[Cap 8] El despertar de Panther

278 20 0
                                    

— 4/15/17 - Viernes —

—¡Demonios, demonios, demonios! —Ryuji habló entre dientes mientras se abría paso por los pasillos del castillo de Kamoshida, junto con Ren y Morgana.

El progreso hacia el corazón del Palacio había ido bastante bien. Lentamente estaban agarrando el modo de este negocio de "Phantom Thief" que Morgana indicó; ladrones que robarían el corazón de los corruptos mientras actuaban bajo disfraces y apodos elaborados. Era algo a lo que Ren definitivamente podría acostumbrarse. O al menos lo sería si la situación no fuera tan complicada.

El día simplemente se volvía peor cada minuto. De alguna manera, Ann había logrado entrar al Palacio otra vez, y ahora estaba siendo escoltada hacia la sombra de Kamoshida por sus guardias. Si la teoría de Morgana de que Ann poseía la app era verdad, no obstante, podría potencialmente cambiar las cosas.

Otro contratiempo en su camino a cambiar el corrupto corazón del coach. El poco control que tenían se les deslizaba entre los dedos como si fuera mera arena. Y el tiempo no estaba de su lado. Todo eso debería esperar. Ahora se encontraban en una misión de rescate.

Mientras tanto, en los adentros del castillo, la nueva visita se encontraba atada a un mecanismo con forma de x. En exposición como si se tratara de algún tipo de trofeo. Los caballeros se quedaron ahí para vigilarla, uno con la armadura completamente dorada, y el otro sólo de plata. Seguían rodeándola con espadas en mano mientras esperaban la llegada de su rey.

—¿¡Y esto de que va!? —protestó, jalando de los grilletes metálicos alrededor de sus muñecas y tobillos. —En serio, ¡voy a llamar a la policía! —Una amenaza vacía de su parte. Su teléfono descansaba en su bolsillo, sin manos con las cuales alcanzarlo. Parece ser que Ren tenía razón de mantenerla fuera después de todo. De todas las cosas que pudieran ocurrir en esta realidad de pesadilla, ciertamente no anticipó ser secuestrada por caballeros de la Edad Media, echada ante la misericordia de Kamoshida. Era difícil concentrarse. No podía dejar que el pánico, acumulado por la exuberante cantidad de emociones que recorría su cuerpo, se apoderara de ella. Una vez llegara a su casa, dormiría como una roca. Si regresaba a casa, eso sí.

Si regresaba.

Esas palabras otra vez. El terrorífico sentimiento de la incertidumbre. No había garantía de que saldría de esta intacta. O del todo. Ren le había advertido de esto también. Si todavía seguían dentro, rezaba porque de alguna manera la encontraran. Cada gota de horror que caía sobre su alma le hacía arrepentirse cada vez más de usar esa misteriosa aplicación.

—Así que esta es la intrusa...

Ann sintió que su piel se erizaba ante la voz que la acechaba. Estaba ligeramente distorsionada y con un eco fantasmal, pero era capaz de identificarlo tan claro como el día. El caballero a su izquierda tomó un paso a su lado, saludando la llegada del dueño de dicha voz. Un voluptuoso hombre vestido en una capa de terciopelo rojizo, adornado con corazones rosas, se paraba frente a ella, sus pasos sonando por el calabozo. Contaba con otros ornamentos; un velocímetro rosado, y una corona colocada justo encima de su esponjoso pelo. El dolor que sentía en los ojos ante tan horroroso sentido de la moda, incrementó al ver a la adolescente enroscada a él; vestida con sólo un bikini de leopardo rosa, tacones altos, y una tiara de gato. Un mero trofeo para el placer de Kamoshida. Uno que se veía igual que ella.

—¿Kamoshida? —Ann gritó con incredulidad. —¿¡Y quién es ella!? —La rubia atacó con preguntas para ayudarla a crear algún tipo de sentido ante toda esta locura. Y para ganar tiempo con lo que sea que los caballeros tenían preparado para ella. El coach simplemente se rió ante su atolondrado estado, agitando la cabeza.

Phantom Stardust | ShuAnnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora