[Cap 1] Un largo camino hacia abajo

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Hace unos meses...

La noche había caído bajo la pequeña calle de la ciudad exigua. La vacía acera, los carros vacantes, y los acogedores edificios cubiertos por sombras con tan sólo unas pocas luces emanando a través de dicha oscuridad. Un toque enérgico para una noche de primavera, pero al joven merodeando a lo largo del solitario camino no parecía importarle la temperatura, ni tampoco la oscuridad. Toda su vida había vivido ahí después de todo. Un silencioso y modesto pueblo que lo había mantenido a sí mismo.

Énfasis al silencio. El joven a veces encontraba exasperante lo aislado y silencioso que era este lugar. Incluso el distante sonido de un perro ladrando era suficiente para que surgiera de él un sentimiento de aventura. Pero claro, siempre se trataba de algún tipo de gato o ardilla la que provocaba el ferviente ladrido de los caninos. O sus sombras. Los perros eran bastante crédulos.

Era raro ver actividad en tan tranquilo pueblo, especialmente entre semana. Pronto estaría en casa con sus padres, quienes con suerte se encargarían de cocinar en esta ocasión. Al menos una vez le gustaría llegar a su casa con comida casera esperándole, quizá algo que el no tuviera que preparar, quizá para cambiar de aires. No es que no le desagradara cocinar; todo lo contrario, era uno de sus pasatiempos favoritos. Pero sus padres eran bastante quisquillosos para comer, y no tenían un espíritu aventurero como para atreverse a salir de su zona de comfort referente a sus gustos culinarios. Eso explicaría el porqué su cocina era demasiado normal. A menudo él pondría demasiada sal, y su madre acabaría dándole un sermón acerca de los peligros de la alta presión en las venas. A su edad, aquello parecía demasiado tonto como para preocuparse. Él era un adolescente después de todo, y para muchos otros, eso sería más que suficiente. Pero no para Ren Amamiya.

Escuela, chicas, videojuegos, actividades extraescolares, masturbación, estrés y ansiedad causado por los diversos exámenes, tarea, y expectativas sociales. Quizá podría agregar la monotonía de un trabajo a medio tiempo para sazonar un poco las cosas. El perfil de un adolescente promedio, pero nada parecía mantener a Ren cautivado; los videojuegos, las películas y los libros eran divertidos, y nadar era un gran ejercicio como también un modo de liberar estrés. No podía olvidar el sentimiento del agua fría sumergiendo su pelo, su piel, combinado con su cuerpo tonificado del cual podía enorgullecerse... sin embargo la piscina se encontraba cerrada en esos momentos. Y todos los platillos que quería cocinar costaban demasiado dinero que un estudiante de preparatoria sin trabajo pudiera conseguir. Así es la vida, querer más de lo que se puede tener.

Y no es que Ren pidiera demasiado. De hecho, él pedía relativamente poco; sin embargo, no estarían mal unos lentes para agregar un poco de definición a las letras borrosas del pizarrón que convertían su lectura en una molestia. Fuera de eso, podría decirse que era feliz. Sus calificaciones eran más altas que lo normal, estaba físicamente en forma, y contaba con sus padres, aunque bien es cierto que eran un tanto distantes. Ren nunca fue víctima de lo infortunio, teniendo una vida fácil gracias a que se mantenía de sus padres. Pero quería algo más, algo que no podía describir; un sentimiento de aventura, un descanso de la monotonía, y su intension no era sonar egoísta con su deseo. Era solo que vivir en tan silencioso y protegido lugar, le incitaba la urgencia de extender sus alas, un nuevo camino para su vida era todo lo que quería. Su propia aventura.

—¡Sólo métete al carro!

Ren parpadeó en sorpresa. No había nadie fuera a estas horas de la noche. Él iba camino a casa un poco más temprano de lo habitual, pero nada más que silencio muerto en esta parte del pueblo era diferente. Sonaba como un hombre mayor, y no estaba muy encantado si es que su tono indicaba algo. Probablemente estaba tratando de meter a su perro al coche o algo.

Phantom Stardust | ShuAnnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora