"A moment to remember II"

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Esa voz se reconocería en cualquier lugar, con la chispa que tenía de alegría y simpatía; aunque la de cabello corto no la conocía, sabía de quien era esa voz, la cual había escuchado muy bien cada vez que llamaba al rubio preguntándole en donde estaba mientras el colocaba la llamada en alta voz para que ella escuchara.

No era más ni menos que Marinette Dupain-Cheng.

No sabía que Luka la conocía pero sólo rogaba a todos los santos que el no hubiese venido con ella.

- Pequeña.- dijo su prometido mientras movía su mano en frente de ella llamando su atención.

La chica aterrizó y al poner atención a su entorno sintió como le lanzaban un balde de agua helada que la hacia temblar, sentía que su voz no iba a salir y que sus manos no podían moverse. Su mirada estaba fija en esos ojos verdes que tanto extrañaba, convirtiendo el ambiente en el lugar más incómodo sobre la tierra.

- Ellas es Marinette y el es Adrien, su novio.- dijo su prometido sonriendole alegremente por la llegada de su amiga. La castaña suspiro aliviada, porque su novio no había notado el ambiente que se había formado.

- ¡Un placer conocerte ________, Luka me ha hablado mucho sobre ti! - dijo entusiasmada la azabache. Ella sólo respondió con una sonrisa y estrecho su mano dándole un pequeño apretón mostrando dominio. Cosa que pasó desapercibida por la franco-china.

Al estrechar las manos con el rubio sintió una fuerte corriente eléctrica por su cuerpo, intentó evadirla y repitió el mismo gesto que con la azabache.

(...)

- !Espero te guste pequeña, lo mande hacer especialmente para ti!- exclamó con alegría el músico a ver al mesero colocar la orden especial que había pedido para la chica.

Era el postre favorito de la chica. Pastel húmedo de vainilla, relleno de crema pastelería con sabor a limón y cubierto con crema de almendras y frutos rojos, además de tener algunos pedazos de frutas bien cortados como decoración.

La chica le sonrió agradeciendole el detalle y se dispuso a comerlo mientras todos esperaban sus platillos y cierto rubio la miraba cada que podía, éste se percató de un gran detalle. El pastel parecía contener nueces, solo esperaba fuera mani.

La chica terminó de comer su pastel después de unos minutos y limpio su boca, sintió sus labios hinchados y su garganta seca. Eso bastó para alarmarse. Comenzó a escarbar en los restos del pastel que quedaban en el plato. Buscando la razón de aquello.

Oh no.

- Luka...- su respiración se entrecortaba, y su garganta ardia. El no la escuchaba puesto a que comenzaba a hablar muy bajo.- ¡Luka!- con las fuerzas que tenia grito llamando la atencion de todos sobre la mesa.

El al verla se sobresalto, ya no sólo eran sus labios hinchados y rojos, sino sus ojos llorosos y la palidez de su piel.

-El pastel tenía nueces...- dijo a duras penas. Sentía que en cualquier momento dejaría de respirar y eso la ponía nerviosa.

Luka y Adrien se levantaron inmediatamente de la mesa haciendo que los demás también lo hicieran.

- ¡Hay que llevarla al hospital!- exclamó aterrado el músico, se sentía un completo imbécil por no haberse acordado que ella era alérgica a las nueces.

Por otro lado, el rubio quería lanzarse de un puente; Si le hubiera dicho, ella no estuviera así, pero intentaba de mentalizarse de que no podía hacer nada puesto a que el "no la conocia".

- Cargala, yo conduzco.- le dijo el músico al rubio tomando las llaves del auto. El sólo asintió y tomo a la chica de su asiento y la cargo de manera nupcial.

Corriendo entre la gran cantidad de gente en el restaurante salieron y se montaron en el auto del músico. Adrien acariciaba el cabello de la chica de manera en que no fuera visible por el de puntas azules, la chica cada vez se ponía peor, inhalaba y tosia fuertemente en busca de aire, su vista se volvía borrosa y su pulso descendía.

Tomo la mano del rubio y la apretó con fuerza no quería morir y menos así, el rubio la observó y se percató de que sus ojos comenzaban a cerrarse. La tos comenzaba a cesar y el agarre del rubio se comenzó a aflojar, el rubio no sabía que hacer y el músico corría a toda velocidad por la carretera, pasándose todos los semáforos en rojo que encontraba.

- ¡Luka, apurate!- le exclamó el rubio preocupado, la chica parpadeaba lentamente y su pulso era cada vez más lento. Su piel parecía tan blanca como la leche, sus venas se veían y la parte de sus ojos se encontraba levemente oscura.

El músico como pudo voltio rápidamente y la observó, regresó su vista al frente y piso a fondo el acelerador.

Al llegar al hospital la bajaron a toda velocidad por el área de emergencia, el rubio adelanto al músico, juraba que su corazón se detendría si ella cerraba los ojos. La coloco en la camilla y llamaron a un doctor.

- Hey mi Ángel, no cierres los ojos Por favor.- le susurraba adolorido el rubio a la chica pero no parecía funcionar.- ¡No cierres los ojos!- los ojos de la chica se cerraron y su respiración se detuvo.

-¡No!...

Secret love | Adrien Agreste | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora