Capitulo 16

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- Vamos bebe, quiero darme una ducha. - le dijo riendo. Hace unos minutos Elena se había sentado sobre sus piernas para luego repartirle besos por toda la cara.

- Y yo quiero seguir mimándote. – río también deteniendo los besos.

- ¿Por qué estás tan cariñosa? – la miro a los ojos, amaba cuando se ponía así, pero también era algo extraño en ella.

- Yo tampoco lo sé – levanto los hombros con una sonrisa que no mostraba sus dientes.

Dean la agarró por la cadera y ella envolvió sus piernas a su alrededor, él rio, quería disfrutar un poco más de ella, pero de verdad quería ducharse. El apoyo sobre la cama y depósito un beso en su frente.

Apenas él cerró la puerta, Elena suspiró frustrada, hace unos días que no tenían relaciones y lo necesitaba, no por nada particular solo que tener a ese hombre durmiendo a su lado todas las noches alocaban un poco sus hormonas.

Entro al baño escuchando las gotas caer y como Dean tarareaba una canción de Led Zeppelin. Se desnudó rápido y al abrir la cortina el se giró en guardia esperando un ataque, ella río y lo besó ya desesperada.

- Len... - gimió agarrándola de la cintura. – creo que nunca lo habíamos hecho en la ducha.

- No, mi amor. Nunca – le volvió a dar un beso.

Salió de la ducha con ese recuerdo aun rondando en su mente, envolvió una toalla alrededor de su cuerpo y miro a cama desordenada frente a ella.

- ¿Dónde la metí? – dijo en voz alta buscando su mochila negra. Se agachó y sonrió cuando la vio bajo la cama, no era una mochila muy grande, pero si lo suficiente para dos cambios de ropa y algunas armas.

Se puso unos jeans negros, una remera de Metallica y sus botas de tacón con cordones. Guardo un cuchillo en el interior de su campera de cuero y una pistola .38 en la parte de atrás de su pantalón.

Abrió la puerta de la habitación y la recorrió con la mirada asegurándose de que nada se le olvidaba. Con una sonrisa de lado se subió a la Harley acomodando su mochila en su espalda.

Había estado recorriendo el país sin rumbo alguno, si se topaba con algún caso lo agarraba y si no, se aseguraba de divertirse en algún bar cerca de dormía. La noche anterior había logrado terminar un caso de un objeto maldito, en Boise, Idaho. No había sido fácil, era un dedal de una abuela que le gustaba jugar con la magia negra. Parece una tontería, pero le había costado encontrar ese objeto tan pequeño.

Iba conduciendo a una rápida velocidad, amando los bosques hacia Spokane, noto el cartel al costado de la ruta sobre un área de descanso a 5 kilómetros y lo agradeció cuando noto que la moto comenzaba a funcionar mal. Freno a un costado temiendo un accidente; se había propuesto caminar hasta el lugar de descanso sin embargo cuando se bajó una camioneta negra con unas letras blancas se estacionó frente a ella "servicio automotriz" frunció el ceño ante la coincidencia. Se mantuvo quieta cuando noto a un hombre bajándose, le dio una mirada a su celular "sin servicio", cuando volvió la vista al frente, dos hombres estaban frente a ella. Eran parecidos, uno de ellos tenía el pelo por los hombros y negro, mientras que el otro tenía el cabello castaño y un corte tipo militar.

- Señorita, ¿le podemos servir en algo? – hablo el castaño de ojos claros. Se mantuvo callada, notando algo extraño en ellos, se sintió nerviosa, volvió la vista al celular y cuando volvió a mirarlos el de pelo más largo estaba más cerca de ella.

Dio un paso hacia atrás llevando despacio su mano derecha a su espalda, preparada para agarrar su arma. – no, está todo bien, gracias de todas formas. – les contesto con una falsa sonrisa aún caminando hacia atrás, sin quitar la mirada de ellos. El más joven de pelo largo se mantuvo en el lugar, miro de reojo al otro que si seguía su caminata hacia ella.

La belleza del lado oscuro | SupernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora