[Cap 4] Amistades

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— 4/12/17 - Martes —

—¿¡QUEEEÉ?! —Ryuji exclamó en gran ofensa. La pequeña tienda de ramen a la cual llevó a Ren no estaba tan lleno de gente, permitiéndole a ambos chicos descansar después de un largo día de escuela, e incluso más largo dentro del Metaverso.

—Ssssiipp, —dijo Ren con un seco pop al final, frunciendo los labios. Ryuji se había convertido en el primero en conocer la verdadera historia. Incluso volverla a contar volvía a hacerle sentir furioso. Demasiado desagradado como para acabar su comida.

—¡¿Qué demonios, bro?! ¡¿Qué tan mierda puede llegar a ser ese bastardo?! —Ryuji estaba incluso más molesto de lo que había estado durante el discurso de Kamoshida dentro del palacio.

—Más mierdoso que la que hay dentro de ese escusado, —respondió Ren. —Pero así son los ricos. Un montón de imbeciles sin sentido de la responsabilidad y que sienten que pueden comprar la ley y salir impunes gratis—. Soltó una seca risa antes de darle un trago a su bebida. —Malditos bastardos... —Ryuji aplastó la servilleta en su palma y comió furiosamente su comida.

—Eso realmente me enoja, —gruñó entre mordidas. —Pero te ves muy calmado a pesar de todo. —Ren no pudo evitar reír.

—En el exterior. Dentro, estoy hirviendo. Pero silenciosamente.

—Mi ma' dice que eso no es sano, —Ryuji comentó, a lo que Ren sólo pudo suspirar.

—Quizás. ¿Pero cuál es la alternativa? Puedo gritar y desquitarme, chillar y todo eso. Pero no lo hará mejor —suspiró mientras tomaba otro sorbo de su bebida para calmar su garganta seca. —Estoy aquí, y eso es todo. Apesta totalmente, pero así es como es. Todo lo que puedo hacer es tratar y aguantarlo. —Ryuji se sentó en silencio, apenas parpadeando hacia su sereno acompañante.

—Es raro verte así. Especialmente dentro del Palacio. Osea, eres una bestia contra esas Sombras, ¡y esa declaración contra Kamoshida! —Ren rascó la nuca de su cabeza ante el comentario. —¿Exactamente como es que lo llamaste? —Ren reflexionó ante el encuentro con la sombra de Kamoshida. El despertar del persona de Ryuji, Captain Kidd, les había dado la fuerza para escapar ante la muerte inminente.

¿Celoso? Kamoshida comentó, la imagen mental de su amarga mueca en esas prendas de tan mal gusto todavía clara en su mente. No me sorprende. Las mujeres no se sienten atraídas por chicos problemáticos como tú.

Ren recordaba con claridad su contraataque. En retrospectiva, estaba bastante orgulloso de su ingeniosa y afilada lengua.

¿Celoso de ti? ¿Un enfermo que se enorgullece de golpear a los estudiantes y ligar a chicas menores de edad? ¡Tck! Paso. No hay manera de que sienta celos de alguien como tú, un...

—¿un bastardo de la lujuria? —Ryuji chasqueó los dedos en realización antes de asentir energéticamente.

—¡Si! ¡Eso fue tan cool! ¿Cómo se te ocurrió? —Ren encogió los hombros, reclinándose en su silla mientras sonreía con satisfacción.

—Simplemente pasó por mi mente. Fue cosa del momento. —El despertar de Arsene comenzaba a volverlo adicto a su poder. Convertir en meras cenizas a las sombras con su cadena, llenándolos de agujeros con su pistola. Y el traje, la joya de la corona. Esa apariencia oscura, complementada con guantes rojos junto con la elegante máscara. Un estilo muy coloquial, con el cual observaba a sus adversarios cuál búho. Y la gabardina, ah, como amaba la gabardina, con los faldones volando por el viento detrás suyo. Se sentía tan heroico y galante, incluso sexy. Si tan sólo Takamaki pudiera verlo en dicha gabardina...

Phantom Stardust | ShuAnnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora