Relato por Mangel:
Poh lo menoh no era nah’ grave lo de Rubiuh, pero me daba mucha risa su vendaje. El muy niñato hizo de Ust y no aguanté lah ganah de abrazahlo, y Caminamoh así hahta llegah a una fahmacia. Entramoh y compramoh la medicina. Como siempre, Rubiuh hacía el gillipollah. Fue donde loh condoneh y me llamaba con su típica voz de niño.
-¡PAPA! Compremos esto y hagamos globos… Papa, que deberías usarlos con mama para no tener más hijos que mis 48 hermanos y yo estamos hartos… Papa, cómprame un juguete.- Y máh cosah así. Me hacía cada ehtupideh, que me hahtó y lo tomé en brazo. Empezó a haceh ruiditoh de avión de guerra y tal.
Llegamoh a una plaza y, yo exhauhto, dejé a Rubiuh en el suelo y me senté en una banca. Rubiuh se sentó al lao’ mío, pobre, no me guhtaba nah’ vehlo así de lastimao’. Me miró y me sonrió. Se veía tan lindo al hacehlo.
-Debo darte las gracias Mangel, no sé que hubiese pasado si no hubieras llegado. A-Agradezco tenerte como un amigo… Mi mejor amigo.- Me sentí algo raro, como si no quisiera ehcuchah lo de “amigo”.
-Fue coincidencia, o cosah del destino. Realmente llegué en buen momento, y agradehco que Ema y Sofía trataran de detenehme, que si no mataba a ese imbécil…- Realmente no sé qué coño ese tío. De la nada, comenzó a sonah un móvil, mi móvil. Lo saqué del bolsillo. Era un mensaje de Sofía: “Amor, ¿cómo está Rubén? Ya hablamos con Antonio, quería disculparse con él, pero no lo sé bien… Cualquier cosa llámame.” Volví a guahdah el móvil y miré a Rubiuh.
-¿Quién era Mangel?- Me miró con mucha curiosidad.
-Era un mensaje de Sofía preguntando como ehtabah y que el chico ese quería dihculpahse contigo. Poh supuehto que eh decisión tuya.- Me miró, colocó su mano en el mentón y comenzó a pensah.
-Joder. La verdad es que no lo sé, o sea, ir y que se disculpe, pero las ganas de pegarle me sobran. Pero estoy cansado, prefiero ir a casa y descansar.- Se levantó y se ehtiró. Me levanté y comenzamoh a caminah en dirección a casa.
Llegamoh a casa y Raspberry empezó a pasah por nuehtrah piehnah. Noh sentamoh en el sofá y prendimoh la televisión. Rubiuh se puso a ver algo, y yo aproveché de pensah. Pensah en qué voy a haceh con Sofía, realmente ya no sentía lo mihmo y ehto viene dehde anteh de lo ocurrio’ con Rubén. ¿Terminaría con ella? ¿Cómo se lo tomará? ¿Qué siento realmente por Rubiuh? Ehpera… ¡Coño ya!, que mi mente ya no ehtá cuerda. ¿Por qué cojones pensé en Rubiuh? Enserio, que ya no aguanto, pero recohdah el casi beso me ponía feliz, bahtante diría yo. Cerré loh ojoh y recohdé a Rubén, rozando nuehtroh labioh, mirándome con picardía y algo máh como… ¿Afecto? ¿Cariño? Ah… Que ya no sé nah’.
-¡Mangel!- Me sobresalté. Rubiuh me sacó de mih pensamientoh hablando fuehte y zamarreándome. ¿Hace cuánto que me llamaba?- Joder Mangel, estás en las nubes. ¿Pensando en Sofía?
-Algo así… Quizáh termine con ella, no lo sé.- Miré el suelo. No ehtaba seguro de nah’. Me tomó el mentón e hizo que lo viera. Suh ojoh miraron fijamente loh míoh. Sentí como mi corazón se aceleraba. Me soltó la cara y me abrazó fuehtemente. Hice lo mihmo, muy nehvioso.
-Sabes que cualquier cosa, estoy acá, siempre lo estaré, apoyándote. Somos… Mejores amigos y es lo que hacen, apoyarse y animarse mutuamente, y si necesitas ayuda para tomar esta decisión, no dudes en llamarme.- Me soltó y noh volvimoh a veh fijamente. Suh ojoh verdeh me obsehvaban y me hacían pensah que leía mi confusión, y lo que empezaba a sentih por él. No… No quiero que me vea así, tan vulnerable. Me levanté rápidamente, muy nehvioso.
-G-Gracias Rubiuh.- Y sin dejahlo decih algo, me fui a la cocina a tomah agua. Llené el vaso hahta el tope y lo bebí casi toh’ de un sohbo. Noté que mi corazón seguía acelerao’, así que fui al baño a dahme una ducha y relajahme. Me saqué la ropa y me metí a la ducha. El agua recorría mi cuehpo y me hacía olvidah lah cosah. Tehminé y me coloqué una toalla y fui a mi habitación. Me puse loh jeans y mi camiseta de “Octodad”, que nohtalgia me daba ehte mierdijuego. Miré la hora, eran lah 08:43 P.m. Jodeh, como pasaba de rápido el tiempo. Recohdé que Rubiuh debía tomahse el medicamento y fui a su cuahto. Tenía la puehta cerrah’. Toqué, pero no contehtaba. Abrí la puehta dehpacio, ahí lo vi, sentao’ en su cama, abrazando suh piehnah y la almohada que le regalé pah’ San Valentín y ehcondiendo su cara en ella. La gata lo miraba, con cara de preocupación. De repente ehcuché como si… ¿Llorara? Me acehqué y me senté al lao’ de él. Me miró, tenía loh ojoh rojoh. Me sohprendí bahtante. Le agarré la cara con una mano.
-¡Rubiuh! Pero, ¿qué coño te pasa?
-N-Nada Mangel.- Sonaba muy afligio’. Se secó lah lágrimah, pero seguían cayendo.
-No me mientah, que algo te debe pasah pah’ que ehté así, ¿no?- Calló y miró a otro lao’, soltándose de mi mano. No dejaba de abrazah la almohada, con mi cara al frente de él. Lo apegué a mí y sentí como rompió en llanto nuevamente. Era como un niño pequeño que necesitaba protección. Pasaron unoh minutoh y comenzó a calmahse.- ¿Ahora me diráh qué te pasó?- Se volvió a secah lah lágrimah.
-Me siento confundido Mangel, no sé qué hacer. C-Creo que me enamoré de alguien y… Y…- Suhpiró.- No sé si decirle, tengo miedo de que se aleje de mi. No lo soportaría.- Se separó y me miró. Notaba la trihteza en su mirada.
-Ya Rubiuh, relájate, que toh’ ehtará bien, enserio.- Me puse a pensah.- Tengo una idea.
-¡Oh, Dios, no! No otra quedada en casa. Mucho para mi body.- Se puso a reíh, poh fin.
-¿Dehde cuándo eh mucho pah’ ti? Jajá. Pero esa no eh mi idea. Podríamoh pedih pizza, y jugah a algo. ¿Qué diceh?- Asintió con la cabeza. Se ofreció a pedih la pizza poh teléfono, yo provecharé de llamah a Sofía y tehminah toh’.
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Fanfic: "¿Realmente sólo amistad?" [Rubelangel]
Fanfic"Todos sabemos que todo parte como una simple amistad, pero... ¿Qué pasa si te empiezas a dar cuenta que te estás enamorando de tu mejor amigo? ¿Y si sólo es confusión? Es como para pararse frente a aquella persona y preguntarle: '¿Realmente sólo am...