Capítulo 14.

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Después de prometer que Christopher no vería la oficina de su padre, Scarlett se despidió de Thomas y llamó a Christopher para que estuviera con ella al momento de ver las fotografías. Él como siempre fue encantado a ver si podía ayudar de alguna manera. Scarlett se sentó en el ventanal y el muchacho junto a ella. Sacaron las fotografías de la caja, pero cuando estaban a punto de revisarlas llegaron Clementine y los tíos de Scarlett, así que tuvieron  que guardar de nuevo las fotografías en la caja y ocultarla otra vez en el armario.

Scarlett y Christopher decidieron preguntar cuanto antes sí podrían ir a Texas a buscar a Bennet. Al principio Clementine dijo que no, y los tíos de Scarlett estaban de acuerdo, pero Christopher logró convencer a Clementine después de mucho rogar y prometer hacer cientos de tareas en casa. Finalmente acordaron que Christopher llevaría a Scarlett, pero sólo irían de ida y vuelta a casa de Bennet y como máximo se quedarían una semana.  El tío John los llevaría y recojería de la central de autobuses. Scarlett se apresuró a subir a hacer su maleta al igual que Christopher. Empacó ropa suficiente para una semana, zapatos, un cuaderno y demás cosas que podría necesitar, además de la caja de música y el diario de su madre, no sabía si podría necesitarlo.

A media noche creyeron que seria una buena hora para partir considerando el tiempo del viaje.

El tío John comenzaba a maldecir al pie de la escalera como solía hacerlo antes de salir de la casa. Christopher bajó y Scarlett después de él para en seguida salir y subir al auto. En el camino casi no hablaban, no estaban seguros de ser hermanos, es decir, Christopher tenia los rasgos de su padre, pero Scarlett por su parte tenia un parecido enorme con su madre. Al llegar a esperar el autobús, el tío John se despidió de ellos y le dio a Christopher algo de dinero advirtiéndole que era para emergencias. Esperaron veinte minutos hasta que el autobús llegó y ocuparon sus asientos. Scarlett se sentó junto a la ventanilla dejandole a Christopher el asiento del lado del pasillo. Cuando el autobús partió quedaron en silencio.

No sabían si eran hermanos o sólo había sido un engaño, y faltaba poco para saber la verdad.

Si eran hermanos volverían felices, como si nada hubiese sucedido, pero si no lo eran, nada estaba asegurado; podían seguir igual como si en realidad si fueran hermanos, o podía ser que sólo se distanciaran. Pero el tiempo y la explicación de Bennet lo dirían todo.

Eran seis  horas y media  de camino. Llegarían a las siete de la mañana, así que tenían suficiente tiempo para pensar que pasaría después. Scarlett se quedó dormida a la una de la mañana y Christopher después de ella.

Scarlett sintió como el movimiento del autobús la adormecía. Sus párpados comenzaron a pesarle y cuando se dio cuenta ya estaba dormida. Despertó y se encontraba en una mansión enorme, probablemente un castillo. Las paredes estaban cubiertas por un papel tapiz color crema y el suelo por una alfombra beige con un patrón a los lados con una forma bastante peculiar: parecía ser una historia tejida, trató de seguirla y cuando creyó llegar al principio comenzó a intentar decifrarla. Empezaba en un castillo, que dedujo era en el que se encontraba. Las personas eran algunas con elegantes vestidos y otras vestían humildemente y en sus rostros podía apreciarse preocupación o quizás dolor. Siguió viendo la historia. Las personas perdían las desagradables expresiones dibujo a dibujo. Pero en uno de ellos no salia una multitud, si no una doncella. Llegaba en una carroza color mamey y un hombre de baja estatura la ayudaba a bajar. Scarlett notó que debía tratarse de una historia muy antigua y siguió viendo. La doncella se acercaba a un hombre entre la multitud y a juzgar por sus rostros comenzaron a hablar.  La doncella parecía tener una oferta y el hombre parecía rechazarla con falta de interés.  La doncella seguía insistiendo y el hombre por fin cedió. Se edificó un castillo aún más grande. Nació un niño y la gente por fin perdió su expresión de tristeza por completo, a excepción del hombre que hablaba con la dama; ahora tenia una expresión de preocupación en el rostro. Las personas sembraban y cosechaban, criaban animales, y volvían día a día más grande el castillo. El hombre salía a caballo continuamente por los alrededores y revisaba que hicieran su trabajo. La mujer solía hilar y coser  a diario acompañada por sus damas de compañía y la tela se veía cada vez más grande y colorida. El hombre salió a caballo una noche yendo al bosque. Éste era espeso y no podía verse mucho a través de la vegetación, pero notablemente no se trataba de uno de sus paseos.

Scarlett no pudo ver más por que se atravesó una puerta de madera. Estaba a punto de girar la dorada perilla cuando escuchó la voz de Christopher llamándola. "Scarlett, llegamos" decía moviéndola para que despertara. Tan cerca y tan lejos. Podía tener que ver con su madre o con su padre o con algún lugar que fuera importante y ni siquiera pudo ver el sueño completo. Pero Bennet podía saber algo al respecto,  y siendo hija de Isabella Mutschlechner y William Dankworth seguramente conseguiría las respuestas que tanto buscaba.


Mi ángel guardián.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora