Cuando Ji Yong estaba trabajando en sus bocetos, DongWook le llamó.
—Kwon, alguien pregunta por ti.
DongWook señaló a la entrada y Ji Yong se levantó. ¿Quién habría venido a buscarlo durante las clases extraescolares?
Abrió la puerta, pero no había nadie ahí. Salió al pasillo, cerró la puerta tras de sí y miró a su alrededor. Vio una sombra de reojo, y le dio un vuelco el corazón.
—¿SeungHyun?
Los hombros de SeungHyun se relajaron al oír la voz de Ji Yong.
—Ey, ¿quieres que volvamos juntos a casa cuando se acaben las actividades? —preguntó, acercándose.
Sus clubs solían acabar a la misma hora y volvían juntos en el autobús, así que lo normal era que volvieran juntos a casa. Pero era la primera vez que SeungHyun se había molestado en ir hasta la sala de arte para pedírselo, así que Ji Yong no sabía qué pensar.
No entendía por qué SeungHyun había ido hasta allí para preguntarle eso. ¿Era así como pedía perdón por lo que había dicho antes?
—Si no puedes, podemos hacerlo mañana... — dijo SeungHyun con voz insegura, lo que era raro en él.
Ji Yong decidió que SeungHyun quería disculparse, y le detuvo con un gesto.
—No, está bien.
—¿En serio? — al fin, SeungHyun sonrió—. Entonces... ¿pasarás por mi casa de camino?
—¿Eh?
Los padres de SeungHyun trabajaba fuera de casa y volvían bastante tarde. La primavera pasada su hermana mayor se había ido de casa para empezar la universidad, así que SeungHyun estaba solo en casa hasta muy tarde, pero Ji Yong nunca había pensado en que SeungHyun se sintiera solo. Quizás había momentos en los que se sentía solo y nunca había dicho nada sobre ello.
—Su... pongo que sí. Pero, ¿por qué? —preguntó al fin.
Quizás SeungHyun quería que cenaran juntos a modo de disculpa.
SeungHyun bajó la mirada como si fuera difícil contestarle. Al cabo de un rato, levantó la mirada de nuevo.
—Quiero hacerlo contigo.
Ji Yong no era tan tonto como para preguntar "¿hacer el qué?". Aunque a veces fuera lento, sabía exactamente a qué se refería SeungHyun.
—¡Deja de bromear con eso!
—No bromeo — insistió SeungHyun—. Lo digo en serio. Quiero hacerlo contigo. No sé por qué, pero cada vez que me corro, siempre pienso en ti. Cuando me toco, o cuando lo hago con mi novia, sólo pienso en ti. ¿No es eso raro? ¿No crees que es raro?
Ji Yong pensó que más que raro era obsceno, el confesarle a alguien que te masturbabas mientras pensabas en él. Sin embargo, él también era culpable de hacerlo en secreto, así que no podía enfadarse con SeungHyun por eso.
—Así que sólo quiero hacerlo contigo en la vida real — admitió SeungHyun—. No sólo en mi imaginación. Quiero ver si puedo correrme contigo de verdad.
—¿Te estás burlando de mí? —Ji Yong le dio un golpe en la cabeza.
—¡Auch! ¡Eso duele! —exclamó SeungHyun sujetándose la cabeza.
—¡Te está bien empleado! —gritó Ji Yong—. ¿Por qué debería hacer lo que me pides? Lo siento, pero no va a pasar.
—Qué malo ¡Pensaba que éramos amigos! — se quejó SeungHyun sin sentido alguno—. Ji Yong, ¿me odias?