Capitulo 24

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Elena sonrió apenas se alejó de Christian luego de depositar un beso en su frente. Hasta hace no mucho seguía contándole cuentos antes de dormir, pero de un día para el otro él había decidido que estaba demasiado grande para que su mamá le contara cuentos para dormir.

- ¿Dejo prendida la lampara? – le pregunto cuando se alejó unos pasos y Christian negó dándose vuelta dispuesto a seguir durmiendo. – ok niño grande, si tenes miedo solo encendéla. – Dejo la puerta entre abierta sabiendo que de igual manera Christian se levantaría en la noche e iría a dormir con ella. Camino hasta el final del pasillo y abrió la puerta la entrada, se asomó un poco y dijo en voz alta – Dean, sé que estas por ahí, solo entra y te invito una cerveza.

Volvió a entrar a su casa dejando la puerta abierta y no tardó mucho en escuchar unos pasos seguidos de la puerta cerrándose.

- No deberías dejar la puerta abierta y mucho menos haber confiado que sea realmente yo. – gruño él.

- No te preocupes, no lo hago nunca. – le paso una cerveza y Dean aprovecho a mirar la pequeña cocina con una mesa en la que solo cabían dos sillas. Ya había estado vigilando desde afuera para saber que no había una sala de estar por lo que se sentó en una de las sillas mirando a la chica frente a él. – y se que sos vos – levanto una ceja. – o hacemos el proceso del cuchillo, el agua bendita y... - no termino de hablar cuando sintió agua sobre su cara y después vio como Dean se tiraba unas gotas en la cara igual.

- ¿Por qué el teatro de gritar y tener miedo hoy en el estacionamiento? – pregunto luego de analizarla unos momentos. Su ropa era diferente a cuando estaba con ellos, traía unos jeans demasiado ajustados, con unos tacones negro y una remera que llegaba a su ombligo rosado oscuro.

- Debo fingir – contesto levantando los hombros. – no puedo dejar que vean que los conozco. Acá tengo otra vida. – Dean bajo la mirada la botella en su mano y rio irónico. – soy Jennifer vengo de Canadá, mi marido murió en un accidente y para alejarme de eso decidí mudarme a Estados Unidos con mi hijo James. – suspiró. - ¿Cómo me encontraron?

- No lo hicimos, seguimos el rastro de Christian. Los demonios te tienen vigilada y terminamos en este pueblo, no sabíamos que estabas viva. – aún se sentía dolido, todos esos años intentando evitar pensar en su muerte y concentrándose en encontrar al niño para que ella este allí más hermosa que nunca. – mira... - no pudo continuar cuando un llanto se escuchó a unos metros de ellos.

Elena troto hasta la puerta de la habitación de su hijo con una sonrisa asomándose, ya sabiendo desde antes que eso pasaría, sintiendo como Dean la seguía preocupado. Cuando abrió la puerta no alcanzo a reaccionar que Dean la corrió a un lado al notar a un hombre desconocido frente a la cama de Christian, sin pensarlo dos veces saco su cuchillo para demonios y lo acorralo contra la puerta escuchando el llanto del niño atrás de él. Elena sin pensarlo corrió a su hijo y lo abrazo, dejando que esconda su pequeño rostro en su pecho, acariciando su pelo en un intento vago de calmarlo.

Dean observo al sujeto frente a él que mantenía una sonrisa burlona en su rostro y como los de su especie siempre hacían con un simple "Winchester" mostró sus ojos negros haciendo que apriete con más fuerza el cuchillo en su cuello.

- Has lo que quieras conmigo, ya mis amigos saben muy bien que ellos están acá. – se burló.

- Maldito hijo de perra. – grito enojado y clavo el cuchillo de Ruby en su vientre viendo como por fin Moria. Bufo frustrado, aunque ya sabía desde antes que los demonios la vigilaban y sabían desde antes que ellos que se escondían ahí. Se dio vuelta comprobando que Elena estuviera bien y guardo rápido su cuchillo al ver la mirada asustada del niño. - ¿están bien?

La belleza del lado oscuro | SupernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora