Capítulo 8

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Draco y Hermione aparecieron en un departamento. Ella se soltó inmediatamente de él muy molesta uno pasos se escucharon acercándose a la sala.

-¿Papá?-hablo Scorpius siendo el primero en llegar. ¿Señorita Granger?-volvió a preguntar el pequeño.

-¿Dónde me trajiste Malfoy?-preguntó Hermione.

-A mi casa-contestó el rubio.

-¿Qué sucede, hijo?-preguntó Narcissa entrado tras su nieto.

-Luego te contaré madre-hablo Draco acercándose a Hermione y arriconandola contra la pared.

-¿Qué... que estas haciendo Malfoy?preguntó ella algo avergonzada.

-No mires, cariño-dijo Narcissa tapando los ojos de su nieto.

-Esto-contestó Draco pasando la mano por su falda hasta tomar su varita.

Él se apartó de inmediato de ella y sacó su varita. No dejes que ella salga de aquí-dijo el rubio desapareciendo del lugar.

-¡Malfoy! ¡Vuelve aquí! ¡Esto te saldrá caro!-gritó Hermione. ¿Cómo te atreves a tratarme así?

-¿Qué sucedió?-preguntó Scorpius.

-Cariño, ve a ver a tú hermano.

-Pero abuela-dijo Scorpius.

-No me discutas, y has lo que te órdene-volvió a repetir Narcissa.

-Está bien-murmuró su nieto desapareciendo de la sala.

-¿Puede decirme que ha sucedido, Señorita Granger?-preguntó Narcissa acercándose a ella.

-Atacaron el Ministerio-contestó Hermione mirando a Narcissa.

-Por Merlín. ¿Por qué han hecho eso?

-Por mi.

-¿Qué?

-Eso fue lo que su hijo me dijo. Quieren mi cabeza en un plantó. Y ese atrevido me trajo a la fuerza-hablo molesta Hermione caminando de un lado a otro.

-Mi hijo sólo cumplía con su deber. Y su deber era protegerla, Señorita Granger-contestó Narcissa.

-Lo sé. Pero aún así. Debió escucharme a mí-hablo Hermione tomándose la cabeza.

-¿Se siente bien?

-Sólo es un mareo estoy bien.

-Creo que debe sentarse-dijo tomandola del brazo para ayudarla a sentar en sillón. Iré por un vaso de agua.

-No hace falta, estoy bien-repitió Hermione.

_Tonterías sólo iré por agua. No debes alterarse y más en tú estado, querida.

Hermione abrió los ojos de golpe y miró a Narcissa.

-¿Cómo lo sabe?-preguntó ella sorprendida.

-Puedo sentir dos auras de magia. Una es muy fuerte y la otra es muy débil, pero ahí está-le contestó ella sonriendo.

-¿Cómo lo hace?-preguntó Hermione.

_Es un don que solo las mujeres Malfoy tenemos-le respondió Narcissa. Bueno voy por tú vaso con agua.

Hermione asintió con la cabeza y se quedó mirando a la abuela de su hija. Agachó la cabeza y se abrazo a sí misma mientras intentaba controlar la respiración.

Una pequeña manito se posó en su rodilla. Ella levantó la cabeza para encontrarse con un pequeño castaño de ojos verdes que la miraba mientras hacia sonar su chupete.

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