La belleza del lado oscuro | Supernatural

Capitulo 9

- ¡¿Qué es lo que sabes?! – grito luego de tirar agua bendita. Hacia dos días que estaba interrogando al demonio esperando tener respuestas de que es lo que sabían los hombres de ojos negros. Apenas habían pasado 10 días que había dejado a los Winchester en aquel motel para buscar respuestas por su lado.

- Sólo que es un humano. – contesto cansado. Estaba cada vez mas cansada, este era el tercer demonio que había capturado en esos días y todos contestaban lo mismo "es un humano".

Elena se alejó unos pasos para ver al demonio que tenía amarrado a una silla. Le había puesto esposas con trampas de demonios grabadas, y cadenas alrededor del torso bañadas en agua bendita. Aunque eso último había sido de pura maldad.

Se dio vuelta mirando la mesa con las cosas que había sacado del bunker para torturarlo. Sonrió mientras agarraba una jeringa para llenarla de agua bendita.

- Te preguntaré una vez más. – se acercó, apretando un poco para quitarle el aire. - ¿Quién es ese humano? – demonio rio.

- Veo que aprendiste cosas de tu novio, que tierna. – se burló. Le clavó la jeringa en el cuello y le inyectó hasta la mitad escuchando como este gritaba. – no sabemos, tiene mucha protección. Crowley lo está buscando como loco.

Elena sonrió irónica. – dale un saludo de mi parte. – comenzó recitar el exorcismo. Se acerco a la mujer apenas noto como su cabeza caía, casi rogando porque fuera una persona viva, iba a tomar su pulso cuando noto sangre debajo de la campera de jean y al correrla puto ver una entrada de bala justo encima del corazón. Volvió a la mesa tras ella bufando y agarro su pistola acomodándola en su jean detrás de la espalda. – Cas sé que estas acá, puedo sentir tu mirada. El ángel apareció al lado de ella. Se dio vuelta y quedaron rozando sus narices. – el espacio personal, alado.

- Lo lamento. – dijo incómodo dando un paso hacia atrás. – los chicos te están buscando.

- Lo sé, pero necesitaba encargarme de esto.

- Elena... - se acercó a ella, Elena levantó la mano para que deje de hablar.

- Ya volveré con ellos, ahora mismo si queres, necesitaba ver si averiguaba algo más de quien sacó a los Carbeans. – Caminaron fuera del sótano de esa vieja casa donde se había estado escondiendo. Se subió a la moto y le sonrió. – voy a la casa de Bobby, decile a los muchachos que estoy bien.

Estaciono después de media hora de viaje. Estaba sólo a unos kilómetros de lo del cascarrabias y recordó cómo fue que encontró esa cabaña hacia apenas unos meses unos meses.

Habían pasado apenas dos semanas de que había perdido a Joan, Bobby no dejaba de preguntarle si necesitaba algo o si quería hablar. Después de haber tomado una botella de vodka sola, se había cansado.

- ¿Qué parte de que estoy bien no entendes Bobby? – grito levantándose de la silla haciendo que esta cayera al suelo. – sólo necesito que me dejes en paz. – agarro su campera de jean que en algún momento había sido del amor de su vida. – sólo quiero eso. – murmuró.

- ¡Bolas! – escucho mientras salía de la casa. Se subió a la moto sintiendo sus ojos llorosos. Sabía que estaba ebria, sabía que lo mejor era quedarse con Bobby, sabía que no era la mejor idea manejar en ese estado. Pero, ¿qué importaba? Las personas más importantes en su vida ya no estaban, estaba sola ahora ¿Por qué seguiría entonces?

Condujo a toda velocidad por la ruta, sintiendo como la lluvia iba mojando la campera. Entre lágrimas y viento, no pudo ver que el camino estaba algo turbio y perdió el control. Todo paso muy rápido después, salió despedida hacia un costado del camino, choco contra los arbustos a los lados. Sintió el dolor en el cuerpo, sintió como se había lastimado la cara, como el sabor de la sangre se acumulaba en su boca. Como pudo, se levantó y agarro la moto abollada. Se volvió a tirar a un lado de la ruta, apoyando su espalda contra un árbol mirando hacia el bosque, comenzó a llorar y largo un grito desde lo más profundo de su garganta. Después de unos minutos diviso algo a los lejos, cuando pudo enfocar, se levantó y camino al menos dos kilómetros dentro y la encontró.