crush

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Jaemin tenía un crush, y era demasiado evidente.

Es decir, todo el mundo sabía que el traficante tenía una debilidad por el menor de la casa y que en más de una ocasión se había lanzado a las manos con otros por decirle algo al pequeño Jisung.

Pero vaya que esto era diferente. Era peor.

Todo quedó claro cuando una mañana el más temido de los jóvenes entró a la cocina de forma despreocupada a hacerse su café como todas las mañanas. Con la única diferencia de que su pelo había pasado de moreno a... rosa.

Jaemin era difícil de tratar, eso estaba claro. Tenía un temperamento explosivo y le gustaba demasiado salirse con la suya. Le molestaba especialmente que le tocaran la cabeza. No estaba claro por qué, pero era así. Era el que más se quejaba cada vez que tenían que teñirlo o cortarle el pelo. Fue por eso que el silencio se hizo en toda la cocina cuando Jaemin entró una mañana y su pelo estaba... rosa.

El traficante se limitó a servirse su café (el segundo de la mañana) y salir de la cocina, sin poder evitar ver la sonrisa que el nuevo trataba de ocultar.

Porque tal vez (y solo tal vez) Jaemin había escuchado al chico nuevo, Donghyuck, y a Renjun hablar de lo geniales que son los pelos de tonos fantasía; sobretodo los tonos morados y rosados.

- Te queda bien - le murmuró Hyuck esa misma tarde mientras entraba al salón.

- ¿Acaso es un halago? - preguntó el menor con una sonrisa de medio lado.

- Solo es una observación, no te creas tanto - dijo mientras cogía un libro y salía de la sala.

Jaemin observó el meneo de caderas con el que el castaño salió, disfrutando de la vista y de esa insolencia que le encantaba.

[...]

- Jaemin, ven - llamó Mark a gritos desde la sala de entrenamientos.

Con resentimiento se levantó de su sitio en la pequeña biblioteca y se dirigió hacia los niveles inferiores donde lo esperaba el canadiense. Solo llevaba cinco minutos sentados, ¿tanto era pedir un descanso?

- ¿Para qué haces que me levante? - preguntó exasperado.

- Tengo que irme a una reunión bastante importante, te toca darle clase a Hyuck. Solo ayúdale con la posición de tiro y podéis acabar pronto.

Con un suspiro cansado el pelirrosa se dirigió hacia las dianas.

- ¿Qué haces tú aquí? - preguntó el castaño al verlo llegar, pistola en mano.

- Hoy te daré yo la clase - el pelirrosa le sonrió con un guiño.

Que hubieran hecho que se levantase no significaba que no fuera a disfrutar de un rato a solas con Donghyuck.

- ¿Estás de broma? - bufó el castaño exasperado.

- Si me adoras.

- Adoro las flores y no tengo un jardín en el cuarto. Así que aire - le hizo señas para que se fuera de la habitación.

Jaemin cogió el brazo estirado de Hyuck y, barriendo la pierna para desestabilizarlo, se ayudó de él para tumbar al castaño sin especial problema.

- Hasta que no puedas vencerme cuerpo a cuerpo, voy a darte clase.

Hyuck siguió refunfuñando por lo bajo, pero aceptó. Se levantó con la poca dignidad que le quedaba y se cuadró en posición, preparado para empezar.

- Una clase de tiro y ya está.

- Vale, en cuanto aciertes tres tiros seguidos puedes irte.

Jaemin sabía que Hyuck era bueno pero no como para acertar tres tiros seguidos y la cara que puso el mayor solo se lo reafirmó.

black [hyuckmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora