"Opportunities and catastrophic decisions"

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"Este capítulo contiene escenas sexuales, saltelas si no es de su agrado"

Un rubio se encontraba en su oficina admirando desde el gran ventanal que poseia esta lo pequeña que se veia París desde donde estaba, lo unico que seguía imponente y hermosa era la Torre Eiffel, que atraía la atención de todo aquel que la viera.

Pensaba que tan asquerosa era su vida, no estaba con la persona que ama y para el colmo ella iba a casarse. El añora y espera con ansias que aquella mujer llegue a sus brazos diciéndole que ya no había compromiso y que ya no había nada con aquel tipo.

Desde el incidente en el restaurante que fue hace un par de semanas no la había visto y sentía que el tiempo pasaba de lo más lento para hacerlo sufrir, pues era una agonía. Sabía que ya no podía verla pero como deseaba que todo fuera menos doloroso y que la vida no lo torturada tanto.

El repicar del teléfono de la oficina lo sacó inmediatamente de sus pensamientos. Trayendolo de manera brusca a la realidad.

- ¿Hola? - hablo al contestar.

- Señor Agreste, su novia desea contactarse con usted. - anunció su asistente a través de la línea.

- Transfiera la llamada por favor. - ordenó y espero unos segundos para escuchar la voz de la azabache.

- Amor, iré a despedirme de Luka al aeropuerto. - dijo animadamente su novia.

- ¿Luka? - pregunto curioso.

- Si, se va hoy de París para dar un concierto en Italia. - explicó.

- Oh bien, te dejo; tengo unos diseños que aprobar y estaré ocupado. Cuidate. - se despidió rápidamente de la azabache la cual sólo alcanzó a decir adiós.

Era su oportunidad, aprovecharía estos momentos para estar con el amor de su vida así que pondría manos a la acción. Espero unos segundos a que la llamada anterior perdiera completamente la conexión para luego tomar el teléfono entre sus manos y marcar.

- Louisse, contactame con Chloe por favor...

(...)

- ¡Oh sí, joder! - exclamó con éxtasis la azabache al sentir como su interior se contraia al sentir los dedos de su acompañante presionar con rudeza aquel punto que la hacia temblar de placer.

La lengua de su contraria pasaba con velocidad y agilidad por su clítoris exitandola aún más, era impresionante como con tan sólo eso podía hacerla venir en segundos. Apretaba sus senos desesperadamente pues otro orgasmo se avecinaba.

La habitación estaba inundada de gemidos y jadeos por parte de la azabache que veía con lujuria como las manos de su amante recorrían su cuerpo mientras su boca se encontraba otorgándole placer.

- ¡Oh Dios mio! Ya me voy a... - anunció siendo interrumpida por sus propios gemidos que salieron de imprevisto nuevamente al sentir la gran ola de calor golpear en su parte baja.

Su acompañante se levantó de donde se encontraba pero aún con una de sus manos seguía masturbando a la azabache que exigía más, con la mano que le quedaba libre tomo el rostro de la chica y beso sus labios con ferocidad.

Se recosto a un lado de la azabache y la abrazo por la cintura acariciandola con dulzura a la vez que dejaba pequeños besos por su hombro.

- Te amo Kagami. - Suspiro con cansancio.

- Y yo a ti.

(...)

Una persona tendría que estar muy necesitada sexualmente para hacer lo que el estaba haciendo ahora, pero ¿Desde cuándo no estaba con alguien? Ella no ha querido estar con el en ese estilo metiéndole en la cabeza que tiene que esperar hasta que se casen. Sabía que esto estaba mal y era primera vez que lo hacía, no estaba del todo convencido pues esto lo hacía sentir como un imbécil.

Había organizado este viaje desde que le pidió matrimonio a la chica pues nada más necesitaba la confirmación de la chica.

Faltaban unos cuantos minutos para aterrizar y los nervios estaban a flor de piel, intentaba olvidar por momentos el hecho de que tenía novia y que dentro de tres meses se casaban, pero le era difícil. La voz del piloto del avión se escucho por los parlantes sacándole de su pequeña burbuja de sentimientos negativos con respecto a la decisión que había tomado.

El avión finalmente aterrizó y como si de una alarma se tratara su teléfono sonó.

- Ya estoy aqui, te espero. - habló una voz femenina para luego cortar la llamada.

Ahora si no podía retractarse.


Secret love | Adrien Agreste | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora