-¡Oh por Dios!- dije en cuanto entre al departamento.
-¿te gusta?- preguntó Daniel con una sonrisa.
-Es bellísimo-
En cuanto entramos una enorme sala moderna es lo primero que veo, los muebles son negros con almohadas grises y las paredes blancas, es hermoso se ve tan moderno, el televisor pantalla plana es enorme y tenemos un mini-bar (con ese mini-bar los amigos de Daniel no saldrán de aquí).
Camine hasta la cocina y también es hermosa.
-¡prima! ¡ven a ver esto!- grito Madison.
Cuando caminé hasta donde estaban y llegue me encontré con la habitación más hermosa que jamás haya visto en mi vida, con una cama matrimonial enorme.
-¡Oh por Dios!-
Me sentía super emocionada, este lugar, es perfecto, los colores de los muebles son neutros como negro, gris y blanco pero tienen ese pequeño toque azul que me vuelve loca.
-Bueno chicas iré a bañarme, tengo que instalarme en mi oficina- dijo Daniel que entró por una puerta en la habitación que al parecer es el baño.
-Chicas que tal si probamos el mini-bar y ponemos algo de música- dijo Melissa.
-Si pero la música que la elija Mary, ella tiene mejor gusto- dije.
-No, por mi que pongan lo que sea- dijo Mary.
Las chicas nos miramos cómplices y caminamos hasta el mini-bar y nos sentamos en la barra con Madison del otro lado.
-Que quieren beber chicas- dijo Madison.
-Yo sólo quiero un poco de jugo que este bien frío porque siento que el desayuno me cayó un poco mal- dije.
-Yo quiero una copa de vino- dijo Melissa.
-Yo quiero un Vocka doble- dijo Mary.
-Si estas así por Anthonio mejor será que te bebas uno triple- dijo Melissa.
-Que sea triple entonces- dijo Mary.
Madison se dispuso a preparar las bebidas mientras que yo me dirigí a la cocina y tomé una galletas y cuatro tarros de nutella que encontré en el refrigerador y se los lleve a las chicas y comenzamos a comer.
-Ya me voy chicas- dijo Daniel acercándose a nosotras.
-Que guapo te ves con ese traje primito- dijo Melissa.
-Si, cuidado Sabrina, atiende bien a tu hombre para que no te lo quiten- dijo Madison.
Todos nos reímos, Daniel le dió un beso en la mejilla a las chicas en señal de despedida y a mi me beso en los labios y se fue.
-Bueno chicas el departamento es todo nuestro por esta tarde ¿que quieren hacer primero?- dije.
-Hablemos de tu Luna de miel ¿como te fue? ¿Donde lo hicieron? me imagino que en la cama, en el sofá, en el suelo, en el baño, en el pasillo- dijo Melissa.
-Bueno me fue muy bien, pero sólo lo hicimos en la cama y en el baño-
Las tres chillaron emocionadas.
-Cuéntanos eso del baño- dijo Melissa.
-Melissa deja de ser tan metiche, y de preguntar esas cosas- dijo Mary.
-Aahh dejenla yo también quiero saber como fue eso del baño- dijo Madison.
Sonreí, estas chicas están locas.
-Esta bien les diré, cuando Daniel y yo regresamos de dar un paseo por la Torre Ifel, yo me dispuse a preparar la tina con agua caliente y espumas, cuando busque mi maleta y me preparaba para bañarme ya Daniel estaba adentro-
-¡Se te robó tu tina caliente!- dijo Madison.
-Si algo así, sólo que después decidimos bañarnos juntos y bueno, lo hicimos ahí-
-Ufff que rico, yo también me casaré algún día, sólo estoy esperando a estas dos para hacer una boda triple- dijo Melissa.
-Si me esperas a mi, te quedarás soltera para siempre- dijo Mary.
Todas nos reímos y continuamos la tarde llena de risas y comida, sobre todo comida, hasta que llegó la noche y las chicas se fueron en taxi y yo me puse a limpiar antes de que llegará Daniel.
Cuando terminé de limpiar me di un baño y me puse una de mis pijamas de princesas, esta vez me puse la de Aurora la bella durmiente y me senté en el sofá a ver televisión.
Ya son las once de la noche y Daniel no llega, tendré que ordenar pizza para cenar, porque ya no lo pienso esperar más, tomé el teléfono y ordené la pizza.
Diez minutos después la pizza llega, la pago y la pongo en el sofá para terminar de ver Crepúsculo 4, donde Bella y Edward se casan y tienen a la bebé, ya la he visto cientos de veces pero me encanta.
-¡Ya llegué!- oí decir a Daniel quien se acercaba a mi.
Tome mi teléfono y mire a la hora, ya es media noche.
-¿A esta hora llegas?- dije molesta.
-Lo siento mi amor, pensé que sólo seria instalarme en mi oficina y ver el reporte de lo que se a hecho pero hubo más que hacer de lo que pensé-
-Ajá claro- dije sarcástica.
-Mi amor perdóname, es que estoy empezando, hay mucho que hacer todavía no he acabado, toda esta semana será estresante por favor tienes que entenderme-
-Esta bien Daniel, mira la cena ahí, buenas noches-
Me levanté del sofá y me dirigí a la habitación y me acosté, la cama es deliciosa, pero estoy molesta con Daniel, me desvele para esperarlo y el sólo dice que lo disculpe como si nada.
-Vamos Sabrina no seas así-
-Yo te perdono Daniel, sabes que si-
-Esta bien pues entonces iré a bañarme-
Daniel se comenzó a quitar el saco y la corbata mientras caminaba hasta el baño, yo intenté dormir pero no podía, es difícil dormir cuando no estoy relajada.
Unos minutos después Daniel sale del baño seco y en boxer, camina hasta la cama y se acuesta a mi lado y me abraza.
-No te diré que no volverá a pasar porque estaría mintiendo, pero lo que si te diré es que intentaré irme a trabajar lo más tarde posible y llegar lo más temprano, te repito que es sólo la primera semana porque hay que ordenar muchas cosas pero luego todo será normal si- dice él y me besa la mejilla.
-Esta bien, te entiendo, es sólo que como es el primer día en nuestro nuevo hogar pensé que la pasaríamos juntos, por lo menos después que llegarás del trabajo y bueno, no fue asi-
-Pero aún estamos a tiempo mi amor, ambos estamos despiertos-
-De verdad- dije emocionada.
-Claro podemos hacer lo que quieras, ver películas, tomar algo del mini-bar y comer-
-Esta bien vamos a la sala- dije sentandome en la cama.
-Claro hasta podríamos...- en ese momento un bostezo interrumpió a Daniel- lo siento, decía que...-
-Olvidalo mi amor, mejor vamos a dormir estas cansado-
-Esta bien mi reina, descansemos- y así abrazados nos dormimos.
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El Novio Prometido
DragosteSabrina Lawrence es una joven de 22 años estudiante de administración de empresas que ha pasado por sufrimiento y mucho dolor y ya no cree en el amor. Pero lo que menos sabe es que el destino puede cambiar y hacerle creer en el otra vez en el amor. ...