-¿Quien más tonta?- contestó Thomas con notable alegría, Scarlett no podía verlo, pero podría jurar que había una hermosa sonrisa dibujada en su rostro.
-¡Tommy!- gritó muy emocionada- Te extrañé muchísimo.
-Solo pasó un día, usualmente ese tiempo pasa entre nuestras pláticas.
Scarlett no había notado que sólo había pasado un día, pasaron tantas cosas que juraría que habían pasado semanas.
- Lo sé, Tommy pero han pasado tantas cosas hoy...
-Tranquilizate, ya sé lo que pasó a lo largo del día, no necesitas darme explicaciones.
-¿Tommy?-Preguntó Scarlett después de unos segundos de silencio.
-¿Que pasa?-contestó Thomas con singular interés.
-¿Christopher enserio quiere hablar conmigo, o solo quiere mi herencia?
Thomas guardó silencio unos segundos y finalmente respondió.
-No lo sé. En realidad no lo conozco, pero el gesto de los brownies se vio sincero en mi opinión.
-Puede ser....-dijo Scarlett mirando hacia su ventanal.-Tommy, ¿Puedo hacerte otra pregunta?
-Por supuesto, ¿que sucede?
-Cuando nos conocimos en el parque... era de día, pero cuando te agradecí por salvarme... dijiste que sólo podríamos hablar de noche o en la oscuridad.
-Aaaah, verás, lo dije...
-¿Con quien hablas?-dijo Christoper entrando a la habitación.
-¿Que te importa? Y además, ¿No te enseñó tu histérica madre a tocar antes de entrar?- contestó Scarlett encubriendo a Thomas.
-Calmate, ni si quiera me importa en realidad, pero no es normal que hables sola.
Scarlett guardó silencio indicándole que saliera de su habitación.
-Como sea, ya duérmete, no quiero que te metas en problemas con mamá-dijo él saliendo y cerrando la puerta detrás.
¿Que no podía estar 10 minutos sin molestar? Tal vez se parecía a su madre más de lo que parecía. Scarlett decidió dormir y tal vez el día siguiente las cosas mejorarían.
A la mañana siguiente, el clima de Los Ángeles no estaba para nada mal. Pero a Scarlett le parecía más agradable el clima lluvioso y fresco de Londres. Bajó las escaleras con pequeños saltitos y se sentó en el desayunador. El comedor solían usarlo en comidas y reuniones, pero nunca para el desayuno.
-¿Que haces aquí?-preguntó la madre de Christopher.
-Voy a desayunar-contestó Scarlett aguantando las ganas de agregar un obvio y sonoro "DUUH"
-No seas tonta niña, en el comedor-dijo la mujer levantándola del banco en el que se encontraba.
-¡Pero es enorme! ¿Como se supone que me sentaré junto a mi tía Molly?
-No seas ridícula y corre a sentarte antes de que pida que recojan los platos.
¿Desayuno en el comedor? ¿Recoger los platos? Eso era todo lo opuesto a lo que hacía su padre, y peor aún iba en contra de las tradiciones de esa casa.
Cuando por fin fue a desayunar, vio algo más que no era normal: omeletts de champiñones y queso en los platos, fruta con miel, jugos de maracuya y capuchino. ¿Que le pasó a esa casa? El desayuno solía ser hot cakes con miel de maple, panqués de chocolate, jugo de naranja, tocino y yogur. Todo preparado por Scarlett y su padre, no tenían empleados sino hasta después de las 10:30 y los platos se retiraban según terminabas.
La casa ya estaba de cabeza y solo llevaban 48 horas ahí esa mujer y su hijo, pero al menos no entraban a la habitación de Scarlett, o ya hubiera perdido la cabeza.
-¡Scarlett! ¡Aghh! igual a su madre- chillaba la madre de Christopher-Ah, aquí estas. Vístete, Cris y tu deben tomarse una foto familiar conmigo.
-¿¡Foto familiar con usted!?
-Naturalmente, como van a verme si no tengo una foto familiar con la hija de William que además de ser hermana de mi hijo, ahora está a mi cargo. De todas maneras, ahora soy como tu madre.
Ahora soy tu madre . Esas palabras no dejaban de sonar en la cabeza de Scarlett, pero ella ya no resistió.
-¡NO! ¡Eso no es cierto!
-¿Disculpa? ¿Me estás contestando?-preguntó la mujer con tono molesto.
-Tu no eres mi madre y no por haber tenido un hijo de mi padre es mi hermano, yo no tengo la culpa de sus errores y está claro que tu y tu hijo son los peores que mi padre pudo cometer.
-¡No me hables así o!...
-Solo tengo UNA madre y su nombre era Isabella Dankworth. Y tu nunca podrás ocupar su lugar.
La mujer dio una tremenda cachetada a Scarlett exigiendo que se callara.
-¡Clementine!- gritó horrorizada la tía Molly corriendo a ver a su sobrina.
-¿Cual es tu maldito problema?-dijo el tío John con su fino vocabulario de siempre.
-Y...yo, no se que me pasó- dijo Clementine horrorizada.
Después de semejante show, Scarlett estaba divertidísima, y ahora sabía el nombre de aquella latosa mujer. "Clementine". Definitivamente ese nombre ya nunca iba a sonar igual a sus oídos.
Pero algo no estaba bien, Christopher, estaba... ¿llorando? Tal vez, pero lo que menos importaba eran Clementine y Christoper. Total, igual y eran lágrimas de cocodrilo. Pero de todas maneras había algo que hacia sentir mal a Scarlett, algo relacionado con su medio hermano...
ESTÁS LEYENDO
Mi ángel guardián.
Teen Fiction¿Cómo sabes diferenciar un ángel de otra criatura? ¿Y si tu ángel estuviera junto a ti todo el tiempo, y tú estuvieras segura de ello? Portada: Hemmings_Zapata