Capitulo 7

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Llevaba mas de una hora probándose ropa tratando de encontrar un oufit que le agradara pero por mas que buscaba no encontraba uno, Renata que se encontraba sentada en su cama ayudándole ya estaba lo suficiente mareada de ver ir y venir a Regina y estaba a punto de perder la paciencia y eso que ella tenia mucha pero es que su hermana no se decidía y eso comenzaba a hartarla, estaba de acuerdo que estaba a punto de tener una cita con la persona que le gustaba pero ya se estaba cansando dejo escapar un suspiro y miro a la morena que estaba observándose en el espejo, vio como tenia intenciones de volver a meterse al baño pero la detuvo tomándola de ambos hombros.

-Regina ¡Ya basta! Me tienes mareada-

-Lo siento es solo que no me gusta como me veo-

-Pero si te vez hermosa mírate- Renata hizo que se girara para que se viera al espejo llevaba puesto una sudadera gris, un pantalón negro, unos tenis blancos y una diadema roja en su cabello-Solo falta algo- Renata le coloco sus lentes mientras le dedicaba una pequeña sonrisa-Listo estas hermosa y lista para tu cita-

-Gracias- la morena abrazo a su hermana que gustosa la recibió amaba ese tipo de momentos que compartían juntas pero no lo diría en voz alta.

-De nada ahora ya vete que se te hará tarde- Regina asintió y salió de su habitación dejando a Renata sola que se dejo caer en la cama ahora ella tenia que apurarse en arreglarse pues había prometido que iría a la fiesta en la casa de Romi junto a Kathy.

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Regina se encontraba en la entrada del cine había llegado temprano y ahora se encontraba sentada en una de las bancas que se encontraban ahí viendo como la gente iba y venia haciéndola sentir mas nerviosa, su pie no dejaba de moverse tal vez lo mejor era irse y decirle a Manuela que no pudo ir por ayudar a su mamá, sacudió su cabeza alejando esos pensamientos no podía hacerle eso a la española que había echo de todo para conseguir los baleros para el estreno de la película que ella quería ver y aparte no podía negar que quería pasar una gran noche junto a Manuela y quería verla, salió de sus pensamientos cuando a lo lejos vio a la española caminando hacia su dirección venia vestida con un short blanco, una blusa negra, una chamarra verde y unos tenis blancos “Se ve hermosa” fue su único pensamiento en cuanto la vio una pequeña sonrisa apareció en su rostro mientras más cerca estaba de ella.

El pensamiento de Manuela no fue muy diferente al de Regina ante sus ojos se veía hermosa en cuanto la vio sentada esperándola no pudo evitar que su corazón comenzara a latir con fuerza era la primera vez que salía a una cita como esa y estaba nerviosa quería que esa noche fuera única y lograr que la morena se sintiera a gusto pues lo único que quería ver era esa sonrisa que solo le dedicaba a ella y no descansaría hasta hacer que esa noche fuera inolvidable para Regina pues lo único que quería era verla feliz, en cuanto estuvo cerca de la morena la abrazo quería que todos supieran que venia con ella y al abrazarla se permitió llenarse de aquel aroma característico de Regina que tanto le gustaba.

-Te vez hermosa- no pudo evitar decírselo provocándole un sonrojo a la morena que oculto ese sonrojo en su hombro.

-Tu también te vez hermosa- en cuanto se separaron no dudaron en tomarse de las manos y caminar hacia la fila donde comprarían las palomitas y todo lo que comerían durante todo la película.

El cuanto compraron lo necesario se dirigieron a la sala donde seria proyectada la película, el lugar estaba completamente lleno de personas pero para ellas eso no era relevante solo les importaba estar juntas conforme pasaba la película lograron hacer una pequeña burbuja a su alrededor parecía que nadie mas existía sólo ellas, no supieron en que momento sus manos terminaron entrelazadas pero así parecían estar bien, en algún momento de la película Regina se recargo en el hombro de Manuela llamando su atención provocando una sonrisa en su rostro, sabían que no solo estaban disfrutando la película si no también estaban disfrutando ese momento juntas que para las dos era algo nuevo sus corazones parecían latir al mismo ritmo y sus manos parecían estar echa la una para la otra.

Un amor verdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora