20:00 P.M. Lunes.
Kurt abrió los ojos, y frunció el seño ante tanta oscuridad. Con una lentitud pasmosa todo lo ocurrido regresó a su mente.
Sus manos se deslizaron por la espalda sudorosa del morocho que dormía sobre él. Blaine estaba recostado con la mitad del torso sobre su estómago, la cabeza sobre
su pecho, mientras le rodeaba la cintura en un abrazo y sus piernas se entrelazaban con las de Kurt.
El castaño subió sus manos hasta esos rizos espesos y los acaricio lentamente, disfrutando el tacto sedoso bajo sus dedos.
Se quedó así por unos minutos, sin hacer ningún otro movimiento que sus caricias a Blaine. Su mente parecía estar en completamente vacía de todo recuerdo excepto
los de su primera vez. Sus oídos parecían tener el eco de los gemidos de Blaine, y su cuerpo estaba completamente relajado, como si se hubiese sacado algo de encima.
Sus manos bajaron por la espalda del mayor, dibujando las líneas de sus músculos con lentitud, y observando como el fuego de la chimenea dibujaba sombras sobre su
piel. Sonrió al escucharlo suspirar su nombre entre sueños.
Volvió a subir sus manos hacia sus rulos sin ningún tipo de gel, y siguió con sus carisias por varios minutos más.
El morocho se removió, y se abrazó más contra él, haciéndole saber que estaba despierto. Levantó la cabeza y le sonrió con cariño.
- Hola hermoso. - le susurró.
El menor le tomo el rostro y lo acerco a sus labios. Blaine se los mordisqueo ligeramente antes de besarlo con lentitud.
- Buenos días dulzura.
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+ - El morocho le sonrió como si hubiese visto el cielo. Kurt le devolvió el gesto, y hundió sus manos otra vez en sus rulos. Blaine apoyó su mentón sobre su pecho, y
ronroneo ante sus carisias.
- ¿No te arrepientes verdad? - sus ojos tenían un deje de preocupación.
- Fue hermoso Blaine, claro que no me arrepiento.
Blaine le acarició los labios con la yema de los dedos.
- ¿Puedo besarte otra vez?
El castaño asintió, y Blaine no tardó en unir sus labios en un beso dulce. En cuanto se separaron Blaine apoyó la cabeza sobre el hombros del otro y se apretó más
contra él. Kurt se estremeció al sentir el miembro desnudo de Blaine sobre su muslo.
- ¿Sabes que te amo con toda mi alma? - le preguntó con un susurro ronco.
Kurt clavó sus ojos azules en los de Blaine, que parecían no dejar de brillar.
- Lo sé, yo también te amo.
El castaño cerró los ojos al sentir la boca de Blaine de nuevo sobre sus labios. Sabía que aún tenían mucho de qué hablar, pero en ese momento solo podía pensar en
cuanto había extrañado el tacto de Blaine contra su piel, de lo demás ya se encargarían luego. Ese momento era único, y quería memorizar cada pequeño detalle en su
mente.
El morocho bajó sus labios al cuello de porcelana. Kurt sonrió y llevo sus manos hacia el cabello del otro, masajeándolo mientras Blaine ronroneaba en su oreja.
