Vía de escape tenebrosa

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Gabby

Gesticulaba exageradamente con las manos.

—¿Te lo puedes creer? ¡el sinvergüenza se llevó mi auto! —grité casi al borde de la histeria.

—Razones debe tener el pobre. —opinó Bronwen mirando el horizonte con los binoculares.

Abrí los ojos de par en par, giré mi cabeza hacia ella dejando mis manos suspendidas en el aire. Alguien estaba deseoso de morir. ¿Porqué había vuelto? y lo más extraño ¿Cuándo?

La fulminé con la mirada y volví a taparme la cara con las manos. Mi auto. Mi querida camioneta.  

—Cálmate Gabby, te lo devolverá. Tarde o temprano tendrá que devolverlo. —intentó consolarme Nikki, pero yo solo podía pensar en las miles maneras de matar a Logan.

—Claro. Claro, tienes razón. No sé porqué me preocupo tanto. —procuré calmar mis nervios, después de todo Logan era mi hermano adorado ¿no?


<< O >>


—No puede...

—¡Ser! —exclamó Nikki sin poder creérselo.

Aparcada en "mí" lugar de estacionamiento estaba la moto de Logan y cerca de esta me esperaban una cubeta y esponja. ¡Claro! así que por ahí iban las cosas. Nikki me observaba boquiabierta y se giró como un rayo hacia mí.

—¿Acaso hay algo que aún no me has contado? —preguntó consternada.

La miré con mi sonrisa de cera plasmada en la cara, Nikki me miró como sabiendo que algo me traía entre manos. Me conocía desde la secundaria, obviamente conocía mi típica expresión rígida perturbada cuando mentía o hablaba con un chico.

—Pues, tal vez. Solo tal vez, insulté a Wanda —ladeé la cabeza, analizando el panorama que tenía al frente.

—¿Wanda?

Lo sé... Yo también quedé así de impactada.

—Sí, Wanda, su moto. —cabeceé hacia el biciclo. Nikki se dio una palmada en la frente y negó repetidas veces con la cabeza.

—Serás tonta, amiga. No puedes insultar al vehículo de un hombre, es como darles una patada en su orgullo.

—¡Qué! Hasta acá huelo el amor fraternal en el aire. —quité la vista de mi casa y comencé a caminar en dirección contraria —Me está asfixiando. 

Nikki me siguió.

—Aunque eso no explica el ¿porqué? de la cubeta y la esponja. —hizo una mueca señalando la cubeta y la esponja chorreante.

—Bueno..., la situación fue que me detuvo el paso y no me dejaba salir, a menos claro, que me disculpara con "Wanda". Lo hice, y claro cómo no, según "Wanda" solamente me perdonaría si la lavaba y lustraba durante una semana o algo así.

Bufé y Nikki me correspondió resoplando a la vez. En ese momento se me "encendió el bombillo" y me volví hacia Nikki, que me miraba entre preocupada y confundida, debido a mi inesperada reacción.

Peeeeroooo... No tengo la más mínima intención de hacerlo. —de mis ojos saltaban chispas—Que suerte que tengo una amiga que me brindará posada hasta que se le pase el berrinche al niño Logan.

¡Déjame en paz! ¡Asesino!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora