Relato 9

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Relato por Rubius:

  El muyayo ese me levantó de mi asiento, amenazándome, pero agradezco que llegara Mangel. Nunca me sentí tan aliviado en mi vida. Los empleados nos pidieron que nos fuéramos. Al salir, el chico me dijo que me alejara de Ema. ¡Dios! Como quería darle a ostias. Me iba a ir con Ema, pero el hijo de puta me golpeó en la nariz, cayéndome al piso. Me sentía mareado. Toqué mi nariz y sentí algo húmedo, miré mi mano y tenía sangre, mucha sangre. Veía todo borroso y movido, pero igualmente escuché un golpe. Joder, que si ha tocado a Mangel yo mismo lo mato. Sentí unos pasos y el cómo alguien me ayudaba a levantarme. Luego escuché:

- Ema, Sofía. Hablen con el ioputa ehte, que yo llevo a Rubiuh a un hohpital.- No estaba al tanto de todo, pero reconocí la voz de Mangel. Me agarró fuertemente y noté que un coche paró cerca de nosotros. Mangel me subió, me colocó un pañuelo y tomó mi cabeza, acomodándola en su hombro. Me coloqué un poco nervioso, me sentía muy bien ahí.

  Llegamos a urgencias y nos hicieron pasar a una sala muy blanca. Odio, realmente odio los hospitales. Apareció el doctor y me dijo que lo acompañara. Caminamos por un largo corredor, parecía como si no acabara jamás. Entramos en otra sala, con una enfermera y un aparato raro en el techo. Me senté en otra camilla y se me acercó la enfermera.

-¿Cuál es tu nombre?

-R-Rubén Doblas.- Aún seguía un poco mareado por el golpe ese y la pérdida de sangre.

-Muy bien Rubén… Necesito que te saques el pañuelo y me dejes inspeccionar tu nariz.

-Bien.- Hice lo que me pidió. Empezó a mirar mi nariz. Puso una cara muy seria. ¡Joder, que me puede quedar fea de 4 life!

-El doctor te hará unas pruebas. No tengas miedo, no dolerá.- Me recostó y me colocó unos lentes oscuros. Escuché como se movía la cosa esa. ¡Dios no! Que miedo. Se escucharon unos sonidos raros. Pasaron unos segundos y me sacaron los lentes. Me miró la enfermera y me sonrió.- Perfecto. Ahora te llevaré a dónde estabas.- Me levanté con cuidado de no marearme más todavía.

  Por fin llegué a la sala, y vi a Mangel, con la cabeza agachada y mirando el suelo. Le toqué el hombro y levantó su cara, mirándome.

-¡Rubiuh!- Se levantó de su lugar.- ¿Qué te hicieron?- Traté de responder, pero la enfermera se me adelantó.

-Le hicimos unas radiografías en su nariz. Ahora hay que esperar a que el doctor venga y os pregunte algunas cosas más. Mucha suerte chicos.- Y se retiró de la sala. Me senté en la camilla, muy nervioso, y no paraba de pensar en qué cosa podía ser: Fractura, torcedura, o si quedaría rara para siempre. ¡Madre mía! Que no quiero quedar deforme.

  Mangel se acercó a mí, me miró y me sonrió.

-Eh Rubiuh, tu tranquilo que toh’ saldrá bien, que ese ioputa me lah va a pagah.- Me acarició la cabeza y tuve la necesidad de bajar la cara. Mi corazón empezó a latir muy rápido y sentí como el calor recorría mis mejillas. Levanté mi rostro y choqué mirada contra mirada con la de Mangel. Esos ojos azabaches me tenían loco, y en ese momento supe que… Joder… Que me enamoré de mi mejor amigo. Mangel corrió su cara, un poco… ¿Nervioso? No, coño no, que no quiero que sepa lo que siento por él. Cuando iba a preguntar que le pasaba, llegó el doctor.

-Muy buenas tardes señor Rubén y usted señor…- Se estaba dirigiendo a Mangel.

-Miguel, doctor.- Sonó muy serio, igual que la mirada y actitud del doctor. Joder, me estoy acojonando. ¡Coño ya! Relájate Rubén, que no te ha pasado nada grave… O eso espero.

-Bien… ¿Cómo ocurrió esto?- Me miró el doctor, como si yo fuese culpable de un asesinato. Por esta y más cosas odio los hospitales.

-Pues…- Me coloqué nervioso.- Estaba con una tía, en un café, llega otro tío, se pelea conmigo y me reventó la nariz de un golpe.

-¿Puedes respirar sin problemas?- Cada cosa que él preguntaba y yo respondía, la anotaba en una ficha.

-Sí, pero me duele un poco.

-Okey… Ahora veamos las radiografías.- Prendió una ventanilla, donde salía una luz muy blanca y colocó unas imágenes, al parecer de mi nariz.- Hummm… Al parecer no te ha pasado nada grave. Tienes suerte.- Apagó la luz esa y guardó las radiografías en un sobre.- Te vendaré la nariz y te daré una receta médica.- Me colocó unas vendas en la nariz y me dio la receta. Salimos del hospital y Mangel no demoró en descojonarse de la risa.

-¡Dioh! Tío que te veh muy chistoso así.- No paraba de reír el muy cabrón.

-¡Joder macho! Ya basta.

-Ya, pararé. ¿Noh vamoh a casa?- Asentí con la cabeza y le sonreí.

-¡Ust! Ust ust ust…- Hice mis típicos gestos con los brazos y cabeza.

-¡Ay mi Ust!- Me rodeó los hombros con uno de sus brazos y me acercó a él. Me coloqué muy nervioso y creo que me sonrojé. ¿Por qué no me di cuenta de lo que sentía por Mangel hace más de tres meses?

Fanfic: "¿Realmente sólo amistad?" [Rubelangel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora