Epílogo

1.7K 274 305
                                    

20 de noviembre de 1924

Hola, Fred.

Bueno... pues realmente no tengo ni idea de cómo empezar esta carta. Y no te asustes, Brian me está ayudando a escribir esto así que lo mejor de todo es que no tendré ninguna falta ortográfica. ¿Sabes? ¡Seguimos con nuestras clases de lectura y escritura! Cada mañana dos horas seguidas y la verdad es que está dando sus frutos, y solo espero que alguien te ayude leyendo esto porque sino estaré escribiendo para nada. Sé que ha pasado mucho tiempo, hace cuatro meses que nos fuimos y aún no he tenido la decencia de escribirte una carta para contarte que estamos bien. Supongo que quería esperar a que estuviéramos asentados en alguna parte para hacerlo y así poder hablarte tranquilamente.

¿Vosotros qué tal? ¿Jim y Lady están bien? Espero que sí, seguramente sí.

Pues resulta que llegamos hasta Edimburgo, y adivina qué, ¡hace mucho frío! Si Londres ya era frío en otoño tendrías que saber cómo es este sitio. Pero la gente es muy amable, mucho más que en Inglaterra, muchos de ellos nos preguntaron si necesitábamos ayuda al llegar o sitio para alojarnos. La gente aquí es increíble. Y Freddie... los paisajes que hay aquí son preciosos. Nunca salí de Londres y parece que vivía todo el tiempo en una bola de cristal. ¡Esto es genial!

Brian compró una casita en medio del campo. Pero de verdad, te lo juro, en medio del monte. Todo a nuestro alrededor son árboles, insectos y más plantas. El pueblo más cercano está a unos cinco kilómetros. He de reconocer que las noches dan un poco de miedo pero poco a poco me estoy haciendo a ellas. Brian me ayudó a construir una especie de tablón de madera alargado para las noches que me quedo solo. Dice que así podré dejarles las cabezas como tomates triturados a los delincuentes que se acerquen. Nadie que toque mi casa quedará impune.

Los primeros días la verdad es que fueron un poco horribles. Hacía frío, casi no teníamos muebles y tuvimos que dormir en el suelo durante unas semanas. Poco a poco fuimos construyendo todo con madera y arreglando los paredes rotas que tuviera la casa. Era muy vieja y estaba casi vacía pero el sitio es precioso y sentimos que aquí solos estaríamos bien. Aunque Brian es un poco torpe y se rebanó el dedo con un tornillo. Se le infectó la herida y te juro que pensé que tendría que amputárselo. Eso estaba muy verde e hinchado, ¡la cosa más horrorosa que vi nunca! Pero por suerte mis habilidades curativas funcionaron y su dedo ahora está sano y salvo.

Habla Brian: no le hagas caso, Fred, es un exagerado. Tampoco estaba tan mal.

¿Y sabes? Tenemos un huertito con algunas frutas y verduras, una vaca y dos gallinas. Es maravilloso tener comida todos los días, y cosas que nunca antes había probado. Está todo buenísimo. Sería genial que algún día pudieras venir a verlo. ¡Y lo mejor de todo! ¡Tenemos bebés! Pero no te alarmes. Obviamente no me ha dejado embarazado, son una camada de gatitos que estaban en la casa cuando llegamos. El antiguo dueño nos dijo que no tenía corazón para echarlos a la calle y le di las gracias por eso. Hay una gatita que me recuerda muchísimo a Lady, es igual a ella. La he llamado Susana. Ya sabes, ese nombre feo que se te ocurrió hace tiempo y que solo te gusta a ti. Pero como me recuerda a ti decidí ponérselo.

Susana es muy cariñosa pero a veces se pasa de juguetona y me araña toda la cara.

Espero que todo esté yendo genial por allí. De nuevo, siento muchísimo no haber podido escribir antes y ni siquiera sé cuándo recibirás esta carta, pero estamos bien. Estamos genial. Nadie nos ha hecho nada malo ni lo harán, quiero que te quedes tranquilo por eso.

Sabes que si en algún momento quieres escapar de Londres aquí tendrás un hogar. Conmigo siempre tendrás un hogar. Sé que no lo he dicho lo suficiente a pesar de que tú pensarás lo contrario, pero muchísimas gracias por todo. Si ahora mismo yo estoy aquí junto a la persona que amo y siendo feliz es gracias a ti. Quiero que estés bien, Fred. Te mereces todo lo bueno del mundo.

Soy feliz si tú eres feliz. Sé que odias las cosas cursis pero estar tanto tiempo sin vernos hace que necesite contarte todo esto. Te echo muchísimo de menos. Daría lo que fuera por abrazarte y hablar contigo, por ir a Hole a divertirnos juntos, por lo que sea. Detrás de este papel tienes la dirección de mi nueva casa. Quiero que la utilices para responderme a esta carta. Estés enfadado o no, pero necesito saber que estás bien.

Repito; yo estoy bien. Soy feliz. Soy inmensamente feliz. Te quiero y te echo de menos. Por favor, Fred, devuélveme el favor siendo tú también feliz.

No tengo otra cosa que contarte más que todo esto. Tampoco sé si esta carta tendrá algún sentido o no puesto que no tengo ni idea de si seguiréis viviendo en la misma casa, en el mismo sitio. Espero que sí, no sé que haré de lo contrario. Esperaré cada día, cada hora y cada minuto una respuesta que lleve tu nombre.

Te quiero muchísimo. Aquí hace muchísimo más frío sin ti.

Espero verte pronto, amigo.

Rog.

Intocable • maylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora