Corazón de Melón en la Universidad. Ruta Priya.

Episodio 12: Desconexión.

S: (He abierto los ojos con dificultad... Me he levantado con el brazo entumecido. La cabeza de Priya reposa en el hueco de mi codo. Aún duerme... He levantado el brazo con suavidad para volver a colocarme cómodamente. Me he girado colocándome frente a ella en la cama. Su respiración regular me hace cosquillas en los labios. Tengo tiempo para poder observarla como deseo... ¡He dormido con una chica! No... he dormido con... esta chica. He observado su cuerpo tímidamente. Tengo la sensación de haber dormido con una diosa. Nunca me había percatado de que tenía unas curvas tan bonitas. Nunca he visto a una chica con unas curvas tan bonitas. O también es porque es la primera vez que miro a una chica así. Su camiseta se ha levantado hasta su vientre... Su piel dorada sigue el ritmo de su respiración. No he podido impedir que mi mano se perdiera para ver si es tan suave como parece.)

P: Buenos días...

S: B-buenos días. Lo siento... no quería despertarte.

P: Al contrario, despiértame así todas las mañanas...

S: (Mis mejillas se han enrojecido. Me ha cogido la mano que había tocado y ha aprovechado para deslizarse entre mis brazos. Se ha acurrucado contra mí, haciendo que mi mentón quedara sobre su cabeza.)

P: ¿Nos quedamos todo el día viendo películas y series? ¿Y pedimos unas pizzas?

S: Hacemos todo lo que quieras...

P: Mmm, genial, me encanta el programa. Pero espera... ¿¡estamos a sábado!?

S: ¡Sí...!

P: ¿Y que hora es?

S: Eh... ¡aun es temprano, son las 8!

P: ¿¡Son las 8!? ¡Llevo media hora de retraso!

S: ¿Qué? ¿Por qué?

P: Mi hermana pequeña actúa en su primera representación teatral esta noche y le prometí ayudarte a ensayar por la mañana. Está superestresada.

S: No está a media hora de distancia... ¿verdad?

P: Está claro que no conoces a mi hermana, estoy casi segura de que ya tengo una veintena de mensajes y unas treinta llamadas perdidas.

S: Jaja, vale.

P: Lo siento, tengo que mancharme lo más rápidamente posible... ¡no pierdes nada esperándome!

S: ¿Qué quiere decir eso? (Ha salido de la habitación como un huracán, dejándome solamente la estela de su perfume tras ella. ¡La puerta se ha abierto inmediatamente!)

P: ¡Ah, mierda! ¡He olvidado una cosa!

S: ¿Qué? (Ha saltado de la cama antes de darme un beso en toda la boca. Me ha mordido el labio inferior y ha retrocedido.)

P: Esto... para darte fuerzas para afrontar el día.

S: (Ese sencillo gesto ha hecho que me estremeciera de los pies a la cabeza. Mi respiración se ha acelerado, y he tenido ganas de más... de mucho más.)

P: En esta ocasión, me voy.

S: Sí, vete, porque la próxima vez no dejaré que te marches. (Ha cerrado la puerta.)

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TOC TOC TOC

S: (He abierto la puerta con más fuerza de lo que hubiera querido, fruto de la cólera.) ¿Priya?

P: Yo... lo siento... es una estupidez.

S: (La he retenido cogiéndola por la mano antes de que diera media vuelta.) ¿Qué pasa?