Take 9

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Por primera vez, Jackson justificó la afición de sus padres, Jinyoung y Raymond hacia el licor. La bebida de verdad adormecía los sentidos y hacía que su mente olvidara por un momento que el dolor existía.

La fuerte bebida empezaba a apoderarse de su cabeza y cada pensamiento empezaba a entumecerse. Y eso era lo único que necesitaba.

Ni mentiría, el primer sorbo había sido desagradable. Su garganta había ardido y su estómago se retorció en desaprobación. Luego simplemente, sorbo tras sorbo y copa tras copa todo fue más fácil y placentero.

Estaba a punto de terminar la primera botella y Jackson se preguntó si era demasiado, quizá no. ¿Cuál era el límite? Había visto a sus padres vaciar botellas enteras y olvidarse completamente de su existencia. Quizá necesitaba eso, quizá necesitaba más, unas copas o unas botellas, porque aún seguía consciente, aún sentía ese piquete en su pecho.






Alguien aporreaba la puerta y su cabeza amenazaba con estallar. Si no estuviese tan hecho mierda, mandaría a volar a aquel que se atrevía a joder su paz.

Más golpes, más punzadas que partían su cabeza.

Jódanse, que se joda todo el puto mundo. Jackson tomó la almohada y la puso sobre su rostro. Eso estaba mejor.

Una nueva oleada de golpes comenzó y con ello, más se asentaba su dolor de cabeza.

Gruñó contra la almohada.

Estaba empezando a hartarse y si no fuese porque apenas podía levantarse, iría y sacaría la mierda de la persona que estaba tocando su puerta.

Los golpes continuaron hasta que el dejó de sentirlos.

Él suspiró, por fin lo dejaban solo.

-¿ Que diablos estás haciendo?-. Jackson retiró la almohada de su rostro y entre abrió un ojo. Raymond estaba al pie de su cama y sostenía botellas vacías en sus manos.

Jackson puso los ojos en blanco y volvió a colocar el objeto en su rostro. Al diablo Raymond Tuan.

- ¿Jackson, qué estás haciendo?

- No, tú ¿Qué estás haciendo en mi habitación?-. Más tarde averiguaría quién era la persona que le daba acceso a él-. Esto se llama allanamiento

- No, esto es un llamado de atención

- No necesito uno-. Solo necesitaba dormir.

- Me parece que sí-. Raymond lanzó las botellas al piso, se acercó a él y arrancó la almohada de su rostro-. No has salido de tu habitación en más de tres días, no has dejado que las personas del servicio limpien tu habitación y tampoco has pedido servicio a la habitación.

Jackson se arrastró hacia el espaldar de la cama y se sentó con dificultad-. Vaya, para ser un hotel que se reserva la información de sus clientes, sabes más de lo que deberías.

- Tengo muy buenos amigos que trabajan aquí

- Bueno, tus amigos son tan entrometidos como tú

- No estoy entrometiéndome, solo estoy asegurándome que no hagas nada estúpido.

- Lo que yo haga no es de tu incumbencia.

- Esa no es la manera de solucionar las cosas.

- No estoy solucionando nada-. ¿Quién soluciona su vida con el alcohol?-. Tú más que nadie sabe que no se bebe para arreglar los problemas sino para olvidarlos.

- Tampoco los olvidas, crees hacerlo, pero es solo un engaño. Cuando el efecto pasa todo sigue exactamente igual a como lo dejaste, incluso peor.

- No me importa-. Jackson tomó su celular y miró la hora 15:20, que tarde era, pero no tenía nada que hacer de todos modos.

The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora