— 7/17/17 - Domingo —
Un domingo por la mañana vino, y Ren se hizo paso hacia Central Street. Mientras estaba comiendo un poco del curry de Sojiro y acabándose una tasa de café, la rubia le había mandado mensaje para pasar el rato. Sin planes previstos para el día, Ren estaba más que feliz de aceptar. La chica no había dicho algo definitivo de lo que estarían haciendo, pero un día con una amiga no era uno desperdiciado.
Morgana se había invitado a si mismo para así estar cerca de Ann. Secretamente, Ren hubiera preferido que fueran sólo ellos dos. Había pasado un poco de tiempo desde que pudieron salir a pasar el rato. Como una pareja. Una pareja de amigos, claro. Pero Ren sólo estaba feliz de salir, sin escritos de escuela que no parecían detenerse. Y el clima estaba positivamente hermoso.
El sol brillaba resplandeciente en el precioso cielo azul, totalmente despejado, que lo complementaba de manera perfecta. Ren no podía pedir un mejor día para pasar el tiempo con Ann. Le dio la vuelta a la esquina para ver la plaza de edificios y de gente; el arcade, Big Bang Burger, Untouchable, la tienda de libros, y los demás lugares que Ren frecuentaba, incluido los de trabajo cuando no estaba con sus amigos, o en la escuela, o peleando en lo profundo del corazón de una psicótica dimensión paralela que existía a la par que la suya. Pensar en todo eso en contexto casi hacía que su cabeza diera vueltas. Morgana sacó su cabeza fuera de su mochila de cuero café para inspeccionar el área.
—Me pregunto dónde podría estar Lady Ann en entre todo este tumulto de gente, —el gato inquirió.
—Sería difícil no verla, —Ren dijo.
—Si~, —Morgana asintió en un estado de ensueño. —Su belleza no tiene comparación e irradia tanta energía que sólo un tonto se lo perdería. —El gato revoloteaba los ojos mientras que Ren lo miraba confuso a través de su periferia.
—...Bueno, supongo que esa es una manera de deci-
—¡Mira! ¡Ahí está! —Morgana apuntó con su pata mientras una multitud se disipaba, mostrando a Ann ante ellos. Siendo un fin de semana, Ann había reemplazado su uniforme de escuela por un atuendo más casual; un top negro con letras blancas en ello, lentes de sol negros colgando en la parte superior. Una camisa roja de franela estaba atada alrededor de su cadera, combinado con tennis del mismo color. No se necesitaba ser un genio para saber que su color favorito era el rojo. Lo que le llamaba la atención tanto a Ren como a Morgana, en particular, eran sus shorts que mostraban una generosa cantidad de muslo. Incluso hasta esa distancia, la piel se veía suave y sedosa. Shorts. Algo acerca de ellos encaprichaba a Ren de alguna manera. Quizás era el algodón, quizás lo cerca que apretaba su forma. Y no eran el único par que se habían dado cuenta de eso.
Dos chicos se encontraban parados frente a Ann, hablando con un porte bastante confiado en sus caras. Ann, sin embargo, parecía desconcertada. Tenía los brazos cruzados y se volteó hacia un lado. Los chicos insistían y gesticulaban, ignorantes de las indirectas que ella estaba soltando. Mientras Ren se aproximaba, un chico pasó su muñeca bruscamente y alejó a su cohorte junto con él. Uno de ellos era mucho más delgado que el otro, con el pelo igual de descuidado que el de Ren, pero mucho más grasiento. Su amigo tenía el suyo más ordenado pero era mucho más regordete.
—Demonios, qué terca, —el chico más pesado dijo.
—Supongo que la antigua perra de Kamoshida es demasiado buena para pantalones más jóvenes, —su grasiento compañero respondió. La ceja de Ren se agitaba con molestia, y Morgana les siseó.
—¡Déjamelos a mi! —gritó.
—Déjalo ir, —Ren dijo secamente, con su atención fijada en Ann. —No valen la pena. —Qué manera de arruinar el ambiente. Incluso después de que se aclararan las cosas con Kamoshida, algunas personas todavía seguían manchando el buen nombre de Ann sólo por frustración sexual. Ann se frotó la frente con frustración y alzó la vista para ver a Ren ante ella. Su ceño fruncido se evaporó inmediatamente, reemplazándose con una sonrisa aliviada y agradable. Ren le respondió el gesto. —Supongo que vinimos justo a tiempo, ¿eh? —Morgana se asomó a través de su hombro con preocupación.
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Phantom Stardust | ShuAnn
FanficRen Amamiya. Ann Takamaki. Dos jóvenes estudiantes de preparatoria se convirtieron en atrevidos Phantom Thieves, robando la malicia fuera de los corazones de los corruptos para proteger su inocencia. Joker y Panther pelean contra la oscuridad, con s...