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Las ganas de vomitar de nuevo se hacían presente.

Si tan hubiera sabido lo que es sobrellevar un embarazo, le habría importado muy poco lo que dijeran los demás.

Sin embargo, ya era tarde.

Estaba en el quinto mes y ya nada podía hacer.

Solo soportar la carga que llevaba dentro, la furia de haber terminado de una manera tan lamentable.

A los diecinueve años pensaba en un glorioso futuro.

Y ahora con veintitrés nada se acercaba a lo que antes había planeado.

Salió del cuarto de baño y siguió en lo suyo.

Tapar sus heridas.

Algunas eran leves, otras un poco graves.

Que torpe se fue convirtiendo con el pasar de los años.

Por "suerte", no le pasó nada a su, ya algo abultado, vientre.

Suspiró cansado, tomó rumbo al sofá, he intento avanzar el tejido que dejó hace unos minutos.

No le salía bien, sabía que debía apurarse.

Tejer una bufanda tan larga como pensaba iba a requerir tiempo.

Tiempo que poco a poco llegaba a terminar.

Otro dolor de espalda, otro antojo, otro pequeño golpe, otra vez llorar por las noches...

Nunca pensó que esto fuera a ser su rutina desde esa noche en que los celos arruinaron su vida.

Ahora despertar ya era agotador, ni siquiera llegaba a salir de su cama.

Hasta un día cualquiera, alguien tocó la puerta.

Con temor, se acercó para abrir.

—¿F-fresh?

—Hello Tinta.

Cerrar la puerta intentó, mas él contrario no lo dejó.

Fresh, por favor...

— Yo...ya lo sé.

Bastó decir eso para que cediera en dejarlo pasar.

—¿Qué haces aquí? ¿Pensé que estab...?

Error, eh...

—¿Qué?

—My bro no sabe mucho ocultar ciertas cosas —Se acercó al de menor estatura y lo estrecho en sus brazos, cuanto extrañaba sentir la calidez que el contrario emanaba— ¿Estás seguro de tu decisión?

—Sí —Se quedó congelado a la acción del contrario, en verdad deseaba corresponder el abrazo— No voy a cambiar de opinión— Su vientre lo incomodaba— No vas a lograr nada.

—¡Yo podría cuidarlo! —Hacerse cargo del hijo de la única persona llegó a amar, que acto tan bondadoso.

No.

¿Por qué no? Considera otras opciones.

—Ya no podría verte nunca más. Si te harías cargo, estaría pegado todo el tiempo a ti, tendría que hablarle,yo no quiero volver a cruzarmelo.

Y...

Lo mismo digo con Geno y Blard... No se te ocurra decirles.

— ¿Por qué tendría que esconderselos? No tiene sentido, son tus amigos y ...

—Solo haz eso por mí, te lo pido... —Se apoyo en el pecho del yolero, lo suplicaba como si fuera el último favor que pedía— No les vayas a decir.

—Bro, yo no miento. Es cruel pedir eso...

—Ahorremos todo esto —Alzó la mirada hacía al de gorra— ¡Todo volverá a ser como antes! —Sonrió desesperado— Será como antes, como en la universidad... Podría haber la maldita posibilidad de volver con lo nuestro —Se aferraba al pasado— ¿No te gustaría eso? Blard y Geno serían pareja, tú y yo podríamos intent... N-no te vayas.

Fresh no podía seguir escuchando.

Ver el rostro con heridas, moretones en sus piernas, algunas curitas ocultando los pequeños accidentes que tenía Ink... lo lastimaba.

Decidió volver otro día.

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—Mañana faltaras al colegio, así que descansa ¿Okey? —Un suave beso en la frente le dio al menor.

—S-sí — Se acomodó entre las sábanas.

Tan pronto el invierno llegó, la lluvia se hizo presente con mayor frecuencia, casi todos los días.

Provocando que Paper Jam se enfermará.

Se quedaría unos días en casa.

Por cosas de la vida, escuchó sin querer la triste verdad.

Toda su vida llena de mentiras.

Ahora sus preguntas tenían respuestas, aunque unas eran realmente agrias.

Qué lamentable saber todo cuando faltaba un mes para tu cumpleaños.

Sin respuestas ☾Fresh x Paper Jam☽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora