Relato 26

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Relato por Mangel:

  El viehneh ya había llegao’ máh rápido de lo que yo ehperaba. La mañana pasó algo rápida y eso me llevó a mi dolorosa separación con mi Rubiuh. De verdah lo voy a extrañah ehtoh díah. Noh dehpedimoh en la puehta del piso y me fui a tomah un taxi. Mientrah iba de camino a la ehtación de treneh pensaba en lo lindo que iba nuehtra relación con Rubiuh. Realmente yo lo amo, pero era un amoh que jamáh había sentio’ anteh, y eso me hacía pensah que él era mi “pehsona ehpecial”. Era como si ehtuviésemoh hechoh el uno pah’ el otro. ¡Eh que nah’ podía salih mal de ehto!

  Por fin en la ehtación, compré mi boleto y me dirigí  a mi asiento. “Ehte viaje será etehno”, pensé enseguia’. Me senté, me puse loh audífonoh para haceh máh corto el viaje y sin dahme cuenta, me dohmí.

-¡Todos los pasajeros con destino a Algarinejo, prepararse para llegar a su destino, por favor!- Una voz me dehpertó de la nah’. ¿Ya habíamoh llegao’? Ah claro, que me dohmí y el viaje se hizo nah’. Lo que quedaba de viaje traté de dehpertah mejoh, y así no chocah ni pasahme de lahgo.

  Bajé y vi que mih padreh aún no llegaban. Loh llamé y leh dije que ya había llegao’, a lo que me rehpondieron que iban en camino a buhcahme. Lo bueno eh que no tuve que ehperarloh mucho. Caminé al coche y subí. Loh saludé a lo rápido, ya habrá tiempo de abrazahlo cuando ehtemoh en casa. Íbamoh hablando de muchah cosah, y como siempre mi madre preguntándome si comía bien y si me cuidaba. Típico de mi madre, y como siempre, mi padre riéndose de esah cosah.

  Ya en casa, Bajamoh del auto y loh abracé a amboh.

-Qué bueno que estés bien hijo, te extrañábamos mucho.- Dijo mi madre, dulcemente como siempre.

-Estás hecho todo un hombre.- Dijo mi padre, golpeándome un poco la ehpalda.

-Sí, he ehtao’ haciendo algo de ejercicio allá en Madrid.- Tomé mi maleta y fuimoh al interioh de la casa. Apenah entré, Isabela corrió a mih brazoh. ¡Qué mona!

-¡Hermano! No sabes cuánto te he extrañado.- Me dijo tiehnamente mi bella princesa.

-Yo también te he extrañao’. ¿Y Lorena?

-Ayer se fue a la casa de su amiga, regresa el domingo en la tarde.- Decía mi madre mientrah iba a la cocina.- ¿Quieren almorzar ya?- Por supuehto que ni Isa ni yo noh negamoh a la deliciosa comida de nuehtra madre.

-

  Luego de comeh, ayudé a mi madre a lavah loh platoh pah’ que tehminara pronto y así no llegah tahde a su dehtino con mi padre. Recohdé que mi madre ya sabía de lo mío con Rubiuh, pero dudo que lo sepa mi padre. Quizáh se lo deba contah en otra ocasión. Al tehminah, ayudé a mi padre a subih lah maletah al coche.

-Te dejé los números de emergencia, los del hotel y demás que puedas necesitar. Hay comida para recalentar en el frigorífico. Los vecinos saben que estarás tú, asique cualquier cosa avísale a ellos también.- Mi madre como siempre muy preocupah’ de toh’. Reí.

-Tranquila mamá, que nah’ malo pasará. Y si pasa algo, ya sé que haceh, ¿vale?- Me miró y suspiró, pah’ luego sonreíh algo máh tranquila. Isa y yo noh dehpedimoh de nuehtroh padreh y se fueron. Entramoh y fui a dejah mi maleta a mi cuahto. Tomé el móvil y me dihpuse a llamah a Rubiuh, ¿pero saben qué? ¡LA PUTA BATERÍA EHTÁ BAJA! Buhqué en mi maleta el cargadoh y nah’. Se me ha olvidao’ en el piso. ¡Es que soy un idiota! Y encima no vi la necesidad de traeh el portátil pah’ acá. Traté de veh si en el ohdenadoh de la casa algo podría haceh, pero como es una mierda, ehtuve casi una hora tratando de conectar el internet; hahta que por fin pude y le mandé un mensaje intehno a Rubiuh por Facebook.

Fanfic: "¿Realmente sólo amistad?" [Rubelangel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora