Capítulo 20 ¡Mi esposa me necesita!

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A pasado ya una semana desde que llegamos a la casa, la nueva vida de casada no es como la imaginé, volví a la universidad y me la he pasado estudiando sin parar, aunque eso ayuda a tener la excusa necesaria para esperar despierta a Daniel cuando llega tarde, en la empresa le está yendo muy bien, digamos que está prosperando más de lo que esperaba sin mencionar lo feliz que tiene a la abuela por eso, en cuanto a nosotros nos llamamos siempre cuando estamos lejos y cuando estamos solos en nuestra casa nada interrumpe nuestro amor, estamos tratando de hacer que todo este ajetreo funcione, aunque el estrés me tiene super mal, he pasado esta semana super mareada y vomitando lo poco que como, pero claro Daniel no lo sabe porque cuando llega intento tener todo el ánimo posible para ser la mejor esposa.

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Acaba de amanecer y otra vez me desperté y Daniel ya se a ido, me  levanto de la cama y bostezo, aún tengo sueño.

Cuando camino hasta el baño siento mi cabeza dar vueltas como si estuviera borracha, intento agarrarme de algo pero la cama ya está lejos, camino hasta la pared y no logro avanzar mucho porque mi vista se puso negra y caí al suelo.





~Daniel~

Tomé las llaves del auto y del departamento para salir.

Siento como si me faltara algo.

¡ah! ¡ya se!

El libro de diseños, creo que lo deje en la habitación.

Camine hasta la habitación y abrí la puerta.

-Oh por Dios ¡Sabrina!-

Mis ojos no pueden creer lo que están viendo, Sabrina esta tirada en el suelo desmayada.

-Mi amor reacciona, despierta Sabrina ¡Depierta!-

La cargue y la lleve hasta la cama.

-Reacciona Sabrina, por Dios no me hagas esto ¡reacciona!-

La comencé a menear y a darle respiración hasta lograr algún cambio y ¡si! ella comenzaba a abrir los ojos.

-Oh gracias a Dios- dije en cuanto la vi abrir los ojos.

-¿Que pasó?-

-Te desmayaste tengo que llevarte al hospital-

-No tranquilo, yo hice una cita para hoy en la tarde, ya que me he desmayado varias veces-

-¿Que? ¿y hasta ahora me lo dices?-

-Lo siento, es que estoy muy estresada y no he estado comiendo bien-

-Esta bien, ve con tus primas, trataré de venir temprano para cuidar de ti-

-Esta bien mi amor-

Abracé a Sabrina y la acurruque en mis brazos.

-No te vayas nunca- dijo ella en un susurro.

En ese momento mi teléfono comenzó a sonar lo tomé y contesté la llama.

~Hola.

~Jefe lo necesitamos, los representantes llegaron y dentro de media hora es la reunión.

En ese momento miré a Sabrina y ella tenía la cabeza baja, ella sabe que estoy muy ocupado y que no me puedo quedar pero tengo que hacer algo por ella, por los dos.

~Pospon la reunión para dentro de dos horas, mi esposa me necesita.

Colgué y volví a abrazar a Sabrina quien ahora sonreía.

-¿No irás a trabajar?- preguntó ella.

-Si iré, sólo que un poco más tarde, ¿quieres que te ayude en algo? ¿te preparo la tina del baño con agua caliente y espumas que tanto te gusta?-

-Si, pero luego, ahora sólo quiero abrazarte-

-Ah sólo abrazarme o algo más- dije coqueto.

-Lo que sea, que sea a tu modo mi amor-

-Me encanta cuando dices mi amor-

La besé de una forma muy pasional pues la lujuria que me invadió fue incontrolable, le quite la pijama que ella tenía mientras que mi elegante y fino traje terminaba en el suelo.

-Ven aquí mi amor- me dijo ella en cuanto me coloqué el preservativo.

-Ya voy- dije.

Me acomodé encima de ella mientras que la acariciaba, le besé el cuello y fui bajando con mi mano tocando lo que es Mio.

Le toqué su intimidad y  me di cuenta de que esta super mojada y eso fue suficiente para que me excitara más.

Le abrí las piernas y la penetre lentamente y empece un va y ven lento que luego fui acelerando y solo se escuchan nuestros gemidos, yo ya empezaba a sudar y ella tenía las mejillas rojas se ve tan hermosa así.

Sentía el calor aumentar con los segundos que pasaban y sentí que ella apretó mi miembro con su vagina, éso significa que esta casi llegando al orgasmo.

Yo la penetre más duro y de un momento a otro llegamos al orgasmo los dos juntos.


Mi esposa tiene el pelo todo desarreglado y aún así y desnuda debajo de mi, se ve hermosa.

-Oye amor ya tienes que irte no quiero distraerte más, eso puede afectar tu trabajo- dijo ella preocupada.

-Tranquila, diré que estabas enferma, ahora ven aquí, me debes otro orgasmo-

-Ummm esta bien- dijo ella mientras se colocaba encima de mi.

Ella misma tomó mi miembro y lo entró en ella y comenzó a moverse de forma sensual.

¡Ay por Dios!

¡Amo a mi esposa!

Sus movimientos fueron cada ves más rápido mientras que su cabello no paraba de dar vueltas en el aire y sus gemidos están más ahogados que hace unos momentos.

Ella se recostó de mi pecho y comenzó a moverse con más fuerza.

-Ah continúa mi amor- no podía dejar de gemir ni un segundo.

Sabrina se esta comportando como toda una profesional.

A este paso no saldré de mi casa.

Ella continuó sus movimientos hasta que llegamos a nuestro segundo orgasmo y ella se dejó caer en la cama.

-Oh mi amor, eres increíble cuando te consentras- dije y ella sólo sonrió mientras que ambos respiramos agitado.

Definitivamente amo a mi esposa en todos los sentidos.

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