CAPÍTULO 14: Una noche de vino (Parte II)

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Narrador omnisciente

Estefany había vuelto sola y exhausta a la que ahora consideraba su casa por la noche, entró a su habitación y se tumbó en la cama; en ese momento solo quería olvidarse de todo y descansar. Pero de repente alguien golpeó suavemente la puerta.

—¿Quién es? —preguntó Estefany de mala manera.

—Soy yo, signora —contestó Penny. Entonces Estefany alzó la vista y efectivamente era ella.

—¿Qué quieres? Por favor ahora no me fastidies y vete a la cocina, o no sé adónde pero desaparece. —Le ordenó Estefany irritada, dando vuelta a la cama.

—Es que, quería pedirle que me de unos días de descanso, unas semanas de ser possibile. —Le pidió Penny fingiéndose dubitativa, sentándose al borde de la cama.

—¿Tú estás loca, verdad? Mira, si quieres hacer bromas ve a hacérselas a tu tiíta, yo no estoy para escuchar tus tonterías. —Espetó Estefany tajante y con fastidio.

—Hablo en serio, davvero necesito descansar al menos un mes.

—Creo que tú no tienes claro cuál es tu lugar aquí, ¿verdad? Acá las cosas no son a tu modo, señorita; si tú no estás en condiciones de trabajar eres despedida y punto, así te tomas vacaciones eternas. —Le explicó Estefany con franqueza, sentándose en la cama, bufando al final.

—Es que usted no me está entendiendo, signora; necesito esos días —enfatizó Penny—. Si sigo trabajando rendiría mal —le advirtió.

—¿Y a mí qué me importa? Si no rindes como se debe también se te despide, no me interesa qué problemas tengas. Además de que tú no trabajas realmente, no mereces siquiera tu salario —le recordó Estefany con una risita despectiva.

—Ajá, sí; lo dice porque usted nunca estuvo en mi lugar, usted no es una sirvienta... —Le reprochaba Penny alterándose, poniéndose de pie, pero Estefany la interrumpió.

—Fíjate en cómo me hablas... —Se defendió Estefany incorporándose también, pero esta vez Penny la detuvo a ella.

—Mas bene fíjese en como me habla usted. ¿Sabe perché necesito esos días? —mencionó Penny con altanería.

—No y no me interesa, de seguro es para irse al spa o a un prostíbulo. —Contestó Estefany mirándola con desprecio.

—Lo dice la voce di la esperienza, pero non, no es para eso. Il dottore me recomendó reposo —mencionó Penny fingiendo inocencia y suavizando su tono.

—¿Doctor? ¡De qué diablos hablas!

—Estoy embarazada. —Confesó Penny con naturalidad y el cinismo plasmado en su rostro.

—¡Y eso a mí qué! Eso te pasa por zorra, por revolcarte con cuanto hombre se te pasa, de seguro no sabes quién es el padre... —Estefany negó con la cabeza—. A mí no me involucres en tus problemas, tú verás cómo los afrontas.

—Se equivoca, ahora sí es problema suyo y sí sé quién es el padre. Estás frente a la madre del futuro figlio de Armando. —Le anunció Penny mirándola con superioridad y cruzándose de brazos en esa pose.

—¿Qué dices? —espetó Estefany con incredulidad e ironía.

—Lo que escuchó, estoy embarazada de Armando, estoy esperando un figlio suyo y él debe hacerse responsable. —Le reiteró Penny alzando la voz, pero recibió una cachetada por parte de Estefany.

—No te creo nada, solo eres una sirvienta que quiere trepar alto, una arribista, una zorra y oportunista. Me da lástima ver a cuán bajo puedes caer, ¡claro! Son las mañas de los de tu clase. ¿Y sabes qué? Sí te doy tus días libres, ¡pero para siempre porque ya me hartaste! —le anunció Estefany furiosa; esa sirvienta con aires de superioridad ya la tenía harta.

Génova, punto de partida [LIBRO I] Saga EBDMPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora