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18/Junio

Día ##

Al parecer el que mi padre haya aparecido en mi casa hace algunas horas era  solo la punta del iceberg ya que al parecer, aquel cambio de Florida a California se le fue concebido, y desde ayer estuvo buscando residencia porque según el no quería vivir en mi departamento ya que sería un peso en lo "pésimo" que iba por estos días mi vida, y que le era más fiable el hecho de vivir cerca de aquí individualmente.

Su puesto dentro de la empresa seguía intacto solo que de una rama independiente en otra parte del país desde que nos mudamos a Nueva York y de allí a Florida.

Más que nada yo estoy feliz de que esta persona que es un enorme ejemplo a seguir desde que tengo uso de razón y memoria, de volver a compartir más tiempo desde que mudé aquí por la universidad, y el hecho de que ya estemos más juntos me pone de buenos ánimos a pesar de que lucho por mantenerme a flote que este chico que es con quien comparto parte de mi vida en estos momentos.

Aún así siento que algo más pasará por aquí, aparte de las vacaciones que comenzarán pronto es algo más.

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    Ya habían pasado unos cuantos días después de que mi padre se presentó en el departamento ese día, ¿las razones? Son demasiadas pero aún no logro comprenderlas completamente ya que no se me hace suficiente excusa el hecho de que no avisará, entiendo que pues hablamos de una sorpresa que me quería dar y todo eso, se respeta y... No, debo aceptar que se  vino aquí por mí.

    Actualmente me encontraba enfrente de su puerta, el ahora trabajaba en casa ya que ante la ausencia de la presencia de su empresa aquí en California tiene que trabajar en casa bajo cotización, así que ahora se esclaviza en casa, aunque si salga.

    Toqué la puerta unas cuantas veces y esperé a que saliera, la casa era bastante bonita y un poco amplia para solo una persona, unos pasos se oyeron del interior y mi papá salió con unos anteojos y su típico lapicero en su oreja, recibiendome con una sonrisa al momento se verme.

—Hola hijo, que bueno que vienes aquí de visita —Dijo soltando la puerta haciendo el amague de que lo abrazara.

—Hola viejo —Dije con una sonrisa respondiendo el abrazo.

—Emm, pasa hijo —Se hizo a un lado de la puerta y yo entré, habían varias cajas apiladas al los alrededores.

    Habían muebles que parecían ser recién comprados, todo parecía ser nuevo y al ser una casa con una solo piso todo parecía bastante amplio, y comencé a formular bastantes teorías en mi cabeza, un tanto absurdas para mí.

—¿Gustas café? —Preguntó al cerrar la puerta y entrando a una cocina bastante organizada.

—No rechazaría eso padre —Dije siguiéndolo.

    Preparamos el café y nos sentamos en los sofás que aún eran resguardados por un plástico con ese olor tan peculiar que en algún momento me gustó. Pasamos los minutos hablando desencadenando un tema detrás de otro, recuperando el tiempo perdido que hubo entre los dos, hasta llegar que uno me interesó bastante.

—Espera, ¿Hablas enserio? —Pregunté estupefacto ante la noticia ya que para  nada me lo esperaba.

—Sabes que jamás juego con estos temas —Aseguró sonriendo —Voy ha ser abuelo y tú tío.

Bitácora de un Universitario ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora