CAPÍTULO 3

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TRES AÑOS DESPUÉS

VERÓNICA

Habíamos pasado la primavera, nos encontrábamos en verano, a solo dos días del cumpleaños de Lauren, me encontraba feliz, habían pasado ya los tres años, unas importantes etapas que, creo yo, nos habían hecho madurar de una forma que no nos habíamos imaginado, Lauren ya no era más aquella niña que se dejó manipular por aquellas figuras de autoridad, las cuales habían perdido cualquier atisbo de respeto, no era rebeldía nuestra, era abrir los ojos, ver nuestra situación de otra perspectiva, pero había tardado bastante en llegar.
Tenia una larga lista para describirnos ahora, no es que confiaramos en todo mundo, ella y yo habíamos estado juntas por mucho más tiempo, tal vez fue la desolación de ambas al perder el primer amor, tal vez fue la resignación y a la vez la esperanza de un futuro mejor, a lo mejor fue la doble vida que ninguno sabía que llevábamos por años, o mejor aún, aquel rencor que se apoderaba de nosotros el ver que nada en nuestra vida era como esperábamos que fuera.
Haciendo memoria en corto tiempo, podía ver el avance que ella había tenido en su persona, muchos no lo saben pero tenemos secretos, unos que a muchos les dejaría la boca abierta.
Es más les aseguro que todos los chicos del colegio, tenían una imagen de nosotros un poco alterada, ambas teníamos carisma, el suficiente para ganar a todo aquel que quisiéramos, que éramos brillantes en académicos, deporte y relaciones, simplemente perfectas, quien estaba de nuestro lado, quien se arriba a nosotros ganaba buena reputación de solo sonreírle. Todos nos defendían, porque, éramos incapaces de hacer algo indebido, nadie a excepción de Camila, Lucy, Dinah y Normani, sabían lo que habia pasado hace tres años, nadie se enteró del rechazo por parte de Camila hacia Lauren. Ni de las noches inconsolables que pasó por más de dos meses, ni del roto corazón que ambas compartíamos por personas equivocadas.
Pero ahora estabmos bien, muchas chicas notaban lo sexy que era, lo atractiva que podía llegar a ser y una heredera asegurada estupenda.
Yo, su mejor amiga sabia que a pesar de su ego enorme, de sus sonrisas mañaneras, de sus buenas obras, de su excelente personalidad, había un vacío que era difícil de llenar, era como si la herida hubiera mal sanado, seguia abierta, ella seguía enamorada de mí hermanastra, la cual muchas veces le dejo claro su desprecio, restregando la re relacion que tenia con Austin desde hace mucho, las redes fueron cerradas por Lauren por un tiempo, se elejo para poder mirarla de lejos, salía con chicas, chicos y ninguno podía hacerla olvidar, yo, me encontraba igual.
- Apresúrate, llegaremos tarde. - Esa era Camila, que bajaba por las escaleras hacia la entrada principal de la casa.
Nuestra relación iba bien, nunca me pregunto por algo más que no fuera por mis cosas personales, en el colegio, solo me hablaba a mi, pero sus amigas reían a cada rato junto con ella.
- Ellos me han dicho que tenemos 20 minutos de sobra.
- ¿No les habrás creído o si? - Rodo los ojos y salió dando fuertes pasos hacia el auto.
Yo me levanté el vestido y al entrar me acerque a ella.
- No te preocupes llegaremos, estoy impaciente por ver a mis amigas.
- Claro - Dijo con desdén, y dirigió su mirada a la ventana.
- Lauren dijo que iría, será mejor que nos demos prisa, Robert, conduce por favor.
Texte a Laur, y ella dejó que ya iba en camino.
- ¿Esa rara ira? No me sorprende que quieras llegar.
- Mucho cuidado Camila, sus problemas son entre ustedes y ella en mi mejor amiga, no permitiré que hables así de ella.
Su expresión denotaba sorpresa, pero lo supo disimular, solo que yo quería fastidiarla.
- Además no te haría caso allá, ya no eres de su agrado te lo recuerdo - Su cabeza se giró a verme y su rostro había cambiado a uno de asombro.
Eso Vero, le has dado.
- No me importa, mejor para mí, no deseo que esa lesbiana ande tras de mi.
Le lancé una mirada fulminante que mejor decidió ignorar, a veces no podía soportar que fuera así, era una homofóbica, su estupido novio iría también, no quería que Lauren sufriera hasta en una insignificante fiesta.

"Estoy cerca, ¿Ya vienes?"

Le respondo que sí y ya íbamos a mitad del camino, teníamos planes para hoy. Seria maravilloso. Estaba esperando esta día con ansias, era un pequeño escape que nos daríamos al final la fiesta, estaba emocionada porque hacia mucho que no íbamos, habíamos encontrado este lugar, era seguro, confidencial y sobre todo fue y sigue siendo el primer lugar donde experimentamos.
A las 11:38 todavía nos encontrábamos en medio del tráfico, uno ruidoso y caluroso, no estaba ya de buen humor, estábamos retrasadas en llegar y mis padres me maravillaban la cabeza con el incesante ruido de mi teléfono al escuchar sus gritos furiosos de mi padre al teléfono, regaños que no me pertenecían, ni tampoco a Camila, era la maldita multitud que no se apartaba de un aparente choque que se había dado en nuestro camino.
- Nos van a matar llegando- Camila se removía incómoda en su asiento, se pasaba las manos por el cabello, alborotando un poco su ondulado.
- No creo que lleguemos siquiera - mi voz sonaba exasperada, seria y cansada.
Sabia que Robert estaba en un dilema, estaba en medio de cuatro autos y el en medio, sonaba el claxon, una y otra vez y los minutos avanzaban más.
- ¡Mierda! Toma otro camino.
- Lo haría señorita, solo que estoy en medio de estos cuatro, no sé preocupen, ya casi se arreglan.
Pasamos una hora más atrapadas y cuando por fin salimos, Robert aplastó el acelerador, haciendo que nuestros cuerpos se fueran hacia atrás por la fuerza de ir tan rápido. La adrenalina que sentia en ese momento en algún momento me encendió.
Tomo una calle cercana y subió tan rápido que habíamos llegado ya, eran la 1:40 a.m.
- Salgamos - La entrada ya estaba vacía, la música emitia un sonido tranquilo, pero nadie salió a recibirnos, solo mis padres con una mirada decepcionante, era el cumpleaños de mi padre, es decir, estaba muerta, todos los amigos estaban allí, murmuraban entre ellos y nos miraban con pena.
- ¿Se puede saber porque llegaron tarde?
- Había tráfico- Era obvio, se los había repetido por horas por teléfono.
- Verónica ve a sentarte, haremos otro anuncio para tapar tu infortunio.
Camila fue sorprendida por Austin y me asqueaba, ella no fue regañada, claro porque no era su padre.
- ¡Verónica! - Lauren, Lauren llegaba a mi con los brazos abiertos. Me besó las mejillas y me tranquilizo, pasando su Palma por mi espalda.
- Ven conmigo - Me condujo a la mesa junto con todos mis amigos, ni incluía a Lucy ni Camila, ellas estaban muy ocupadas en otra mesa.
Me permití mirarla de lejos y se veía preciosa, su castaño cabello moviéndose a un lado, su risa brillante, pero de la mano con su amiga....
- Vamos Vero, tu me ayudaste y yo te ayudaré a ti. Así que deja que esto pase que en unas horas nos iremos.
Recibía halagos por parte de todos, esa era la mejor parte, la mesa explotaba en aburrimiento, no entendía como las personas aquí les agarrara este ambiente calmado, a lo mejor era la edad que me influía en querer algo de movimiento.
Entendía que esto era necesario para dar la impresión de buen comportamiento pero Lauren y yo estábamos aburridas en todo el sentido de la palabra, ella hablaba animadamente con las chicas y yo, me quedé sentada, esperando a que papá diera su discurso, otra vez.
- Venga, toma una copa de ese mesero y tráela por aquí, tendremos una fiesta, recuerda.
- Jauregui ni estoy de humor - Habían decaído hasta al punto de querer largarme apenas llegar, todo por las estupidas sonrisas que soltaba la mesa del otro extremo, estaban más animados que nosotros, Lauren ocultaba su desprecio con risotadas altas y enérgicas, animaba parte de la fiesta, conversaba con adultos y niños pequeños, bebía de su copa más de una vez, y Camila, no prestaba atención a mi amiga, la ignoraba pero esa tampoco era en plan de Lauren, captar su atención ya no formaba parte de su rutina desde hacía años, según ella, no la superaba pero tampoco iba a rogar, recuerdo esa noche, esa última noche que lloró por amor, alegando que buscaría a más chicas que no fueran de colegios y se la tiraría, ya no le importaba guardar su primer beso para algo especial, y sobre todo, cuidar su reputación. Por qué si, ella mantenia la imagen inquebrantable de niña buena, pero ambas sabíamos que nadie se atrevería a decir algo malo sobre nosotros y dibulgarnos.
- ¡Vero! Hola, estábamos esperando por ti.
Cara, estaba al lado mío con su sonrisa dulce colándose para darme un abrazo.
- Muchas gracias, gracias también por venir.
- Solo vine por ti, deberíamos salir o entrenar juntas, así a lo mejor perfeccionó mi técnica. - Me sonrio de lado y me acariciaba mi cabello, no le importaba que estuviéramos frente a todos y murmuraban que eso se veía raro.
Necesitaba una chica así pronto.
- Por supuesto, ¿te perece la semana que viene?
- Me parece perfecto, el discurso de tu padre estuvo muy lindo - Se sonrojó y me hacía sonrojar a mi también.
- Bueno, chicas, ¿listas para el partido del próximo lunes? - Lau pasó a nuestro lado y Cara se enojaba por estar separada de mi.
- Vero va a ayudarme - Laur me dio un ligero puñetazo, enmarcando las cejas y una sonrisa burlona, yo negué rápidamente a sus suposiciones. Ella sabía que todo también me alejé de Lucy.

DANGEROUS TEMPTATION camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora