Después de que Ji Yong se fuera del gimnasio, la atmósfera entre YoungBae y SeungHyun se volvió tensa.
― Entonces, ¿qué opinas? ― preguntó YoungBae.
― ¿Sobre qué?
―Ji Yong. ¿No crees que está más despistado que de costumbre?
― ¿De verdad? ― SeungHyun pensó en ello ―. Pero siempre es así. Es lo que le hace tan adorable. Es como... hace que quieras salvarle todo el tiempo.
― Ya, ya, no tienes por qué hablar con tanto entusiasmo ― dijo YoungBae con una mueca.
― ¡Entonces no me preguntes! ― los labios de SeungHyun se tensaron.
― Solamente... no le presiones, ¿vale? ― aconsejó YoungBae.
― ¿Qué? ― gritó SeungHyun.
― No quiero meterme en tu vida amorosa ― dijo rápidamente ―, pero no puedo seguir callado. Está pálido y se duerme en clase. Se olvida de las cosas y parece preocupado por algo.
― ¿Ji Yong?
― No te hagas el tonto ― YoungBae le fulminó con la mirada ―. Sabes a qué me refiero. ¿Crees que con un sandwich de ensalada de huevos lo arreglas todo? Si intentas compensarle por lo que has hecho antes, tienes que mirar más allá. Ji Yong pica muy fácilmente.
― No es eso lo que intentaba hacer ― SeungHyun se sintió ofendido.
― Bueno, Ji Yong está totalmente enamorado de ti, así que no se va a quejar ― señaló YoungBae ―, pero estás haciendo todo lo que te viene en gana. Si sigue siendo tan importante para ti como lo era antes, piensa en sus sentimientos. Se está esforzando demasiado. Y no tengo que explicarte lo que quiero decir, ¿verdad?
― Vete a la mierda. Si tuviera un caballo, haría que te diera una coz.
― ¿Por qué nunca escuchas a tus amigos? ― se quejó YoungBae.
Ambos se miraron enfadados, luego se dieron la vuelta y se fueron por direcciones opuestas. SeungHyun volvió a la clase.
― De todos modos, ¿quién se cree que es? ― murmuraba ― Se cree que es mejor que los demás.
Pateó la pared, furioso. No era la primera vez que YoungBae le había hablado de forma tan cruel, pero esta vez le cabreaba porque no podía negarlo.
― Sé que Ji Yong está pálido últimamente. ¡Le conozco mejor que nadie! Dios, ¡por qué no se calla de una puta vez! ― de repente, se detuvo.
Se había portado muy mal con Ji Yong. Le había obligado a tener sexo tantas veces sin tener en cuenta sus sentimientos. No creía que a Ji Yong no le gustara, por supuesto. Pero a veces Ji Yong se guardaba las cosas para sí. Así que, aunque SeungHyun pensara que Ji Yong no tenía problemas con eso, ¿quizás sólo se estaba aguantando por SeungHyun?
― No tengo ni idea... ― murmuró SeungHyun.
¿Cómo podía saberlo sin que Ji Yong se lo dijera? Ji Yong ya había aguantado el egoísmo de SeungHyun hasta sus propios límites. SeungHyun recordó cómo Ji Yong había intentado frenar su relación mintiendo, diciéndole que estaba saliendo con el presidente del club de arte, DongWook-ssi.
SeungHyun estaba preocupado, y pensó que podía ser demasiado tarde. Si Ji Yong quería romper otra vez, sería porque había perdido la paciencia. Solo con pensarlo, las lágrimas afloraban a sus ojos. Ji Yong era muy importante para él. Le amaba tanto. No había sentido eso por ninguna chica con la que hubiera salido. Esas chicas le habían dicho que le querían para que empezara a salir con ellas, pero nunca habían llegado a su corazón del modo en que lo había hecho Ji Yong.