Kyungsoo se despertó primero esa mañana.
Sus párpados se sentían pesados debido a todo el sueño que había tenido, y su corazón se sentía lleno mientras finalmente abría los ojos y lo primero que vio fue el hermoso rostro de Jongin a centímetros de él. Todavía estaba dormido, con una expresión resentida en su rostro. Se veía angelical en las sábanas blancas y con el sol colándose por la ventana formando un casi halo alrededor de su cabeza.
Kyungsoo se tomó su tiempo para admirar la belleza del otro hombre, una pequeña sonrisa estiró sus labios.
Extendió la mano, con un dedo quitó el flequillo de la frente de Jongin para poder ver su rostro completo. Tenía una cara tan tranquila y tan etérea, nada como la cara que había visto la noche anterior.
Esa cara había sido diferente. Sus ojos se cerraban fuertemente llenos de placer, sus labios atrapados entre dientes blancos perfectos, dejando escapar gemidos bajos, labios rojos y atractivos.
La mano de Kyungsoo se movió hacia abajo para trazar una línea por el hombro desnudo de Jongin, hacia abajo por sus fuertes bíceps y hasta llegar a sus dedos. Los dedos de Jongin eran hermosos. Y ahora, Kyungsoo sabía cuán poderosos pueden llegar a ser. Sabían cómo tocarlo, dónde tocarlo, toques delicados de las yemas contra su piel que lo volvieron loco toda la noche.
Kyungsoo tenía a Jongin delante de él para recordarle la noche anterior.
Kyungsoo se sentía adolorido por todas partes: sus hombros se sentían rígidos y sus piernas como gelatina. La piel de su cuello se sentía sensible, estaba bastante seguro de que había marcas allí de cuando Jongin había besado su piel. Y aunque todo dolía en este momento, de la manera más dulce posible, incluso después de todas estas horas, todavía se sentía tan completo, tan vivo.
Y durante esos momentos de la noche anterior, Jongin susurró su nombre entre besos, Jongin tocándolo, finalmente tocándolo donde Kyungsoo lo necesitaba, dándole lo que tanto deseaba, los recuerdos estaban ardiendo en su memoria y todo lo que Kyungsoo pudo hacer fue apoyar la cabeza sobre su almohada y solo mirar a Jongin, cuyas piernas aún estaban entrelazadas con las suyas debajo de la manta.
En todo lo que podía pensar era en lo perfecto que era, en lo guapo que es, en lo perfecto que era su cuerpo. Lo tonificado y hermoso que se veía cuando Kyungsoo finalmente pudo verlo todo, tocarlo todo. Lo consciente que era de cada uno de sus movimientos, cómo sabía cuándo detenerse y cuándo dar más, cuándo presionar más fuerte sobre la piel de Kyungsoo y cuándo simplemente deslizar sus manos por su piel.
Recordó que Jongin le había dicho que había sido bailarín por un tiempo, antes de VOGUE y antes de modelar. Ahora le quedaba claro por la forma en que se movía. En la forma en que había hecho rodar sus caderas hacia delante y lo había dejado sin aliento y rogando por más. Kyungsoo parpadeó rápidamente, sintiendo más calor subiendo por sus mejillas ante las imágenes que jugaban en su mente.
Sus dedos estaban distraídamente dibujando pequeños patrones en el brazo de Jongin, ya que simplemente estaba perdido en sus pensamientos, admirando a su novio.
Se sentía como un desastre. Estaba casi seguro de que parecía un desastre.
Hecho polvo, bien jodido, un completo desastre.
Quería arreglarse antes de que Jongin se despertara, quería lavarse los dientes y lavarse la cara, arreglarse el cabello e inspeccionar el daño en su cuello. No pudo evitar que las imágenes de sus mejores amigos burlándose de él si aparecía en el bar con una bufanda a mediados de marzo. No escucharía eso.
Dejó escapar un suspiro y rodó hacia un lado, su cuerpo realmente no agradecía el movimiento. Estaba a punto de levantarse de la cama, cuando sintió un peso en su cintura, una mano que lo envolvía para tirarlo hacia atrás. Dejó escapar una pequeña risita de sorpresa cuando Jongin lo arrastró sobre la cama más cerca de sí mismo, presionando su espalda contra su pecho.
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The Devil Wears Gucci (Kaisoo) -Traducción
FanfictionDescripción: Kyungsoo consideraba como alta costura aquello que costaba alrededor de 50 dólares. Pero todos en su trabajo parecen estar en desacuerdo. Especialmente su jefe, quien podría ser o no la encarnación de la perfección y de Satán al mismo t...