Al día siguiente, SeungHyun volvió a decirle que se fuera a casa sin él. A pesar de ser sólo el segundo día, Ji Yong se sentía nervioso en secreto. Siempre que estaban a solas, SeungHyun le decía que quería hacerlo, y no había dicho nada al respecto durante los últimos dos días.
― Me pregunto si ya no quiere hacerlo más ― murmuró Ji Yong.
Empezó a ponerse en lo peor, preguntándose si SeungHyun se habría cansado de él. Había tenido sexo con él incontables veces, y conocía cada centímetro de su cuerpo. No creía que hubiera en su cuerpo ningún sitio que SeungHyun no hubiera tocado. Pero, daba igual cuánto quisieras un juguete, antes o después acababas por aburrirte. Sabía que la gente perdía el interés algún día.
De repente se le vino a la mente la cara de una chica, la que le había preguntado si SeungHyun tenía novia. Había dicho que se lo preguntaría directamente. En otras palabras, pensaba confesarle sus sentimientos a SeungHyun. Era una persona muy activa, y además guapa, y también tenía esos grandes pechos que le encantaban a SeungHyun.
¿Quizás SeungHyun había aceptado sus sentimientos? A pesar de haberle dicho a Ji Yong que no tenía nunca suficiente, quizás no había sido capaz de satisfacerle y se había cansado de él. Quizás su confesión había sido una buena oportunidad para...
― No, ¡para! ―se dijo a sí mismo.
No podía deprimirse así. No se sentía con el ánimo suficiente para ir al club de arte así que se fue directamente a casa. Salió de clase y cuando estaba a punto de sacar sus zapatos del casillero, descubrió un sobre blanco sobre ellos.
― ¿Qué es?
¿Era una carta de amor? No podía ser... no en la era de los móviles y los sms. La abrió y sacó el papel. Era un folio normal con algo impreso. Justo en el centro ponía :
"Jamás te perdonaré. Vete al infierno".
― ¿Qué es esto? ― murmuró Ji Yong.
De repente sintió que alguien le observaba, así que miró hacia arriba. Había varios estudiantes por ahí, pero ninguno le estaba mirando a él. Volvió a mirar el papel. Fuera como fuese, eso no era una declaración de amor, y tampoco un desafío. ¿Lo habían puesto en la consigna equivocada? No, su nombre estaba puesto en la puerta, así que no podía ser eso. No le estaba amenazando. ¿Sería alguien que tenía algo contra él? ¿Pero por qué él? Lo único que podía pensar tenía que ver con SeungHyun... por ejemplo, Park Bom. Él y SeungHyun habían tenido sexo mientras los dos salían juntos. Ji Yong era la razón por la que habían roto, aunque no sabía cómo ella lo habría adivinado. Pero si lo había descubierto, podía entender que le mandara al infierno.
¿Pero era Bom la única posibilidad? Si las chicas con las que SeungHyun había salido sabían lo de Ji Yong, ¿se enfadarían si se enterasen de que su ex-novio salía con un chico? Pensando así, parecía que había mucha gente que podría guardarle rencor.
Suspirando, volvió a meter el papel en el sobre y lo guardó en su bolsillo. No podía hacer nada al respecto, no sabía qué hacer sin saber la identidad del remitente, así que decidió esperar a ver qué pasaba. Si recibía otra carta, entonces podría decidir qué hacer. Tampoco le iba a decir nada a nadie, ni a SeungHyun ni a YoungBae.
Aunque tomó una decisión tan pacífica, su corazón estaba hecho trizas. ¿Por qué tenía que pasarle esto ahora, justo cuando había empezado a dudar sobre lo que SeungHyun sentía por él? Ya estaba lo suficientemente triste, pero ahora tenía que esperar a que el que le enviaba las cartas tomara la iniciativa. Quizás esa persona le había estado observando todo el tiempo y se había dado cuenta de lo débil que se encontraba ahora. Quizás esa persona también se había dado cuenta de que SeungHyun se había cansado de él.
[...]
Aquella noche SeungHyun le llamó, tal y como había prometido. En cuanto el teléfono comenzó a sonar, Ji Yong se lanzó a por él.
― Soy yo ― saludó SeungHyun.
― Hola ― contestó Ji Yong con un suspiro.
― ¿Qué haces?
― Nada, estaba pensando. ¿Qué haces tú?
― Estoy volviendo a casa.
Ji Yong podía oír tráfico de fondo. Miró el reloj. Eran casi las ocho, ¿qué había estado haciendo SeungHyun todo este tiempo? Ji Yong sintió que se le encogía el pecho de dolor.
¿Quizás SeungHyun no sabía cómo cortar con él? ¿Quizás estaba esperando el momento ideal para decirle que debían ser solo amigos? Pero daba igual cómo cortara con él, Ji Yong no sería capaz de superarlo. Sería muy doloroso fingir ser amigos después de todo lo que habían hecho juntos. Ya había intentado dejar a SeungHyun una vez, y sabía que no podría hacerlo otra. Ahora que eran tan íntimos se sentía muy a gusto con él, y no aguantaría perderlo.
― Ji Yong ...
La voz de SeungHyun cambió de improviso, ahora sonaba serio. Ji Yong pensó que ahora sacaría el tema de romper.
― ¿Me estás ocultando algo?
― ¿Ocultando algo? ― Ji Yong no había esperado esa pregunta ―. ¿Como qué?
― Es lo que te estoy preguntando. ¿Me estás ocultando algún secreto?
― ¿Qué?
Lo primero que le vino a la mente era la carta que había encontrado en su consigna ese mismo día. ¿Había recibido SeungHyun una carta similar? ¿O se lo había dicho la persona que la había enviado? Ji Yong no estaba seguro de si debía preguntar o no.
― ¿Qué hay de ti? ¿Me estás ocultando algo?
Ahora era el turno de SeungHyun de estar en silencio. Ji Yong suspiró. Pensaba que sus peores temores iban a hacerse realidad.
― I... Idiota ― exclamó SeungHyun ―, por supuesto que no.
― Bueno, pues yo tampoco ― contestó Ji Yong.
La conversación acabó ahí. Ambos estaban nerviosos y no habían sabido cómo continuar. Ji Yong se preguntó si era porque SeungHyun no había dado con el momento ideal para cortar con él. Quizás SeungHyun había querido usar la carta como excusa. Ji Yong se preguntaba si SeungHyun iría a decirle que deberían terminar con una relación tan rara que había provocado que le enviaran cartas amenazantes, y que era mejor volver a ser amigos. O quizás el mismo SeungHyun tenía algo que ver con lo de la carta. Todo tipo de pensamientos daban vueltas en la cabeza de Ji Yong. Temblando, apretó el teléfono móvil en su mano.