Relato 11

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Relato por Rubius:

  Estuvimos toda la tarde haciendo el gilipollas por la calle y tal. Llegamos a casa y prendimos la televisión. Me coloqué a cambiar los canales si haber nada interesante. Estuve así como por 5 minutos y nada.  Miré a Mangel y estaba sonriendo con los ojos cerrados. Debe estar pensando en Sofía, de todos modos se veía muy mono así.

-¡Mangel- Lo zamarreé, y reaccionó de golpe. Me dijo que pensaba en terminar con Sofía. ¿Sería una oportunidad para… Enamorarlo? Ah… No lo sé, no quiero confundirlo. Le di palabras de aliento, ya que aún es mi mejor amigo, pero me costó decirlo. Lo miré a los ojos, sus hermosos ojos negros que siempre me han cautivado. Se paró de golpe y se fue a la cocina después de agradecerme por el apoyo. Me sentía cansado aún, así que me fui a mi cama, cerrando la puerta, y vi que la gata estaba acostada como siempre. Me senté en medio de mi cama, apoyando mi espalda en el respaldo. Miré el techo. ¿Cuánto amaba a Mangel? ¿Tendré alguna oportunidad con él? No sabía si decirle lo que siento o no. Y si le digo, ¿qué pasa si lo pierdo? La tristeza y la impotencia de no tenerlo y de poder perderlo por un “capricho” mío me llevaron al borde de las lágrimas. Tomé la almohada que me regaló y lo miré.

-No sabes cuánto te amo, y lo mucho que me duele verte con Sofía, pero prefiero que seas feliz con ella y que nunca se borre esa hermosa sonrisa que tienes. Mangel, eres lo mejor que me ha ocurrido y no quiero perderte, por eso, aunque me duela o me mate esto, guardaré en secreto lo… Que… Siento. Joder…- Todo esto fue en susurro, y no aguanté las ganas de llorar. Abracé mis piernas, sin soltar la almohada de Mangel, y no paraba de llorar pensando que jamás tendría a Miguel. De repente siento como Mangel abría la puerta… Mierda, me va a ver en este estado. Se sentó a mi lado y me tomó la cara. Se veía muy preocupado.

-¡Rubiuh! Pero, ¿qué coño te pasa?- Le dije que nada pasaba, pero me conoce lo bastante o fui muy gilipollas para responderle eso. Traté de evitarlo mirando a otro lado, pero me apegó a él. Oh no, no lo hagas. Y me solté a llorar como nunca. Qué manera de expresar mi pena, parecía toda una nena sufriendo por un amor prohibido. Cada vez me empezaba a calmar más, hasta que por fin pude responder. Tuve cuidado de no cagarla, revelando que él me enamoró.

-Tengo una idea.- Lo primero que vino a mi mente fue la quedada pasada, así que usé eso para sacar tensiones.

-¡Oh, Dios, no! No otra quedada en casa. Mucho para mi body.- Y reí un poco. Sugirió pizza y juegos, y acepté sin pensarlo dos veces. Me ofrecí a llamar al tío de las pizzas.

  Cuando terminé de hacer el pedido, fui a ver que hacía Mangel en su cuarto. Al llegar a su puerta, lo escuché hablar por teléfono.

-Sofía… Ah… Debo decihte algo. Sé que no hemoh tenio’ muchoh problemah juntoh, pero siento que lo nuehtro… Ya no funciona.- ¿Estaba terminando con Sofía?- No, no eh eso… Pero… Jodeh, ¿me vah a ehcuchah?... Relájate… Lo siento, adióh.- Colgó el móvil y escuché como se tumbaba en la cama. Toqué la puerta y entré. Lo vi mirando el techo, pero no parecía triste.- Lo ehcuchahte toh’, ¿no?

-S-Sí, perdón si…- Me interrumpió.

-No te preocupeh Rubiuh. Pensó que ehtaba con otra, no me ehcuchaba hahta que casi me cabrea. Se pudo a llorah y nah’. Toh’ terminó.- Se sentó en la cama, mirándome. Joder, no hagas eso que me derrito DSADFJKSAHDKJAHDSJKLAS.

-Pero, ¿tú estás bien?- Me sonrió.

-Sí. Siento que puedo pensah mejoh lah cosah ahora. Voy a comprah algo pah’ bebeh. ¿Qué quiereh tú?- Se levantó y se estiró.

-¡Monster! Quiero Monster, pero no demores, que no respondo si te quedas sin pizza.- Comenzamos a reír. Se colocó el abrigo, cogió las llaves y salió. Ahora sólo me queda esperar la pizza y a Mangel.

Fanfic: "¿Realmente sólo amistad?" [Rubelangel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora