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-¿A qué te recuerda esto?.-llamó mi atención mientras tomaba su slice de pizza y la alzó un poco frente a él para comenzar a lamerla de manera morbosa, reí fuertemente cubriendo mi boca rápido y lo empujé.

-Me recuerda a ti, lamiendo un trozo de pizza de una forma muy asquerosa.-se echó a reí dándole una mordida y tomé una de mis papitas mirándolo.-¿A qué te recuerda esto?.-pasé la papita por mis labios de manera lenta y sensual mirándolo a los ojos y la rocé con la punta de mi lengua para luego meterla muy lentamente en mi boca y comerla.

La cara de Luke era un poema, era una mezcla entre, sorpresa, felicidad y excitación. Sonreí triúnfate al ver como lo ponía y tomé otra papita haciendo exactamente lo mismo.

-Me recuerda esa noche donde follamos hasta el amanecer.-sonrió mordiéndose el labio y lo miré cómplice acercándome a él para besarlo.-Eres mi media mitad, en serio.-asentí callándolo con otro beso y lo escuché reír.

-Que hermosos, parecen una postal de san Valentín.-me separé abruptamente de los labios de Luke, al escuchar esa voz, era Nathan.

Sentí el brazo de Luke pasar por mi cuello atrayéndome a él protectoramente y Nathan sonrió sentándose frente a nosotros, tomó una de mis papitas comiéndosela y miró fijo mi plato.

-¿Hamburguesa vegana, amor?.-me miró con extrañeza mientras masticaba la papita y tomó otra.-Alguien quiere cuidar su figura ahora que tiene novio nuevo.-asintió con una sonrisa.-sabes que no lo necesitas hermosa.

-¿Qué haces aquí?.-escuché a Luke hablar y me tensé en la silla, algo malo estaba a punto de pasar.

-Vine a comer, ¿a caso no puedo?...te robaste a mi novia ¿y también me vas robar el sitio donde cómo?.-dijo riendo con ironía y Luke apretó los puños.

-Odias este lugar.-agregué y su mirada se posó en mi de nuevo, no tenía sentido que él estuviera aquí porque odiaba el sitio y estaba lo bastante lejos de los sitios que él frecuentaba.

Sin duda estaba acosándome y eso me estaba comenzando a dar demasiado miedo, lo miré fijo por varios segundos y sentí lastima por él, se veía terrible, con ojeras, cansado, las pupilas dilatadas, eso significaba que estaba drogado, miré sus manos y tenía los nudillos destrozados.

Mi hermano tenía razón, él estaba loco por mí, literalmente, porque era la única persona en su vida que lo toleraba y le daba cariño, su familia estaba peor que la mía y eso es decir bastante, estaba sufriendo por mi culpa mientras yo vivía mi historia de amor con Luke.

-¿Por qué no aceptas que la perdiste y la dejas en paz?, yo no te he robado nada.-Nate volvió a mirar a Luke desafiante y apreté su muslo bajo la mesa para indicarle que no dijera nada más.

-Me has fastidiado toda la maldita vida, pudiendo tener a cualquier otra mujer en el mundo...¿Por qué la mía?.-Luke soltó una carcajada y golpeó la mesa con demasiada fuerza haciendo temblar.

-Así que ese es tu argumento, que yo te quiero fastidiar la vida a ti.-lo señaló con una sonrisa burlona.-Deja de pensar que el mundo siempre gira a tu alrededor, creyéndote mejor que todos porque te cogiste a medio pueblo, eres una basura de persona, un desperdicio de oxígeno y la única razón por la Olive estaba contigo era por lastima.-Luke estaba demasiado tenso tanto que las venas de su cuello comenzaron a marcarse, sabía que estaba a punto de explotar.

-Luke...ya basta.-tomé sus mejillas obligándolo a mirarme y negué.-Cálmate, hazlo por mí, por favor.-besé sus labios cortamente en un intento por calmarlo y lo miré de nuevo.

-Siempre supe que eras una zorra.-dijo Nate y cerré los ojos lentamente.

Fue cuestión de segundos, ni si quiera supe en qué momento Luke se había levantado tan rápido para tomar a Nathan del cuello y golpearlo en la cara. Grité desesperada tratando de separarlos pero alguien desconocido me sujetó por detrás evitando que me acercara a la pelea.

Youngblood | L. Hemmings ✦VOL.I✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora