Capitulo 12.

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Se miro al espejo por última vez provocando una mueca en su rostro ante su reflejo, tenia ojeras bajo sus ojos, estaba pálida y su semblante se veía decaído parecía que estaba enferma pero eso estaba lejos de la realidad no lo estaba pero se sentía como si lo estuviera no tenia ánimos desde que se había enterado de aquella horrible verdad ya habían pasado cuatro días, días donde su hermana y Sebastián no se despegaban de ella siempre estaban ahí en su habitación haciéndole compañía porque si había decidido no asistir a clases ni si quiera salía de su habitación todo esos días se la había pasado encerrada leyendo libros o llorando pero se había cansado de hacerlo es mas comenzaba a creer que no tenia mas lágrimas, también Keiko y Kathy habían tratado de animarla haciéndola reír o simplemente sentándose a su lado en silencio tratando de consolarla tenia buenos amigos eso no podía negarlo pero ya era tiempo de salir y dar la cara por que se había enterado de lo que Renata había echo y no la culpaba ella hubiera echo lo mismo sabia que todos en Like hablaban de lo sucedido.

Dejo escapar un suspiro y se coloco sus lentes era tiempo de salir adelante no podía estar encerrada llorando había logrado una vez superarlo y esta vez no seria diferente, tomo su mochila y con paso firme salió de su habitación, en cuanto salió sintió todas las miradas en su persona por cada paso que daba los murmullos se hacían mas recurrentes al igual que las miradas llenas de lástima y muchas mas de burla, trato de calmarse sabia que eso iba a suceder pero no se iba a echar para atrás tenia que lograrlo así que decidió ignorar todo y seguir con su camino cuando llegó a la cafetería sucedió exactamente lo mismo todas las miradas pararon en ella haciéndola sentir incomodo pero intento no demostrarlo y dirigirse a la mesa donde se encontraban sus amigos desayunando.

-Bonita- el primero en reparar en su presencia fue Sebastián que la recibió con una radiante sonrisa.

-Vaya chama pensé que jamás saldrías de ahí- todos le dedicaron una mala mirada a Kathy que solo desvío la suya.

-Keiko feliz de verte aquí- la japonesa le dedico una pequeña sonrisa tan característica de ella.

-Te apartamos un brownies- su hermana le enseño el plato con el contenido haciendo que una sonrisa en su rostro apareciera sin duda se había dado cuenta que tenía a su lado a las mejores personas y sabia que con su ayuda saldría adelante.

El desayuno paso relativamente tranquilo comenzaba a acostumbrarse a las miradas de todos los que estaban ahí y con la ayuda de sus amigos había olvidado por un momento todo pero todo eso volvió cuando se encontraba afuera del salón sabia que era inevitable encontrarse con la española pues compartían clases pero no sabia si estaba lista para verla no habían hablado aunque Manuela había intentado de mil maneras hablar con ella Regina no había querido escuchar absolutamente nada pues ya todo estaba dicho, soltó un largo suspiro y con la determinación que la caracterizaba entro al salón llamando de nuevo la atención, recorrió con la mirada todo el salón hasta que su mirada se encontró con la de ella haciendo que miles de sentimientos la invadieran, su corazón latía con fuerza pero también dolía estaba a punto de salir corriendo de ahí pero en lugar de eso respiro hondo y con paso calmado se dirigió a su lugar se sentó justo a lado de Renata y para su mala suerte quedaba justo en frente de Manuela.

Durante toda la clase pudo sentir la mirada de la española sobre ella y por mas que intentaba no darle importancia la afectaba por una parte de ella solo quería ir abrazarla y olvidar todo pero otra parte quería mantenerse lejos porque la había lastimado demasiado, estaba molesta, triste, confundida, por su mente pasaban tantas cosas que no podía evitar sentirse fuera de lugar porque si se sentía fuera de lugar estando en Like, tenia que cargar con todo con la traición de alguien a quien amaba, con las miradas de lastima, con las constantes burlas o comentarios de la gente, todo se estaba juntando y se sentía asfixiada quería dejar todo e irse pero ya lo había echo una vez había huido de sus problemas no se atrevió a enfrentarlos y esta vez no sería así, esta vez afrontaría todo con la frente en alto aunque le doliera tanto ver a Manuela.

Un amor verdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora