Jenns
¡Con un demonio! Aquello era un poco más complicado de lo que esperaba, sin duda alguna. Esas chicas no se separaban ni por un segundo ni se estaban quietas en un solo lugar, para poder conseguir el dichoso papel -sin exagerar- tendría que esperar a que se durmieran o al menos cortaran aquel cordón invisible al irse cada una a su casa.
¡Nunca había tenido que ser niñero de nadie!
Apreté la mandíbula mientras dejaba nuevamente el auto escondido entre unas pencas de palmas secas, el motor quedó encendido así como el aire acondicionado para evitar que Hades se derritiera con aquel calor del demonio.
Bajé y paseé la mirada por todo el residencial playero, nada mal para unos salvavidas mal pagados.
En eso un tipo se me acercó sin que me diera cuenta, sonrió de forma amable y me ofreció su mano; estreché esta de forma segura y firme. Cómo un simple apretón de manos podía dar a entender un mensaje tan claro "Si no quieres problemas no hagas preguntas estúpidas y déjalo estar" Sonreí de forma natural y maliciosa a la vez. El chico notó la indirecta y bajó la barbilla, atento a mis movimientos y a cualquier indicio de agresividad. Suspiré con indiferencia, no estaba allí para perder el tiempo con ceros a la izquierda.
—Ehhhh... ¿Puedo ayudar en algo? este es un residencial privado y exclusivo, únicamente para integrantes del cuerpo de salvavidas —esto último lo dijo orgulloso, agitando el silbato rojo que llevaba al cuello.
Asentí y me di la vuelta, ya tenía lo que quería.
—Creo que me he perdido, gracias por la información. —dije apenas sin volverme, haciendo ademán de retirarme.
Así que allí vivía Nicole, por lo que entendí todo el cuerpo de salvavidas vivía en aquel residencial, por consiguiente su casa estaría completamente a mi disposición. Según fuentes confiables de mi padre la evidencia de nuestra dirección estaba en algún bolsillo de la ropa que llevaba puesta el cadáver para su funeral. Al parecer aquello sería mucho más fácil en realidad, las chicas podrían hacer lo que se les viniera en gana y no se interpondrían en mis planes. Con estos pensamientos, saqué mi móvil y escribí un mensaje a mi padre.
Jenns: Viejo, esto es pan comido. Para esta noche tendrás ese papel asegurado sobre tu escritorio.
Al instante recibí un mensaje de aprobación seguido de uno que me solicitaba el monitoreo de Nicole Williams por un periodo de 24 horas por lo menos, solo para estar seguros. Rodé los ojos ante esta última petición ¿acaso no tenía suficiente con que le garantizara la obtención del papel de mierda? No había razón para seguir vigilando a la chica, eso lo hacía a posta para molestarme.
Bufé y rodeé la propiedad intentando identificar cuál era la cabaña de Williams, al final por una puerta/cortina trasera salió Nicole vestida únicamente con un bañador rojo completo.
Me oculté entre unos matorrales que daban un perímetro perfecto a mi objeto. Nicole. Esta paseaba de arriba a abajo por la playa, recogiendo conchas, admirando el horizonte. Totalmente ajena a la amenaza a sus espaldas, una persona ignorante a lo que ocurre a su alrededor.
¿Lo ven? ¡¿Qué amenaza podría suponer esa chica para que tuviera que perder mi tiempo vigilándola 24 horas?!
Yo por mi parte tenía cierta habilidad en cuanto a descifrar la personalidad de una persona por medio de sus ojos, acciones y movimientos; asimismo fue con su amiga, observé en ella a una persona tímida e introvertida, además de vulnerable, a pesar de no ver bien su rostro sus movimientos lo decían todo.
Objetivos increíblemente fáciles...
Si dejamos de lado esa imperceptible chispa que advertí en sus ojos minutos antes, nada de ella supondría algún riesgo. Además, chispas habían por cualquier lado, había aprendido a no dejarme llevar por flashes fantasma.
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¡Déjame en paz! ¡Asesino!
Teen FictionUn asesino con complejo de espía, subestimado y un tanto infantil. Una salvavidas pelirroja con demasiadas cosas en la cabeza y tendencia a esconderse de las personas. Una terrible suerte y un karma del tamaño de los dioses. El destino parece empeña...