Capitulo 8

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Down south Junkin' de Lynyrd Skynyrd sonaba en los parlantes del Impala. Dean movía sus pulgares sobre el volante al ritmo de la música mientras Sam le iba explicando el caso.

- Entonces, es lo de siempre. - Dean contestó sin quitar la mirada de la ruta. – familiares que murieron hace mucho, los ven y después de unos días desaparecen. – Sam asintió. – hermano, estoy cansado de estos casos.

Había pasado un mes de que estuvieron en la casa de Elena. Habían estado dejando los casos fáciles para otros cazadores mientras ellos se encargaban de averiguar más de los Carbeans.

Sam y Elena habían leído todos los libros que podían entre caso y caso, pero no conseguían nada, no más de lo que Castiel les había dicho. No habían visto uno de cerca, o por lo menos no que ellos sepan, y tampoco sabían de qué forma podían matarlos.

- Hola – Cas apareció en el asiento de atrás, Dean del susto desvío el auto del camino haciendo que Elena despierte.

- ¡¿Qué mierda pasa con vos?! - le gritó tallándose los ojos. Miro a su costado cuando logro enfocar la vista y pego un grito al ver a Cas a su lado. – Maldita sea, Cas

- Hola Elena. - entrecerró los ojos como siempre hacía.

- ¿Qué sucede Cas?

Un humano, un simple humano, había abierto el purgatorio. Estaba protegido con una magia muy oscura y no podían localizarlo. Un ángel de los más altos en el cielo había sido torturado y asesinado. A través de la radio de los ángeles pudo comunicarse y decir lo que había averiguando.

Los Carbeans planeaban una guerra contra el cielo, ya habían reclutado a varios demonios por lo que lograron entender porque Crowley estaba tan preocupado, ese demonio tenía demasiado orgullo como el rey del infierno como para que un simple humano lidere a sus demonios.

Elena se volvió a dormir sobre el hombro de Castiel, este mirándola extrañado se acomodó para que estuviera más cómoda y sin darse cuenta sonrió. Levanto la vista y Dean los miraba mal por el retrovisor, tragó y la acomodó hacia el lado de la ventanilla.

- Len, ya llegamos. - Sam se dio vuelta para despertarla.

- No la despiertes, está bien. - Dean se bajó del auto y abrió la puerta contraria a donde ella dormía, con cuidado la cargo. – anda a pedirnos un cuarto.

- ¿Un cuarto para ustedes o para los tres? - se burló.

- No me importa, sólo ve a pagar.

- ¿Dónde estamos? - Elena entrecerró los ojos sintiéndose confundida, pero seguro al haber notado que estaba en los brazos de Dean.

- No importa linda, haremos parada para mañana seguir. – la vio volver a cerrar los ojos apenas le hablo

- ¿Lo haremos? – Dean sonrió, su voz se escuchaba dormida y demasiado tierna. - generalmente dormimos en el auto.

- La espalda me duele y mañana el viaje es largo. - vio como Sam le hacía señas y se metía en una habitación. Ella sonrió y estiró su cuello para después darle un beso en la esquina de sus labios.

Dean la acostó en una cama, sacó sus botas y la tapó. Vio a Sam sentarse en la mesa con la computadora y volvió su vista a ella. Entró al baño. Sam sonrió de lado mirando a Elena dormir. Dean salió del baño con un pantalón de joggin y lo miro extrañado. - ¿No vas a algún bar?

- No. – contesto serio y se jogging en la cama que estaba al lado de donde dormía Elena.

- ¿Sólo porque está ella acá? - se burló. Aunque se sentía aliviado, sabía la manera descontrolada que tomaba su hermano mayor y que una noche libre decida quedarse se le hacía extraño.

La belleza del lado oscuro | SupernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora