black [hyuckmin]

past

Por norma general, Jaemin no dormía mucho, pero desde que Donghyuck se empezó a colar en su cama sus horas de sueño se habían reducido considerablemente. El castaño tenía pesadillas casi a diario: desde su padre pegándole, a Mark torturándole, Nct abandonándolo y así cien cosas más.

Jaemin se había acostumbrado a despertar con los pequeños quejidos del castaño y despertarlo para consolarlo, cantarle hasta calmarlo.

- Todo está bien, estás bien. Estamos bien - le susurraba cada noche mientras acariciaba su espalda y besaba su cabeza con cariño.

Pero, esta vez, había sido distinto. Jaemin no se había despertado ante los quejidos del castaño, si no ante su falta de calor.

Extrañado murmuró un suave "¿Hyuck?" al encontrarse solo en la cama. Se levantó de la cama aún un poco aturdido por el sueño y se dirigió hacia la opción más razonable, el baño.

Llamó con suavidad a la puerta al ver cómo salía luz por debajo de esta. El sueño salió de su sistema en cuanto escuchó un llanto ahogado por la puerta. Se retiró un par de pasos y arremetió contra la puerta con el hombro, derribándola sin problema aunque no estaba preparado para lo que había detrás de esta.

Donghyuck estaba echo una bolita dentro de la bañera, sangre cubriéndolo.

- No estoy limpio - lloraba el castaño rascándose con fuerza los brazos hasta dejar surcos sangrantes.

- No pasa nada, mi sol - susurró reaccionando al instante corriendo hacia el castaño y abranzándolo -. Estás limpio, te prometo que estás limpio.

El rubio agarró las manos de Hyuck entre las suyas evitando que siguiera abriéndose heridas. Con algo de dificultad abrió el agua para limpiar la sangre. Donghyuck no se intentó apartar cuando el agua empezó a empaparlo desde arriba aunque pudo ver cómo se estremecía cuando entraba en contacto con las heridas.

- Lo siento, lo siento - siguió susurrando el mayor entre sollozos mientras se aferraba a Jaemin como si la vida le fuera en ello.

- Estás limpio. Estás a salvo. Estás bien, estamos bien - Jaemin anunciaba como un mantra mientras echaba agua sobre el mayor con mucha delicadeza.

Cuando consideró oportuno, lo sacó de la bañera, evitando que se pusiera de pie, y lo llevó a la cama donde lo sentó, listo para cambiarlo de ropa.

- Hoy he ido a comprar - Jaemin asintió para indicar que lo estaba escuchando mientras lo ayudaba a desnudarse -. He visto a uno de los amigos de mi padre.

Ambos se quedaron quietos y en silencio durante un segundo. Haechan cabizbajo y tembloroso, Jaemin asombrado, midiendo sus palabras.

- ¿Qué ha hecho?

Intentó ocultar la ira que sentía. Donghyuck no necesitaba ira en ese momento, necesitaba que se sintiera a salvo.

- Me ha cogido de la cintura y me ha dicho que me echaba de menos, luego ha intentado meterme mano - el castaño se empezó a rascarse de forma inconsciente de nuevo.

El menor se puso en cuclillas frente a la cama cogiéndole de las manos con cierta fuerza para que parase. Le obligó a que lo mirase.

- Le puedo arrancar las manos - aseguró mientras lo miraba fijamente a los ojos.

Ambos sabían que era verdad, que no dudaría en hacerlo, que con una palabra del castaño, el hombre quedaría reducido a cenizas y nadie sospecharía de ellos. Pero no era capaz, aún no.

- Solo no dejes que me lleven, no quiero irme de tu lado - pidió inclinándose para besar una mejilla del rubio.

Jaemin se incorporó, dejando que la cabeza del mayor reposara sobre su pecho y sus brazos rodeando la pequeña figura en la cama.