Capitulo 27

2.3K 263 1.2K
                                    

Roger se dejó llevar hacia donde su instinto le guiaba. Llevaba caminando un largo rato. A pasos largos y pesados, con los puños apretados, sin mirar a su alrededor, sin prestarle atención a nada. Simplemente caminó a una velocidad moderada y no se detuvo hasta que sus nudillos golpearon contra la puerta de una casa en la que solo había estado una sola vez en toda su vida.

Esperó paciente unos minutos. Tenía la respiración acelerada pero había dejado de llorar. Tenía los ojos secos. Ahora el único sentimiento que desbordaba de cada mínimo poro de su piel era la ira, una ira a la que solo le encontró un modo de solucionar, de desquitar.

Un modo que vio mucho más posible cuando la puerta fue abierta.

-¿Roger? Que sopr...  -las palabras de Dylan fueron calladas cuando unos labios se pusieron con agresividad sobre los suyos. A penas tuvo tiempo de reaccionar cuando la lengua de Roger comenzó a pasearse por cada parte de su boca degustando su sabor con ímpetu. Pero lejos de apartarse, siguió el inesperado beso con torpeza. 

Llevó sus propias manos a la cintura del rubio y lo apretó, sintiendo las manos del contrario tomarle de las mejillas para profundizar un beso que parecía desesperado; hambriento. De ese modo, sin separarse, ambos se introdujeron en el apartamento y Dylan cerró la puerta de una patada.

Solo entonces Roger se separó del beso para mirarle a los ojos. 

El pelirrojo observó cómo los de Roger estaban rojos de haber llorado no hacía mucho. Observó su cuerpo y vio que llevaba puesto un bonito traje. Volvió a mirarle con una expresión confusa.

-No es que me vaya a quejar pero... ¿qué haces aquí?

-Quería verte -habló entre respiraciones entrecortadas -. Simplemente no preguntes más.

Y aunque esa no era la razón clara por la que había ido allí a hacer lo que hizo, Dylan tomó su palabra y sus labios se vieron interrumpidos por una sonrisa. Esta vez fue él en lanzarse a los labios del más pequeño para devorarlos mucho más intensamente que antes. 

Durante ese beso, llevó sus manos al trasero de Roger y lo levantó haciendo que este enrollara las piernas en su cintura. Apoyó la espalda del rubio contra la puerta y sus labios dejaron de besar los del otro para pasearlos por su cuello. Roger levantó la cabeza para otorgarle más espacio a su labor y suspiró mientras cerraba los ojos. Sentía su piel siendo succionada, posiblemente dejando en ella una infinidad de chupetones que no se molestó en evitar.

Pero no pensó en Brian de una manera sexual, no se imaginó que era él quien le estaba proporcionando ese placer, claro que no. Todo lo contrario. Tenía la necesidad de vengarse, hacerle saber, aunque no llegara a descubrir lo que estaba ocurriendo, que él también podía jugar a su juego. Que podía acostarse con quien quisiera cuando quisiera sin importar lo que sufriera. Aunque a estas alturas y teniendo en cuenta todo lo ocurrido dudaba enormemente de que lo que estaba haciendo llegara a penas a molestarle un poco a Brian. 

-Roger -murmuró Dylan contra la piel de su cuello. El aliento que el mayor dejó escapar al pronunciarlo le erizó la piel -, ¿qué quieres que haga?

-Lo que quieras -se apartó un poco. Dylan levantó la vista y conectó ambas miradas. La suya dejaba entrever todo el deseo que sentía por el rubio, la de Roger podría expresar tantas cosas al mismo tiempo que era prácticamente imposible reconocerlas. Roger tomó al otro por las mejillas y se acercó a sus labios, hablando mientras los rozaba pero sin llegar a besarlos -; fóllame.

Esa última palabra encendió a Dylan de forma automática. La mirada que con la que Roger le taladraba la suya, completamente ardiente, le hizo tener la necesidad de volver a devorar sus labios en menos de medio segundo tras escuchar aquello.

Intocable • maylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora