"Events, decisions and secrets"

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Una cabellera rubia se asomó por la puerta de la habitación, haciendo que ambos adultos suspiraran aliviados por quien había entrado y agradecían mentalmente que no eran ni el músico, ni la joven diseñadora, pues eso habría causado un gran problema y en estos momentos no se encontraban preparados para más eventos.

- Se detuvo a un lado del rubio - Deberías de salir, pues tu noviecita está preocupada. - hizo comillas con los dedos la rubia.

El rubio sólo desvío la mirada no querí a salir aún, quería seguir más tiempo a su lado pero podía parecer extraño y no quería que sospecharan, pues habria que dar muchas respuestas y no está dispuesto a eso en estos momentos.

- ¿Y Luka? - pregunto la de cabello corto.

A tal pregunta el rubio sólo apretó los puños y fruncio el ceño, le molestaba cada vez que ella hablaba o preguntaba por aquel hombre de ojos azules y las puntas del cabello del mismo color pero eso ella no lo sabía; la rubia se percató de aquella acción relagandole una mirada desaprobatoria.

- Sigue siendo su prometido, Adrien. - dijo la de ojos azules cruzandose de brazos - Y no quiere entrar, se siente culpable por como te encuentras. - explicó.

El rubio molesto salió de la habitación rápidamente dando un estruendoso portazo, la rubia sólo pensaba en lo inmaduro que podía ser su amigo mientras que la castaña veía el lugar por donde se fue de manera triste, no quería hacerlo sentir mal.

- Tal vez es hora de que dejen todo lo suyo atrás e intentar ser felices con sus parejas.- aconsejo la rubia sentándose en el borde de la camilla.

- Eso intentamos pero es difícil y más cuando lo tienes en frente. - explicó colocándose nuevamente la máscara de oxígeno.

- ¿Amas a Luka? - pregunto la rubia.

- Lo quiero muchi... - sus palabras quedaron en el aire al ser interrumpida por su acompañante.

- No te estoy preguntando eso. - regaño la rubia - si no lo amas, olvida todo esto y se feliz con quien verdaderamente amas.

La de cabello corto limpio las espesas lágrimas que salieron de sus ojos, como desearía poder hacerlo pero no quería lastimar a nadie porque estar con Adrien dañaria a dos personas y por más odio que ella pudiese tenerle a la azabache tampoco quería que ella saliera lastimada. Ella no era mala. La rubia al no recibir respuesta alguna de la castaña, simplemente le sonrió con ternura y le regaló un cálido abrazo que sabía que la chica necesitaba. Después de eso simplemente salió de la habitación dejando a una castaña con un nido de pensamientos en su cabeza.

(...)

El sonido de las tazas al chocar contra las mesas, más la música clásica de fondo, inundaba los oídos de todo aquel que entrará a esa cafetería la cual desprendía un exquisito aroma a pan recién salido del horno, café tostado y galletas crujientes. Una pareja de amigos se encontraban hablando gustosamente pero de un momento a otro el tema de la conversación tomo otro rumbo.

- Ya no pueden seguir con esto hermano. - habló un moreno de lentes mientras trataba de hacer recapacitar a su amigo.

- Es muy difícil aunque creo que para ella no lo es tanto. - mencionó dándole vueltas a su café después de echarle azúcar.

- ¿Qué quieres decir con eso? - interrogó el moreno.

- Hace un mes que no nos habíamos visto Nino y hoy cuando Chloe entró inmediatamente pregunto por el. - golpeó la mesa con sus puños.

- Adrien recuerda que el aún sigue siendo su prometido, además que hay de las veces que hablabas desbordando miel y azúcar con Marinette por teléfono teniéndo a ella al lado. - mencionó cruzando los brazos sobre la mesa.

- Pero es distinto. - Suspiro el rubio.

- No es distinto Adrien, ambos se hacen daño y sólo hay dos opciones o se olvidan de que tuvieron algo, o dejan sus relaciones para estar juntos. - dijo el moreno.

(...)

- Estaba muy raro Alya. - habló la azabache decaída por el extraño comportamiento de su novio, el cual a sus ojos se había mostrado demasiado interesado en la novia de su mejor amigo.

La morena, que la veía frunciendo su ceño estaba algo fastidiada por las acusaciones que le hacía su amiga a su propia pareja. Levanto sus lentes y se estrujo los ojos para relajarse, se recosto del mueble en donde se encontraban sentadas y miro a su amiga.

- Estas delirando Marinette, tu muy bien sabes que el es así con las personas, así sean desconocidos. - refirió a lo atento y amable que era el rubio.

- Lo se Alya... - Suspiro la franco china - ¿Pero y si hay algo más?

- ¿Qué más podría haber Marinette? ¡Se conocieron hoy! - exclamó - además conozco a _____, ella no es esa clase de persona.

- En eso tienes razón. - se detuvo un momento a pensar con su cara enterrada entre sus pálidas manos - ¿Y si lo hay ahora que se conocen? Ella es hermosa y Adrie... - la interrumpió su amiga.

- Marinette, te lo voy a dejar más sencillo no tienen ni tendrán algo. Se cual es tu miedo y tranquila Adrien no lo sabe ¿o Si? - cuestionó la morena.

- No el no lo sabe, ni lo sabrá. - contesto desviando su mirada a la vez que jugaba con sus manos.

- ¿Aún sigues con eso? - interrogo, recibiendo como respuesta de la azabache un tímido asentimiento de cabeza.

La morena la observó de mala manera y suspiro pesadamente, pensaba en lo ilógica que podría ser su amiga pero aún así la quería y sólo esperaba que pudiera hacer las cosas bien. Se levantó del mueble y tomo sus cosas para irse de ahí. A veces no quería saber tanto de aquella chica que tenía el título de su mejor amiga.



Secret love | Adrien Agreste | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora