Draft 13

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Enero 2016

-Los declaro marido y mujer.- Finalizó el juez y todos los invitados ovacionaron a la joven pareja.- Puede besar a la novia.- Mas bien la novia besó al novio. Lo tomó por el cuello e inclinó su espalda de manera dramática como en las películas. Todos los invitados rieron.

Cuando dejaron de bromear, él posó las manos en su rostro y la besó dulcemente dejando en claro su promesa, ella tenía lágrimas en sus ojos pero eran de felicidad. Lo había conseguido, él se había resistido mas veces de las que podía recordar pero al final había ganado su corazón. No fue fácil, él había estado huyendo por un buen tiempo, sin embargo, su amor lo alcanzó.

Él no había llorado en mucho tiempo, incluso cuando su vida no valía nada. Pero hoy, hoy estaba permitido llorar. Cuando la vio caminar por el pasillo con ese vestido blanco tipo princesa no había tenido palabras para expresar su admiración, parecía un ángel y era suya. Había visto videos de novios llorando en cuanto veían a la novia ingresar a la iglesia, había pensado que eran un poco ridículos, sin embargo, allí estuvo él con los ojos abnegados de lágrimas. Por fin había encontrado su lugar en el mundo, mejor dicho ya lo había hecho desde el instante en que la vio. Algunas personas que dirían que esto era un error, que ellos eran demasiado jóvenes para dar este gran paso pero se equivocaban; este era su momento, ¿por qué retrasar algo que era inevitable? Ella mantenía a salvo su corazón y él guardaba el suyo.

- Ahora eres mío.- Sentenció ella.

- He sido tuyo desde hace mucho tiempo.- Le dio un beso en la punta de su nariz y luego en la frente.

- Sí, pero ahora eres mi esposo.- Una inmensa sonrisa se dibujó en su rostro, pero luego su rostro adquirió un tinte de sorpresa.- Oh dios mío, ahora tengo un esposo.- Él la miraba como si estuviese loca, bueno estaba un pelin loca.- Tengo un esposo.- gritó ella en dirección a los invitados y ellos rieron.- Wow, ahora soy una señora.

A decir verdad se sentía raro cuando lo repetía en voz alta, pero los dos tenían que hacerse a la idea.- De acuerdo basta.- Aconsejó él, estaba un poco avergonzado.- Compórtese señora de Bhuwakul.

- Ay dios, soy la señora de Bhuwakul.- Repitió ella como si no pudiese creerlo y eso solo logro que los invitados cayeran se sus sillas de la risa.

Markie no pudo evitar ser parte de ese grupo, Yugyeom estaba siendo más irracional que de costumbre pero podía entenderla, este era su gran día.

Markie tenía sentimientos encontrados: estaba realmente feliz por Bam, él había encontrado a la chica ideal, hecha a su medida y ahora compartirían el resto de sus vidas. Pero también sentía tristeza, ellos habían sido inseparables desde hace años, habían compartido un largo viaje juntos, tenían tantos recuerdos: buenos y malos; pero siempre habían sido ellos contra el mundo, ahora todo cambiaría, Bam tenía a su compañera de vida y cómplice para sus nuevas aventuras.

Ella estaba abrumada, todo fue muy emotivo, desde la ceremonia, continuando con la fiesta, el brindis. Incluso Markie obtuvo el baile con novio y se sintió completamente privilegiada, Bam no era su hermano de sangre pero sí de corazón.- ¿Qué se siente estar casado?

- No siento que algo haya cambiado.

- Estoy tan feliz por ti.

- Si no estuvieses llorando sería más creíble.

Ella lo golpeó en el hombro.-Se puede llorar de felicidad.

- Lo sé, ¿me viste en el altar? - Él no estaba nada avergonzado, no había razón.

- Nunca pensé que este momento llegaría.- Más lágrimas se deslizaron por sus mejillas.- ¿Cómo es que alguien quiso conservarte?

Ellos miraron en dirección a donde Yugyeom bailaba en los brazos de su padre con la sonrisa mas grande y preciosa que jamás habían visto.- No lo sé.

The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora