Narra Alicia
Dos días han pasado desde aquello. Las cosas van bien con Sofia...y ¿Maria? Pues...quizá por suerte divina la vida me sonrió y sus padres se quedarán por toda esta semana.
-Hola chupa conchas.-Dijo Andres llegando con una gran sonrisa.
-Te equivocas chupa picos.-Dije molesta.
-Ah, cierto...tu eres la pasiva...Hola concha chupada.-Dijo riendo, provocando que me sonroje.
-¡Cállate!-Grité molesta.
-¿De qué hablan?-Preguntó Maria llegando a su asiento.
-De nada que te interese.-Dijo Andres con seriedad.-Oh, Alicia...Coddy te invitó a cenar.-Sabía que decía eso para que Maria no se diera cuenta de que saldría con Sofia.
-¿Otra vez? Mis padres te quieren conocer.-Dijo Maria molesta.
-Lo siento, pero mi obligación como amiga esta primero, no les puedo fallar, además, tu y yo solo somos amantes, no tengo obligaciones contigo.-Dije con una sonrisa.
-Esta bien, supongo que tengo que aceptarlo.-Dijo suspirando.
-Bien, objetivo completado.-Pensé viendo a Andres con alegría, quién asintió.
-Muy bien niños a sus asientos.-Dijo el maestro, por lo que Andres inmediatamente se dirigió a su asiento.
Narra Sofia
Suspire mientras terminaba de ordenar la mesa para el desayuno.
Hoy entraría tarde al trabajo, así que por fin podría cumplir la promesa que le había dicho a Alicia. Hoy terminaría con Estela.
Quizá será cruel terminar con ella después de hacerle el desayuno, pero quiero hablar con ella teniéndola tranquila.
-Despierta Estela.-Le dije moviendola suavemente, a lo que despertó.
-¿Qué pasa amor?-Preguntó sonriendo.
-Como odio que esa palabra salga de sus labios.-Pensé.-Epa, eso no.-Dije evitando que me besara.-Levántate, es hora de tomar desayuno.-Dije para después salir de su habitación y volver a la cocina.
Diez minutos pasaron para verla llegar, y ella, al ver el desayuno se alegró.
-Amor, hace mucho que no hacías esto, es hermoso.-Dijo sentándose, por lo que inmediatamente servi el desayuno. Un buen trozo de pastel hecho a mano.
-Hace mucho que no hacía uno.-Pensé.
-Esta delicioso.-Dijo alegre mientras comía el pastel.-¿Te acordaste de nuestro aniversario?
-Mierda...¡¿Nuestro aniversario?! Vaya regalo que le voy a dar.-Pensé mientras me sentaba.-En realidad. Quería hablar de otra cosa contigo.-Dije con seriedad.
-¿Eh? ¿De qué quieres hablar?-Me preguntó con curiosidad.
-Estela...Lo que te voy a decir no es nada fácil. Te va a doler.-Inicié la conversación, logrando llamar completamente su atención.
ESTÁS LEYENDO
Para el amor no hay edad
RandomUna alumna con muchos problemas en su vida se enamora de una profesora ¿Qué pasará?