un buen desastre juntos. Por algo estaban destinados. Y ser capaz de emparejarte con tu pareja destinada, en el mundo al que pertenecían, era una bendición.

La verdad es que tuvieron mucha suerte.

—Mmm... me gusta, pero ya no, Li...—Gimoteó Zayn medio dormido al sentir las cálidas manos de Liam rodeando su cintura.—Estoy muy cansado...

—Despierta, Zaynie.—Liam le susurró al oído y le beso las mejillas sonrojadas.

Zayn se giro entre sus brazos, estirándose como un pequeño cachorro adormecido, encantado de recibir besos tan temprano en la mañana.

—Esta bien...—Dijo Zayn en voz baja y un poco ronca por el sueño.—Pero una vez más y se acabó.

—Descuida, mi amor.—El alfa le apartó el desordenado cabello oscuro de la frente.—El celo ya pasó.

—¿Enserio?

Liam se tuvo que reír del tono decepcionado de su omega.

—Pensé que ya no querías que te siguiera tocando. ¿Acaso no estabas muy cansado?

—Si, pero ya me había hecho a la idea.

—Este es el omega que recuerdo.—Unió sus frentes y tomo un profundo suspiro sintiendo el aroma de Zayn. Manzanas dulces, mezclado con su aroma. La marca rojiza en su cuello y su marca de olor, eran una clara advertencia de que ese omega estaba tomado.—Ahora eres completamente mío, Zaynie.

Zayn frotó sus narices, feliz de amanecer entre sus brazos. Era un omega emparejado ahora.

—Buenos días, mi alfa.

—Buenos días, amor.—Justo en ese momento, la pancita de Zayn decidió que no podía soportar seguir vacía y gruño. Liam lo tomo entre sus brazos mientras este se sonrojaba y los llevo al cuarto de baño.—Tomemos un baño y bajemos a desayunar. No puedo tener a mi omega hambriento.

Liam se encargó de tratar suavemente la piel sensible de Zayn, llenó la tina de agua caliente y agregó mucho jabón espumoso, como le gustaba al omega. Se sumergieron en la bañera y con caricias suaves masajeo la piel suave y marcada de Zayn, fue besando cada una de las marcas rojizas que encontró a su paso.

—¿Estás bien, Zaynie?—Le preguntó mientras lo abrazaba por detrás, Zayn estaba acomodado entre sus piernas, con la espalda recostada en el pecho del alfa. Los brazos de Liam lo rodearon por la cintura para atraerlo un poquito más cerca mientras le daba besos en el cuello, sobre la marca de emparejamiento.—¿Estás feliz?

—Ahora eres mío. ¿Cómo podría no ser feliz?

Liam jugueteo con la sortija en la manita del omega.

Chiquito, Bonito y Caprichoso (ZIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora