Epílogo

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Epílogo: Porque todavía podemos decir "una vez más".


Minho despertó sobresaltado, se sentó en la cama y talló sus ojos varias veces eliminando el exceso de lágrimas, su corazón latía como si acabara de correr una maratón, ¿qué diablos había sido aquello? ¿Un sueño? ¿Por qué lloraba?

Miró en todas direcciones hasta que su vista quedó fija sobre su calendario, aun sentía el sueño demasiado vivido, demasiado real y doloroso, no podía ocurrir de nuevo, no podía permitir que todo aquello pasara de nuevo, debía correr al aeropuerto para detener a Kibum.

Se levantó con prisa cayendo al suelo de inmediato por tener los pies enredados en las sábanas las cuales fueron pateadas con brusquedad, corrió hacia el calendario y grande fue su sorpresa al ver la fecha.

—¿Veintiocho de noviembre? —Abrió la boca unos instantes antes de correr en pijama hacia la sala.

Buscó con desespero la caja donde estaban las cartas pero entonces cayó en cuenta de que esa caja aun no existía porque probablemente aún no se escribía la primera carta.

Subió de nueva cuenta a su habitación donde se colocó lo primero que vio, lavó sus dientes, peinó su cabello y salió sin desayunar directamente hacia la casa de alguien que ya conocía, en el camino compró un par de flores, dos camelias de color blanco y rojo, junto a una margarita, sus manos picaban de forma anticipada, su corazón amenazaba con salir de su pecho si no obtenía lo que deseaba y su sonrisa era la más grande y deslumbrante.

Al llegar a su destino tocó el timbre, larga fue la espera que creyó estar equivocado en la casa de quien ya conocía perfectamente, justo cuando estaba por timbrar de nuevo la puerta se abrió revelando a un muy soñoliento Kibum.

—¿Minho? —Apenas y abrió los ojos cuando el alto le abrazó con fuerza sorprendiéndolo por completo— ¿Qué pasa?

—Kibum lo siento tanto, soy un imbécil que no ha sabido valorarte.

—¿Qué? ¿Qué sucede? —Escuchar el tono alarmante y veloz del contrario le preocuparon.

—¡Kibum la vida me dio una segunda oportunidad! —Minho se alejó para sujetar el rostro bonito con ambas manos— No pienso cometer el mismo error, no quiero que te vayas de mi lado, no pienso dejarte ir a Incheón con Siwon.

—¿Incheón? ¿Siwon? —Key arqueó una ceja, observó hacia el exterior y jaló al moreno dentro del hogar para que nadie lo viera— ¿Qué sucede? Estás actuando extraño, no conozco Incheón y mucho menos conozco a Siwon, ¿es alguien que deba conocer?

Minho carcajeó de alegría y felicidad, abrazó de nueva cuenta al rubio y besó su cabeza en la acción, sonrió derramando lágrimas de saber que todo había regresado y ahora pensaba hacer las cosas bien.

—Minho me estás asustando.

—Te amo Kibum, te amo demasiado.

—También te amo pero me estás asfixiando.

Minho alejó al rubio y contempló el sonrojo que adornaba sus mejillas.

—Has dicho que me amabas. —Kibum musitó avergonzado, sin poder creer que su moreno le había dicho por primera vez esas palabras que su corazón tanto anhelaba.

—Porque te amo, aprendí a la mala a que no puedo dejarte ir, te amo y mira te traje esto, rosas no porque las pisas y es feo —Kibum rió y detalló el bonito presente que Choi tenía. Ladeó el rostro con curiosidad por ver la mezcla de flores y ante eso Minho se apresuró a hablar— la camelia roja significa mi amor por ti, la blanca el amor inocente que tienes por mí.

Cartas a un amor no correspondido «MinKey»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora