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❝ Pendiente❞


  Luego de trabajar durante tanto tiempo para SHIELD, Natasha Romanoff podía decir que lo que menos le gustaba de aquello era entrenar a los novatos.

Los recién ingresados era un tema que hasta le daba dolores de cabeza. Para ella esos jóvenes eran como niñatos malcriados, débiles e insulsos, pero por algo ella los tenía que entrenar, para volverlos todo lo contrario. Y si bien los métodos con los cuales la entrenaron a ella en su momento en la KGB diferían demasiado a los que la agencia la obligaban a emplear ahora, trataba de adaptarse; aunque no lo iba a negar: a veces la tentación de entrenarlos como lo habían hecho con ella le ganaba. Un par de esos ejercicios y prácticas los iban a ablandar. El entrenamiento de SHIELD era muy suave a lo que ella había experimentado —y sufrido— en el Cuarto Rojo.

La pelirroja estaba a cargo de un grupo de veinte jóvenes que habían ingresado hacía un mes, de los cuales doce eran hombres y ocho mujeres, de entre diecinueve y veintisiete años. Hill se los había asignado porque, según ella, era el grupo de los «enclenques» y ningún entrenador quería hacerse cargo de esos ingresantes tan... heterogéneos y endebles.

—Soy agente, no entrenadora —Natasha había sentido la necesidad de recordárselo a Hill cuando ella le dio la noticia.

—Lo eres ahora —repuso ella.

—Dame una misión, mándame con un equipo cualquiera, pero no me pongas a entrenar a niños.

—No son niños. Y por el momento no requerimos tus habilidades de espía, pero sí los de entrenadora.

Natasha Romanoff no había podido decir que no, estaba obligada. Le había preguntado a Maria Hill, ya resignada, por qué habían elegido a esos ingresantes si eran como eran.

—Se supone que se van a desarrollar en sistemas y administración, pero ya sabes, todos para trabajar aquí necesitan un mínimo entrenamiento. —le había respondido. Dicho eso, procedió a presentarle al equipo.

Los primeros días habían costado, la mayoría de ellos sabían quién era ella, y se mantenían distantes, temerosos, extremadamente rectos o educados. Natasha necesitaba flexibilidad, concentración, habilidad y fuerza, aptitudes que casi ninguno de ellos tenía. Estaban muy tensos y nerviosos ante su presencia, había muchachos que no poseían ni un músculo en su cuerpo y había chicas que de coordinación nunca habían oído en su vida.

Sí, lo detestaba y más a ese equipo, pero estaba encerrada de posibilidades de liberarse de esa tarea, así que no tuvo más remedio que tomárselo como un reto. Iba a convertir a aquellos jóvenes en uno de los mejores grupos de ingresantes de SHIELD.

Lamentablemente no lo había logrado, pero había pasado un mes y un par de días y el avance se notaba a leguas. Había logrado que pasaran de correr diez minutos a media hora, que lograran defenderse de los ataques más usuales, que se sientan un poco más confianzudos a su lado y hasta la espía se había tomado el gusto de romperle la nariz durante un enfrentamiento de prueba a un novato desubicado y descolocado. Aquello la había hecho ganar admiración por parte de las mujeres y respeto por los hombres. El equipo ya no estaba tan distante y callado, se los notaba más participativos y entusiasmados. Iban por buen camino, aunque todavía les faltaba.

Natasha Romanoff estaba estudiando y examinando a los ingresantes mientras ejercitaban y practicaban. Se movía a paso lento y silencioso entre los jóvenes, con las manos descansando detrás de su espalda, procurando no interrumpir si es que no tenía que corregir pero haciendo notar su presencia.

Observó los movimientos de una joven, enseguida la detuvo.

 —Balker —la llamó mientras se acercaba. La muchacha, dando un leve sobresalto al escuchar su apellido, se volteó hacia la espía—. Recuerda de acompañar el movimiento con tu cuerpo, usa tu peso a tu favor. Piernas bien separadas, bien posicionada —le explicó mientras le mostraba la posición con su cuerpo. Lanzó un golpe al aire para enseñarle cómo tenía que hacerlo. Balker la imitó, Natasha la corrigió una vez más y cuando lo hizo bien, la dejó continuar.

ROJO PÚRPURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora